Jorge del Castillo atribuye el anuncio del gobierno al “ajedrez político”. (Foto: Paco Sanseviero/ El Comercio)
Jorge del Castillo atribuye el anuncio del gobierno al “ajedrez político”. (Foto: Paco Sanseviero/ El Comercio)
Diego Chirinos

era diputado cuando el Congreso fue disuelto en 1992. Si bien hoy ve lejana la posibilidad de repetir ese escenario y apoya la cuestión de confianza anunciada por el Ejecutivo, advierte que el gobierno dialoga poco.

— ¿Cuál es la postura del Apra frente a la cuestión de confianza anunciada?
La posición, dicha en un comunicado del viernes, era respaldar las reformas constitucionales. Ahora el presidente plantea una cuestión de confianza para defender dos cosas concretas: integridad y lucha contra la corrupción, y gobernabilidad. ¿Quién puede estar en contra? El voto de confianza no está en función de los proyectos de ley.

— El presidente, además, alude a los 40 días que pasaron sin que el Congreso apruebe algún dictamen.
Es que él tampoco puede esperar que en 40 días y 40 noches se apruebe una reforma constitucional. A mi juicio, se pudo sacar la del CNM antes, pero hay que aligerar la mochila. Por ejemplo, un cambio en el reglamento del Congreso que diga que está formado por Cámara de Diputados y Senadores es suficiente. Fácilmente se puede hacer un consenso alrededor de eso y no entrar en grandes disquisiciones.

— En menos de 12 meses, dos presidentes plantearon cuestiones de confianza. ¿El Congreso debe hacer una autocrítica?
Mire, al margen de nosotros, hay una mayoría parlamentaria: Fuerza Popular. La criticable es esta pero nos meten a todos en la misma bolsa. Creo que eso es injusto. Fuerza Popular es la responsable, no el resto. Las fuerzas democráticas no vamos a dejar que nadie viole la Constitución.

— ¿La bancada aprista no prevé una negativa de la cuestión de confianza en la sesión del miércoles?
No veo por qué sería así. Si se trata de lucha contra la corrupción, integridad y gobernabilidad, ¿cómo alguien va a votar en contra?

— Usted enfatiza mucho en la necesidad del diálogo, pero tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski esa esperanza dialogante duró apenas seis meses.
Sí, pero el diálogo hay que estimularlo. El gobierno, en general, conversa poco. Te llama cuando está en angustia. No llama en los remansos de paz para pensar qué hacemos en economía, infraestructura, salud o educación.