De estar entre los candidatos ‘chicos’ con una intención de voto de 3% en julio —luego de cerrarse la fecha de inscripción de listas—, el candidato de Acción Popular a la alcaldía de Lima, Jorge Muñoz, ha pasado a ser el virtual alcalde de la capital para el período 2019-2022.
De acuerdo al conteo rápido de Ipsos, el saliente alcalde de Miraflores obtuvo el 34,5% de las preferencias. Le siguen Daniel Urresti (Podemos Perú) con 19,8%; Renzo Reggiardo (Perú Patria Segura), con 9,4%; y Alberto Beingolea (PPC), con 4,3%.
Así, Muñoz significó una ola de incremento de intención de voto que tuvo como punto de quiebre su participación en el primer debate organizado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Ello frente a otros postulantes que previamente estuvieron mejor posicionados. ¿Por qué estos últimos no despegaron en sus campañas, qué les faltó? A continuación, un análisis sobre varios de ellos.
— Daniel Urresti, Podemos Perú—
Consultados por El Comercio, el politólogo Arturo Maldonado, el analista político José Carlos Requena y el periodista Enrique Castillo coincidieron en señalar que un elemento clave fue el juicio contra Urresti por el asesinato del periodista Hugo Bustíos en Ayacucho, en 1988.
Para Requena, quedó la imagen de que Urresti tiene temas pendientes con la justicia. “Tiene habilidad para empatar con el ánimo ciudadano, pero eso no le alcanza. Tiene límites para ampliar ese discurso”, manifestó también. Maldonado resaltó que los electores no vieron aceptable que un candidato tenga acusaciones como las que tuvo el ex ministro del Interior.
Por su parte, Castillo consideró que Urresti se encasilló más que como un alcalde, como un comisario, dejando la sensación que solo manejaba un discurso sobre seguridad ciudadana y nada más. “Había demasiadas dudas no solo con Urresti, sino con el partido que lo cobijaba. Entonces, creo que eso le pasó la factura frente a un Muñoz que venía sin denuncias, sin manchas y de abajo hacia arriba”, acotó. Como se sabe, Podemos Perú es liderado por el ex congresista José Luna y ha sido cuestionado por un presunto favoritismo en el proceso de su inscripción y por supuestas firmas falsas.
— Renzo Reggiardo, PPS—
Los especialistas coincidieron también en considerar que la ausencia de Reggiardo al debate municipal del 23 de setiembre le jugó en contra. Es más, fue el único de los 20 postulantes que faltó. “Él quiso evitar exponerse a los ataques de los demás candidatos y lo que hizo fue más bien potenciar eso. Los demás candidatos tuvieron munición para disparar aún más y hacer notar la ausencia en el debate”, sostuvo Maldonado, quien agregó que el ex congresista también tuvo el error de aparentemente sentirse ganador antes de tiempo.
Para Requena, aunque Reggiardo hubiera ido al debate, su candidatura igual hubiera caído, porque tenía “pocas ideas que mostrar”. Otro error, de acuerdo a Castillo, fue que el candidato no supo recuperarse ni reinventarse de los cuestionamientos en su contra.
—Ricardo Belmont, Perú Libertario—
Según Maldonado, por más que mucha gente no haya visto el debate del 30 de setiembre en el que participó Belmont, muchos conocieron que no dio la talla en el mismo. “El debate le jugó en contra, se notó que era un candidato improvisado, que no se preparó ni sabía cuál era la mecánica para el debate”, explicó.
Castillo consideró que Belmont fue víctima de sus propios errores, por ejemplo con frases que él creía que lo iban a identificar con la población. “Belmont ha querido enfrentar una campaña del siglo XXI con ideas y modos del siglo XX. Y eso ha mostrado una clara limitación”, dijo a su turno Requena.
—Alberto Beingolea, PPC—
Los especialistas también coincidieron en que si Beingolea hubiera estado en el primer debate, donde estuvo Muñoz, quizá hubiera podido aprovechar también esa ventaja. “Ahí no estuvo Beingolea. Estuvo Muñoz y no tuvo una competencia técnica fuerte, no estaba Beingoerla, Guerra García, Cornejo. Ese elemento de suerte jugó en contra de Beingolea, porque en el debate lo hizo bien, manejó bien los tiempos, fue solvente, arrasó en el careo con Belmont, pero mucha gente ya había decidido una tendencia a favor. La gente ya estaba en una corriente favorable a Muñoz”, sostuvo Maldonado.
Para Castillo, Beingolea y Muñoz disputaban al mismo público objetivo, pues vienen de partidos que si bien no son de demasiado arraigo popular, sí son conocidos. En esa línea, refirió que era muy difícil que Beingolea arranque a Muñoz los votos que estaba ganando tras el primer debate, posicionándose como contendor alterno a Urresti.
“Parece que la gente ha preferido asegurar su voto con Muñoz que jugárselo por cualquiera de los otros candidatos”, sentenció Castillo.
—Luis Castañeda Pardo, Solidaridad Nacional—
De acuerdo a Maldonado, Castañeda Pardo mostro una posición ambigua al intentar rescatar algunos aspectos de la gestión de su padre, el actual alcalde Luis Castañeda Lossio, y a la vez indicar que Lima había perdido cuatro años. Ello por más que se haya referido a la administración de Susana Villarán (2011-2014).
Algo que le jugó en contra, advirtió fue su juventud e inexperiencia por más que haya sido regidor metropolitano (fue revocado en el 2013). “Es cierto que ha sido concejal, pero no es que haya brillado por alguna cosa en particular”, dijo al respecto Requena.
“Es muy joven para tener la experiencia de desarrollar una campaña electoral exitosa frente a gente que, si bien no es excepcionar en términos políticos, tiene más oficio que él […] Y finalmente, cavó su tumba en el debate televisivo con [Manuel] Velarde, donde este lo tumbó”, recordó, por su parte, Castillo
— Juan Carlos Zurek, Somos Perú—
Finalmente, el caso de Zurek también llama la atención, considerando que el alcalde de La Molina postuló por un partido con una marca claramente municipalista posicionada por el fallecido burgomaestre Alberto Andrade.
Maldonado indicó que Zurek no terminó de establecer un perfil, una propuesta y no capitalizó lo necesario compitiendo con una maca partidaria fuerte.
“Lo único que lo pone por encima de Belmont u otros candidatos es el símbolo”, opinó Requena. Por su parte, Castillo sentenció que “la marca no ha sido la mala, lo malo ha sido el candidato que no ha podido responder a las expectativas de Somos Perú”. Ello, precisó, porque sus propuestas no fueron las indicadas y tuvo intenciones populistas de las que los electores se dieron cuenta.