Tras la vacancia de Pedro Castillo, la asunción de Dina Boluarte y en medio de una crisis que no cesa, el presidente del Congreso de la República, José Williams, sostiene que la alternativa del adelanto de elecciones debe ser analizada. Comenta también los primeros sucesos tras el golpe de Estado del expresidente hoy detenido y dice prefefir no ponerse aún en un escenario en el que él tenga que asumir el máximo cargo del país.
—La justificada vacancia de Pedro Castillo no pone fin a la crisis política, social e institucional. ¿En qué capítulo de esta estamos ahora?
Estamos en el siguiente momento al que podemos llamarle como la precipitación de la crisis. La crisis se precipitó luego del mensaje a la nación del expresidente de la República, donde cierra el Congreso y dispone la reorganización de organismos importantes del Estado. Allí se precipita la crisis que termina con él detenido, porque se convierte en un golpista y usurpador del poder. Ahora estamos viviendo una fase que todavía tiene cierta convulsión, necesita acomodos que deben darse y reacciones de la población.
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—Le consultaba lo anterior también porque, tras la vacancia de Castillo, en el hemiciclo hubo júbilo, celebraciones y selfies. ¿Lo ocurrido se puede tomar como una victoria política para el Congreso?
El Congreso, como otras instituciones, han hecho la tarea como corresponde. Cuando el expresidente dio el mensaje nos encontrábamos trabajando la actividad de las 3 p.m., que es cuando tenía que venir a hacer sus descargos sobre la moción de vacancia. Y antes de las 12 m. el dio el mensaje. El Congreso reaccionó rápido, porque a las 12:30 ya estábamos reunidos. Creo que el Congreso reaccionó rápido y creó esa confianza, porque ya había sido vacado el expresidente usurpador. No solamente el Congreso, las otras instituciones hicieron su tarea, el Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación, el Tribunal Constitucional, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el Congreso. De forma paralela, cada uno tomó la decisión más conveniente. Todos comenzaron a emitir opinión al respecto [...] Sucedido el hecho, conversé con la presidenta de la Corte [Suprema], el presidente del Tribunal Constitucional, la fiscal de la Nación ya se dirigía a la Prefectura. Desde un tiempo antes, los militares que estamos en el Congreso hablábamos con los oficiales que están en actividad y les preguntábamos qué es lo que piensan de las cosas. Ellos decían: la Constitución. Hicieron las cosas como corresponde.
—Se dio el hecho y entonces…
Se dio el hecho, llamé al jefe del Comando Conjunto y le hice conocer que nosotros íbamos a hacer tal cosa. ¿Qué pensaba? Me dijo: mi general, como corresponde, conforme a la constitución. Nada más. Esa fue la tarea que todos hicieron, eso es madurez política.
—Terminado el mensaje a la nación, ¿se comunicó usted con Boluarte?
Nunca tuve una comunicación con ella. Los días anteriores, tampoco.
—El trámite para su juramentación fue rápido.
Sí, fue bien rápido. Terminamos la sesión y antes de la 1 p.m. ya habíamos definido la hora en que venía la vicepresidenta, 3 de la tarde. Existe un protocolo en el Congreso, el oficial mayor maneja el protocolo y la invitó. Luego de eso hablé con ella y me confirmó que le había llegado la invitación, y comenzamos a comunicarle a todas las autoridades. Y vinieron todos.
—¿Solo hablaron de eso, del tema protocolar?
Absolutamente nada más que eso, el trámite protocolar.
—¿Hay en este desenlace acaso vencedores y vencidos? ¿O perdimos todos?
Diría que hay vencedores. Me voy a referir a la nación y la proyección que puede tener una nación que busque el desarrollo, un Estado estructurado. En ese sentido, somos vencedores todos. Hay descontentos, pero con el gobierno de Castillo no teníamos un horizonte claro. Teníamos mucha intranquilidad, conflicto, no teníamos un derrotero claro. Es importante tener una burocracia eficiente, que tiene una visión y se proyecta. Eso no teníamos, ahora las cosas deben empezar a comenzar mucho mejor.
—El Congreso tuvo la oportunidad de vacar a Castillo en marzo, cuando hubo argumentos más sólidos que la primera moción de vacancia. ¿Fue una oportunidad perdida que pudo haber evitado que se acreciente la crisis?
El Congreso refleja lo que quiere parte de la población. En las mociones de vacancia anteriores, eso es lo que tomó el Congreso. Probablemente, las condiciones no fueron las convenientes. Esta última moción fue mucho más consistente y las condiciones se habían dado. Antes no estaba las condiciones.
—Hasta hace poco, el Congreso quería inhabilitar a Dina Boluarte. ¿Es ella la única garantía para salir de la crisis?
A Dina Boluarte le corresponde asumir la presidencia porque es una sucesión constitucional. La presidenta tiene que tomar medidas inmediatas, generar tranquilidad, confianza, credibilidad. Con eso estamos en la misma dirección. La población ha tenido muchos problemas, ha estado con incertidumbres, se le debe devolver la tranquilidad.
—Está pendiente que la Comisión Permanente aborde la denuncia constitucional contra Dina Boluarte archivada en la Subcomisión de Acusaciones. ¿Se prevé ratificar ese archivo como tregua?
La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales ya determinó su archivamiento. En la Comisión Permanente creo que los votos probablemente no vayan a variar. Entonces, es posible que sea archivado definitivamente, pero tenemos que esperar la votación.
—¿Ese archivo va a ayudar a la tregua?
Sí, puede ser. Pero la vicepresidenta tiene que tomar decisiones rápidas. Si hablamos del término tregua, no hemos estado en una guerra. Pero sí, el gobierno saliente nos ha colocado en situaciones muy difíciles que nos han creado conflictos hasta que se precipitó esta crisis. Lo que tenemos que hacer es conversar más, pensar en el bienestar de la población por sobre todo y tener una agenda común que le dé tranquilidad a la población.
—Boluarte aseguró el viernes: “Si es que la situación amerita, adelantamos las elecciones”. ¿Es esa la salida?
Creo que el adelanto de elecciones es una posibilidad que se debe considerar. Pero en razón a una serie de consideraciones, como reformas. Las reformas que se deben hacer antes de unas elecciones son de carácter constitucional y electoral. Por ejemplo, está la bicameralidad, un concepto muy importante porque hay una cámara más analítica; la renovación por tercios o por mitades; el voto de confianza a un nuevo Gabinete, pensamos muchos congresistas que no debería estar; y el voto voluntario, que es algo que se tiene que analizar. Y en las reformas electorales, necesitamos partidos políticos con mejor representatividad, que elijan mejor a sus representantes.
—Entiendo está a favor del adelanto tanto para elecciones presidenciales, como congresales.
Es una alternativa que debe ser analizada. Tengo que seguir revisándola. Pienso que la población la está pidiendo, pero no creo que esto deba hacerse porque queremos adelantaras, sino jugaríamos con las mismas reglas. Se tiene que hacer esos cambios en el tiempo que corresponde. Las cosas van a ir decantando. Hay que ir haciendo escenarios, nos van a dar una prospectiva de lo que debe hacerse.
—El dictamen aprobado en la Comisión de Constitución no añade todas esas reformas.
Ese dictamen ha sido aprobado, sirve como una base. Este asunto ya es algo más serio, tiene que ver con otros proyectos que están en la Comisión de Constitución, modificaciones constitucionales y reformas electorales.
—Pero ese dictamen plantea adelantar las elecciones al 2023. ¿Es viable?
Ya estamos en el 2023 prácticamente. Creo que se tiene que hacer las cosas de una forma más adecuada. Los plazos no los podría determinar, pero se pueden sacar fácilmente si hacemos una corrida de cuánto va a demorar cada modificación constitucional. Por lo menos son dos legislaturas.
—El jueves 15 acaba la legislatura. ¿Se va ampliar para debatir ese dictamen?
Estamos evaluando el asunto del término de la legislatura. Tiene que ser lo más adecuado posible. Puede haber un alto que no necesariamente es el tiempo que corresponde. Probablemente busquemos algún momento más adecuado. Eso no significa que no podamos hacer plenos extraordinarios.
—Hacía usted referencia a demandas de la población. Hemos visto que en las protestas que han ido escalando se pide adelanto de elecciones y cierre del Congreso.
Es parte del estado de ánimo de la población. En cierto modo, tienen razón porque hubo errores que los mismos congresistas han reconocido. Nos hemos visto envueltos los congresistas en problemas de carácter político y legal. Creo que eso ha afectado, pero el cierre del Congreso es inconstitucional y nosotros no podríamos estar con algo inconstitucional. Hay otros mecanismos para salir del aprieto. Acabamos de ver lo que ha sucedido con un presidente que propone hacer algo inconstitucional.
—Luego de Boluarte, usted es el siguiente en la línea de sucesión. ¿Ha previsto usted un escenario en el que asuma la presidencia del país? ¿Está dispuesto a hacerlo de darse ese escenario?
En estos momentos se han hecho las cosas como corresponde. La sucesión la ha hecho la vicepresidenta y ahora presidenta de la República. Y ahora es donde corresponde la tarea que debemos hacer por la naturaleza de nuestra función.
—De darse el escenario, la otra opción es que renuncie y se elija una nueva Mesa Directiva. Le pregunto porque cuando Lady Camones asumió la presidencia del Congreso, ella y congresistas del bloque –entre ellos usted– firmaron un compromiso que señaló que esa Mesa iba a renunciar si había impedimento en Castillo o Boluarte.
Hubo un asunto así cuando asumió Lady Camones. Luego hubo un intento, pero no hubo firmas. Creo que una sucesión debe ser Constitucional y como corresponde. Pero por medio no debe haber ambiciones ni nada que nos aleje del interés de las personas. Por mi formación, creo que me debo a la población, mi trabajo ha sido siempre tratando de llevar el bienestar y buen funcionamiento de las organizaciones militares. No podemos anteponer lo personal a lo colectivo. Lo que me corresponde hacer es lo que es bueno para todos y con la participación de todos.
—Eso quiere decir que, de darse el escenario, ¿asumiría la presidencia o renunciaría a la Mesa Directiva?
No quisiera adelantarme a esos escenarios, porque no los he pensado. Tendría que improvisar una respuesta ahora.
—¿Y por qué no firmó ese compromiso, tal como hizo Camones?
Porque consideré que una persona, cuando asume un cargo, tiene que tomar todas las responsabilidades que da el cargo. Y eso no es algo que esté reglamentado. Entonces, no hay por qué sacar algo que no esté reglamentado. Si tiene que salir una persona, un presidente o una Mesa Directiva, sale porque es censurada o porque termina su función, que es un año.
—Pero firmó el anterior compromiso, en el bloque de Camones.
Sí, el anterior sí lo firme, porque fue una solicitud de Alianza para el Progreso. Y porque pensábamos que Lady Camones era la adecuada para estar ahí.
—¿Hay algún mea culpa sobre el rol del Congreso en la crisis?
Siempre hay mea culpas. No es posible que en una organización no tenga que observarse o corregir algo. Pienso que tienen que ver con asuntos de carácter legal, donde los congresistas están involucrados, otros no habidos. Hubo en algunos momentos algo de intolerancia y algunos asuntos más que son producto de un Congreso que tiene la desventaja de que la gran mayoría llega por primera vez al Congreso. Eso no es conveniente, la experiencia congresal siempre es buena. Ahora va a hacerse mejor ello, porque ya no hay la misma presión, tensión ni fricciones que se daban antes.
—Habló de intolerancia. ¿Hacia quién?
Intolerancia hacia una serie de asuntos que se han podido dar con declaraciones de la otra parte. Pero también esto tiene que ver con principios, política, ideología, que siempre va a estar presente. Desde el momento que tenemos izquierdas y derechas, creo que es normal en todas partes.
—¿Va a buscar reunirse con Boluarte?
Claro que sí. Si ella nos invita, iremos con la Mesa Directiva. Es necesario conversar y ese el consenso de todos. Le pediría que tenga acciones de carácter inmediato para que solucione ciertos problemas. Tenemos huelgas de transportistas, pescadores, una serie de reclamos de la población. Tiene que comenzar por ahí. Y tenemos que ver modificaciones constitucionales, reformas electorales que son nuestra competencia.
—La presidenta no tiene bancada. ¿Ve una debilidad de su gobierno en estas circunstancias?
Yo creo que sí. Un presidente que no tiene bancada tiene una debilidad. No tiene bancada, no está con ella Perú Libre. Por eso mismo tiene que tener mucho más cuidado con las cosas que vaya haciendo. Un asunto es la elección de ministros, viceministros y que asegure que haya una estructura del Estado que sea eficiente. Y que haga todo lo posible para alejarse de la corrupción y la combata de manera determinante.
—¿Y cómo puede esa debilidad impactar en la relación Ejecutivo-Congreso?
Si la presidenta hace las cosas como corresponde y da muestras de que está buscando el bienestar de la población, pienso que el Congreso tiene que esperar como reacciona la presidenta. Tenemos que tener cierta tolerancia, pero que no se vaya a los extremos de que se permitan ciertas cosas. Obviamente tenemos que seguir con nuestro papel de fiscalización, que es una de las competencias más importantes, y el control político. Es una forma de poder darle a la población una tranquilidad de que se está fiscalizando.
—¿Cuánto puede durar la luna de miel?
Espero que dure por el bienestar de la ciudadanía. Y exhorto a que el Ejecutivo y Legislativo hagamos todo lo que corresponda en ese sentido. Y que sean trabajos que no orienten a los intereses políticos. La presidenta debe tomar bien en cuenta eso. Tiene que satisfacer a todos, esa es una forma de conseguir consensos y tranquilidad.
—La presidenta pide dejar la confrontación y una tregua. ¿Cree que se puede asegurar desde el Congreso que así será?
Somos 130 congresistas. Sí existe la buena voluntad. Pienso que la oposición tiene esa voluntad. El oficialismo ya como tal no es oficialismo. La posición que ellos van a tomar vamos a verla luego. Pero con certeza puedo decir que los congresistas siempre buscan el bienestar de la población que los eligió una u otra forma. De repente no de la forma más adecuada, no me refiero a una cuestión ilegal, pero sí se debe hacer esto. Pero la presidenta tiene que marcar ese rumbo. No orientarse hacia un solo lugar, nicho.
—Con todo lo ocurrido en el gobierno de Castillo en cuanto a designaciones, falta de transparencia, corrupción… ¿Qué recomendación le daría a Boluarte?
Primero un Gabinete con políticos y técnicos eficientes, transparentes, con experiencia, manejo político, que hagan consensos y que demuestren calidad. Y que en poco tiempo estén haciendo conocer de toma de decisiones importantes. Le pediría a ella que corte todo aquello que es corrupción drásticamente.
—Los aún defensores de Castillo hablan de que no hubo golpe, que fue una opinión, fue un decir, que estaba drogado, que es un preso político y otros. ¿Qué le parecen esas excusas?
Ese es un asunto que da vergüenza, es delirante. Es como la cereza que faltaba. El expresidente nos ha tenido intentando acostumbrarnos a tantas cosas irregulares que en otros lugares serían un escándalo, pero decir que no supo lo que dijo, que estuvo bajo efectos de alguna medicina, es absurdo. Con toda certeza que ese mensaje a la nación lo ha hecho con otras personas. Se va a saber quiénes son los que escribieron ese mensaje, quiénes dieron la idea, quiénes estuvieron ahí, respaldaron, quiénes hicieron creer que funcionaría eso.
—Las miradas apuntan a Betssy Chávez. ¿La Comisión de Ética tendría que actuar?
Sí, de oficio hay comisiones que tienen que actuar. A ella se le sindica como una de las personas que han tenido que ver con esto, lo mismo que al ex primer ministro Aníbal Torres. Yo no creo que el expresidente haya hecho solo ese mensaje. No entiendo cómo ha podido hacer eso, no ha hecho ninguna proyección, análisis. Y encima nos ha querido meter a un abismo sin salida. Él es un usurpador de primera junto con quienes lo secundaron.
—¿Cuáles deberían ser los primeros gestos del nuevo PCM y del Gabinete?
Generar confianza, credibilidad, dirigirse a todos, hablar con la prensa. Cómo van a conocer a un gobernante si no habla, si la población no lo siente. Tiene que hacerse notar.
—¿Cree que se pueda calentar la calle con lo que está pasando?
Espero que no. Le pediría a la población que piense que el presidente que se ha ido no era el adecuado. Defender a una persona que ha cometido tantos errores, que tiene tantos indicios de delito y que quiso disolver varias instituciones del Estado, que fue un usurpador, no se le puede seguir. Y el resto de sus reclamos, que son de carácter electoral, son conciliaciones que los gobernantes de todos los sectores tienen que pensar y saber qué hacer. A la población hay que darle trabajo, salud, educación y hacerle sentir que tenga bienestar.
—Los reclamos no son para defender al expresidente en realidad…
Son por necesidades y están pidiendo renovación, elecciones. Es un asunto que se tiene que tener en cuenta. Eso es lo que quiere la población, porque tiene desconfianza. Hay que generar confianza y volver a conectar con la población.