La defensa de Alejandro Toledo ha presentado los últimos argumentos para conseguir su libertad bajo fianza antes del martes 29. Esto en respuesta a la moción enviada el lunes 21 por la fiscal Elise LaPunzina, que detallaba las mejores condiciones carcelarias del expresidente en su nueva prisión de Maguire, condado de San Mateo, California.
El documento enviado por la defensa está basado —en sus puntos más importantes— en una declaración jurada adjunta del abogado estadounidense de Toledo, Graham Archer, que recoge principalmente declaraciones del propio expresidente. En su declaración jurada, Archer explica que Toledo solo pasa una hora al día en la sala de recreo que comparte con otras cuatro celdas en el área de custodia protegida.
Sin embargo, Archer explica que Toledo solo ha podido compartir tiempo en esa sala con otro convicto de alta peligrosidad. Según el testimonio del propio Toledo, se trataría de un expolicía —cuyo nombre no se precisa— encarcelado el 9 de octubre por violación, secuestro, hurto y otras prácticas sexuales no consentidas.
“El plan del gobierno parece ser confinar a Toledo a un contacto intermitente con un violador convicto que espera una sentencia de cadena perpetua”, concluye la moción enviada por la defensa. En otro momento, además, Archer asegura que la celda de Toledo —que tiene 9,5 m2, pero es más grande que la del resto de internos de Maguire— “tiene el tamaño de una plaza de estacionamiento común”.
La defensa de Toledo, sin embargo, no aborda el argumento fiscal de que el expresidente ha recibido ya por lo menos dos visitas de su esposa, Eliane Karp, y que ha realizado más de cien llamadas en diez días, algunas de ellas internacionales. Esto porque en Maguire su nuevo régimen penitenciario le proporciona acceso libre al teléfono y dos visitas por semana, lo que constituye un cambio radical respecto al régimen de aislamiento que tenía en Santa Rita.
“El Dr. Toledo me informó que puede escuchar a menos personas que cuando estaba internado en Santa Rita [su anterior prisión], y que por eso se siente más aislado”, asegura Archer. Además, la defensa profundiza en el argumento del deterioro de la salud mental del expresidente, describiendo síntomas similares a los expuestos por el expsiquiatra de Toledo en Santa Rita en una carta enviada a la Corte de California: una constante repetición de sus ideas, olvidos y temblores corporales.
Antes del 29 de octubre, el juez Vince Chhabria deberá evaluar tanto la moción fiscal como los argumentos de la defensa para determinar si las nuevas condiciones carcelarias de Toledo son adecuadas o afectan su salud mental como lo hacían las anteriores. De ser este último el caso, el expresidente saldría en libertad bajo fianza con un grillete con GPS atado a su pierna.