Alicia Rojas Sánchez

Impulsado por la desvergüenza, Alejandro Toledo tenía que poner en evidencia su impaciencia frente a Jorge Barata. “Oiga Barata, puta, me paga, caramba”, habría lanzado el expresidente como reclamo en Lima. Según Barata, y en un testimonio que consta en el juicio que se le sigue, Toledo exigía el cumplimiento del pago de un soborno. Una colusión por la que ahora está ahora sentado en el banquillo. Los US$ 35 millones que se le acusa haber recibido por parte de Odebrecht por los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica.