Una de las contadas agremiaciones que denunció a la red criminal que lideraría el hoy preso Rodolfo Orellana cuando ésta estaba en la cima de su poder fue la Federación Nacional de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Perú (Fenacrep).
Este federación, en el 2011, sindicó a Orellana y a sus socios de los presuntos delitos de estafa y falsificación de documentos. La primera razón: Coopex, la cooperativa de esta red, estaba emitiendo indebidamente cartas-fianza para estafar al Estado.
La segunda razón: los organismos de control, como la Contraloría General de la República, habrían hecho caso omiso a la advertencia que ellos dieron en el 2010. Es frente a esta pasividad del Estado, recuerda Manuel Rabines, gerente general de Fenacrep, que deciden tomar cartas en el asunto. "Nos dejaron solos", afirma.
— ¿Por qué decidieron investigar a Coopex, la cooperativa de Orellana?
En el 2008 tomamos conocimiento de su fundación. Y que comenzó a operar con un capital social de S/.3 mil. Pero en el 2009, su estado financiero aumento sorpresivamente a S/. 3 millones. Eso nos llamó la atención. Así que decidimos hacer una visita de inspección.
— ¿Qué hacía de Coopex una cooperativa fraudulenta?
En primer lugar porque la ley especifica que solo las instituciones del sistema financiero supervisadas por la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) pueden emitir cartas fianza. Coopex, sin cumplir ello, emitía estas cartas.
— ¿Qué otras irregularidades encontraron en Coopex?
Por ejemplo, que los fondos de esta cooperativa habían sido utilizados para pagar los estudios del hijastro de Rodolfo Orellana, Churchill Orellana [actualmente prófugo].
— ¿Qué hicieron luego de encontrar estas irregularidades?
Ellos, en el 2010, en una segunda inspección que hicimos, no levantaron las observaciones que encontramos. Luego cambiaron de domicilio. Decidimos informar a la Contraloría General de la República, al Ministerio Público y a la SBS.
— Entonces le pidieron ayuda a los organismos de control.
La ley nos obliga que cuando encontramos algunos actos que pueden ser calificados como delitos, tenemos que poner en conocimiento a las autoridades. Así que eso fue lo que hicimos. Lamentablemente no encontramos respuesta
— ¿No hicieron nada?
Sí, esa es nuestra percepción porque esas cartas seguían siendo aceptadas. Nos dejaron solos contra ellos [la red Orellana]. Sin embargo, como somos una entidad privada, actuamos rápido. Decidimos mandar avisos advirtiendo sobre Coopex.
— ¿Por qué cree que guardaron silencio las autoridades, pese a que fueron alertadas?
Creo dos cosas: o no le dieron suficiente interés o porque somos muy pequeños en la industria financiera, cerca del 2%.
— ¿El silencio de estas entidades podría ser de complicidad?
Hubo un silencio de todas las autoridades competentes (fiscalía, Contraloría y SBS). Y nos llama mucho la atención que ahora salgan a la prensa a tratar de limpiarse al decir que las cooperativas no están adecuadamente supervisadas. Y que producto de ello vino Coopex. ¿Por qué atacan a quien hizo todo lo posible por detener a esta corrupción? Están tratando de justificar su inactividad.