El pasado 31 de julio, el colaborador eficaz de código CE-04-20022 les habló a los miembros del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder sobre una reunión entre Bruno Pacheco y Beder Camacho en el Cercado de Lima, en la que el primero mencionó un nombre hasta ahora desconocido por la opinión pública. La cita ocurrió en enero de este año y allí Pacheco le reclamó que no se estaba cumpliendo el financiamiento que le había asegurado un tal “Rousbel”.
Según Pacheco, “Rousbel” le había dicho que le iban a entregar veinte mil soles para sus gastos personales como garantía de que lo estaban apoyando y así no brindara información al Ministerio Público. El ex secretario general de Palacio le dijo mortificado a Camacho que solo había recibido cuatro mil soles de ese total (entregados por el empleado de la DINI Henry Shimabakuro, según testimonio del mismo colaborador CE-04-20022).
“Después no se quejen cuando yo hable”, afirmó Pacheco, que por entonces solo estaba siendo investigado por corrupción en el gobierno de Pedro Castillo y no pesaba en contra de él una orden de prisión preventiva.
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Camacho le respondió que la entrega del dinero estaba siendo realizada por Shimabakuro (los sobres con efectivo le eran entregados, según el colaborador, a la hermana de Pacheco). Luego de la reunión, Camacho le informó al jefe del Estado sobre el reclamo expuesto.
El otro sobrino
¿Quién es “Rousbel”? Este Diario ha podido confirmar, con información en la que se basa la denuncia constitucional contra el presidente presentada al Congreso, que se trata de Rudbel Oblitas Paredes, el sobrino de 28 años del jefe del Estado (es hijo de Lelis Paredes Navarro, hermana de la primera dama).
Según las investigaciones, Rudbel Oblitas asumió un rol preponderante en la presunta organización criminal que lideraría el mandatario luego de que los otros sobrinos Fray Vásquez (hasta hoy prófugo de la justicia) y Gianmarco Castillo tuvieran encima los reflectores.
De hecho, en la denuncia presentada por la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, el familiar del mandatario es considerado parte de la organización criminal. Sobre él, se dice “que su rol habría consistido en coordinar y dirigir los procesos de contratación que se desarrollaban en el Ministerio de Vivienda”. Uno de ellos es el del mejoramiento de un sistema de agua potable y saneamiento en la ciudad de Chachapoyas (en el que Walter Paredes, hermano de la primera dama, tenía interés en ejecutar). Oblitas se habría comprometido en acelerar el trámite en el ministerio antes mencionado, que por entonces estaba a cargo de Geiner Alvarado.
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Al respecto, el empresario Hugo Espino Lucana, como parte de su confesión sincera a la fiscalía, dijo que Oblitas tenía llegada a ese ministerio, por eso fue él quien le aceptó el trato para que fuera una de sus empresas la encargada de realizar el expediente. Ambos coordinaron los pagos que se iban a hacer para elaborar el trabajo.
El sobrino del mandatario registra una visita en el Ministerio de Vivienda el 29 de setiembre del año pasado. Ese día, según los registros, se reunió con Salatiel Marrufo, entonces jefe del gabinete de asesores de Alvarado. Oblitas llegó solo y se reunieron alrededor de treinta minutos (hoy Marrufo está bajo detención preliminar por integrar el presunto Gabinete en la sombra de Castillo).
Oblitas también registra visitas al Ministerio de Transportes el año pasado, poco después de que el hoy prófugo Juan Silva asumiera la jefatura de esa cartera. El 2 de agosto, Oblitas llegó y, según el registro de visitas, fue recibido por el entonces secretario general Domingo Rubio Uriarte.
Los cinco detenidos del llamado Gabinete en la sombra del presidente Pedro Castillo fueron llevados ayer a la sede de la Diviac en la Dircote (Cercado de Lima). Se trata de Auner Vásquez Cabrera, Salatiel Marrufo, Abel Cabrera Fernández, Biberto Castillo y Eder Vitón Burga. De acuerdo con fuentes de este Diario, el recojo de sus declaraciones comenzará hoy sobre su participación en la presunta red delictiva que lideraría Castillo. Su plazo de detención es de diez días.
Hasta el cierre de esta edición, el paradero de Alejandro Sánchez Sánchez (dueño de la casa en el jirón Sarratea) es un misterio.Fuentes de este Diario señalan que, ante esta actitud evasiva, se solicitaría la prisión preventiva.La última vez que se vio a Sánchez fue a fines del mes pasado en un domicilio en Surquillo. Se sospecha que su último paradero fue en su casa de Asia (Cañete).