Los aires navideños no fueron óbice para que la semana pasada los jueces supremos Javier Villa Stein y César San Martín volvieran a intercambiar punzantes dardos en algunos medios de comunicación.
El primero de ellos disparó en radio Capital: “Yo nunca he trabajado con el gobierno de Fujimori, el que trabajó con ellos fue el señor César San Nadine Castro, perdón, San Martín Castro”.
El aludido no se quedó atrás. “Él ahora está diciendo Fujimori es inocente, está sufriendo, bueno tiene su corazoncito”, respondió en radio Exitosa.
Esos roces se habían iniciado el 5 de diciembre en el Congreso, durante un debate académico sobre el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el que participaron los dos.
Allí, Villa Stein no solo calificó a la CVR de ser “una entidad caviar absolutamente parcializada”, sino también cuestionó los fallos de San Martín y repitió que este trabajó diez años para el gobierno fujimorista, en alusión a que San Martín asesoró al Ministerio de Justicia, aunque solo lo hizo entre 1993 y 1994.
El magistrado que condenó a Fujimori a 25 años de prisión devolvió el golpe a Villa Stein, quien no se quedó hasta el final del debate: “Ya no está, siempre patea y luego se va. Villa Stein ha fijado algunos criterios que son profundamente equivocados. La ignorancia es atrevida”, dijo molesto.
Este enfrentamiento supremo no es reciente. En noviembre del 2014, por ejemplo, los pullazos sacaron chispas. San Martín dijo de Villa Stein: “Tiene la lengua muy larga, pero las ideas cortas”, por haberlo tildado de ‘fujiconverso’.
Villa Stein, juez de lengua afilada, retrucó al instante: “Sí, mis ideas pueden ser cortas pero mi memoria larga: me acuerdo bien cuando San Martín trabajó devotamente con y para Fujimori”.
En esa oportunidad, el entonces presidente del Poder Judicial, Enrique Mendoza, tuvo que darles un jalón de orejas: “Cualquier diferencia de pareceres debe resolverse dentro del Poder Judicial”.
Dos miembros de la Corte Suprema que prefirieron no ser identificados indicaron a El Comercio que es “incómodo” para la judicatura que haya este tipo de enfrentamiento. Agregaron que estos roces empezaron, aunque de manera esporádica, en el 2011 cuando San Martín sucedió a Villa Stein en la presidencia del Poder Judicial.
La relación entre ambos magistrados se habría resquebrajado totalmente en el 2012 tras la anulación del polémico fallo de la sala penal presidida por Villa Stein, que había rebajado las penas al grupo Colina en el Caso Barrios Altos.
Al respecto, Villa Stein sostuvo hace unos días en radio Capital que “hubo una campaña feroz para tirarse abajo nuestra sentencia. César San Nadine era el presidente del Poder Judicial cuando se tiran abajo esa sentencia”.
Uno de los jueces consultados sobre esta bronca indicó que “más que rivalidad, a ellos lo veo como representantes de corrientes doctrinarias en materia penal”.
El mismo San Martín así lo reconoce: “Existe hace años una diferencia que tenemos y que ha pasado del plano jurídico a una lógica personal por culpa de ese señor que siempre me ataca y yo tengo que responder”.
“En el fondo esta diferencia está centrada en un tema ideológico, en cuál es el rol de la jurisprudencia, cuál es el papel de un juez en el Estado de derecho y cuál es la actitud frente al gobierno de Fujimori”, declaró San Martín a El Comercio.
Villa Stein, por su lado, ha dicho que su dureza contra San Martín y los caviares responde a que estos habrían propiciado que “en los últimos años se haya violentado el principio de legalidad de manera obscena. Ha habido cacería de brujas”. El pleito tiene para rato.
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