Fernando Vivas

“La estrategia es que no hay estrategia”, me dice un amigo del gobierno. Pero no es un mero juego de palabras, es un drama real: la improvisación, la toma y abandono de decisiones, la indefinición; han pasado de ser defectos, para convertirse en recursos fáciles, en un modo de sobrevivir. El rechazo del presidente Pedro Castillo a las entrevistas es parte de este drama de dejadez ejecutiva: no quiere arriesgarse a poner al desnudo su indecisión ante un interrogatorio. Eso sería peor que el silencio. Por ahora, según me cuenta una fuente, se ha decidido por un punto medio antes de abrir la cancha: exponerse por unos minutos a las preguntas de los reporteros.