Fernando Vivas

“!Los Niños están llevando al Pleno de las narices!”, me exclama un fujimorista en off. “¡Deee las nariiiices!”, me repite cómo si no entendiera su figura. Los ‘Niños’ son la metáfora perfecta/perversa del Congreso. No es cuestión etaria sino legal: Son plenamente conscientes al actuar, pero inimputables cual menores de edad. Mientras el Pleno considere que los delitos que se les imputan son ‘de función’; o sea, relacionados a su trabajo como congresistas; podrán seguir amparados en su derecho al antejuicio. Los denunciarán constitucionalmente pero seguirán tejiendo su red de influencias para que el Pleno vote por salvarlos.

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