Martín Vizcarra - En busca de una coalición
Martín Vizcarra - En busca de una coalición
Diego Chirinos

“El gobierno de será un gobierno débil”. Con esa frase recurrente, analistas y políticos advertían a fines de abril la fragilidad a la cual se enfrentaría el entonces vicepresidente al asumir la jefatura del Estado.

Ese escenario era principalmente atribuido al desgaste generado por la renuncia del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski. Tres meses después, sin embargo, el contexto que enfrenta Vizcarra no solo se reduce a ello.

Una bancada dividida, el menor apoyo popular y las próximas elecciones subnacionales le impiden al Ejecutivo crear coaliciones por ahora.

—Problema congresal—
La falta de una base sólida de apoyo al gobierno parte del Congreso. En los últimos días, se reavivaron viejas discrepancias de este con la bancada oficialista e incluso divisiones dentro de esta.

Mientras algunos legisladores anunciaban “una constante evaluación” de su postura frente al Ejecutivo, miembros del denominado bloque provinciano se reunían en privado con el presidente para ratificarle su apoyo.

“Ese era el grupo con el que contaba y, en lugar de fortalecerlo, parece dividirlo. Mientras tanto, los acuerdos con el fujimorismo tampoco terminan de sincerarse. Entonces, aún no existe una base sobre la cual pueda apoyarse el Ejecutivo”, señala el analista político José Carlos Requena, del Grupo 50+1.

Pese a las especulaciones iniciales, Fuerza Popular tampoco se muestra como un aliado firme hasta el momento. Si bien los oficialistas más críticos endilgan al primer ministro César Villanueva un acuerdo con el fujimorismo, ese grupo por ahora mantiene un respaldo medido.

Aunque con algunas modificaciones, la bancada de Fuerza Popular apoyó el pedido de facultades legislativas. Pero algunos de sus miembros pidieron la salida de la titular del Midis, Liliana La Rosa.

“Se puede decir que hay una interacción, aunque no una alianza explícita. Y si Martín Vizcarra sigue cayendo en las encuestas, Fuerza Popular podría tomar distancia pensando en el 2021. Es una relación muy frágil”, comenta el analista político Enrique Castillo.

—Carencia popular—
Sin un apoyo parlamentario firme, el presidente Vizcarra vería su futuro reflejado en precedentes como el del gobierno de Alejandro Toledo. Frente a un Congreso adverso, este apeló al apoyo popular durante sus primeros compases.

“Pero incluso ese campo le resulta hoy difícil al gobierno, a diferencia de los primeros meses de Kuczynski. PPK tenía el apoyo popular principalmente del antifujimorismo. Ese no es el caso de Vizcarra, a quien, además, los viajes [a regiones] parecen no haberle ayudado”, agrega Castillo.

Más allá de errores propios, el actual jefe del Estado heredó un hartazgo derivado de la controversial salida de Kuczynski. Prueba de ello es que mientras la aprobación de su predecesor cayó apenas seis puntos porcentuales durante los tres primeros meses de gobierno, la suya triplica esa cifra.

(Composición: El Comercio)
(Composición: El Comercio)

En el interior del país, el panorama es similar. Su aprobación se reduce pese a sus constantes visitas a las regiones. Y, por ahora, no ha podido forjar coalición política alguna con autoridades subnacionales, tales como las que sí consiguió Kuczynski con Yamila Osorio (Arequipa) o Luis Valdez (La Libertad).

“En un año electoral como este, eso será muy difícil. Las autoridades actuales no pueden reelegirse, y apoyar candidaturas que no se saben cómo terminarán sería un riesgo muy alto para el Ejecutivo”, advierte Paula Muñoz, profesora de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad del Pacífico.

No obstante, las fuentes consultadas para este artículo coinciden en que, una vez elegidas las autoridades subnacionales, el gobierno apostaría por buscar alianzas con ellas.

—Busca compromiso—
Así, el escenario descrito reduce la coalición actual del presidente Vizcarra al jefe del Gabinete, César Villanueva, y a ministros y asesores de menor perfil que lo acompañan desde su gestión en Moquegua, como el titular del MTC, Edmer Trujillo.

“Lamentablemente, eso no basta para llevar a cabo reformas de mediano o largo plazo, aunque tenga la voluntad. Para hacerlo necesita el compromiso de Fuerza Popular, que por ahora no muestra interés en involucrarse más”, concluye Requena.

Sin un apoyo político, regional o ciudadano, al Ejecutivo los tres años restantes podrían resultarle muy largos. Y no necesariamente por debilidad del gobierno de Martín Vizcarra.