El presidente Martín Vizcarra cierra el 2019 con 56% de aprobación, con cuatro puntos porcentuales menos que en noviembre y alejado aún más del histórico pico de 79% que alcanzó en octubre tras la disolución del Congreso.
Según la última encuesta de El Comercio-Ipsos, su desaprobación se ubica en 33%. Así, el mandatario termina un año con vaivenes en su popularidad, marcados por la confrontación con el Congreso y la mayoría de Fuerza Popular.
Pero disuelto el Parlamento, con una Comisión Permanente debilitada y a la espera de la nueva conformación congresal, especialistas consultados por este Diario ven difícil que el mandatario tenga un repunte como los logrados anteriormente.
Alfredo Torres, presidente ejecutivo de Ipsos Perú, señaló que ya se acabó el efecto de la disolución del Congreso y Vizcarra está retornando a las cifras que tenía antes de tomar la decisión. Esta vez, apuntó, con una caída ya no tan acentuada como en noviembre.
“Estaría llegando a una estabilización con una tendencia ligeramente declinante, pero no muy intensa. [...] Al siguiente año la va a tener muy difícil, porque ya sería un poco forzado que se siga peleando con el nuevo Congreso”, manifestó el también analista político.
En esa línea, el politólogo Jorge Aragón sostuvo que queda por verse dónde podría estabilizarse la popularidad del presidente en el corto plazo y con base en qué acciones, pues ya se agotó la dinámica de confrontación con el fujimorismo.
“Tiene que haber señales de gestión en otros sectores. A la gente le preocupan la corrupción, la seguridad ciudadana, la pobreza. Hay una agenda como para que el gobierno pueda mostrar cierta efectividad. Pero eso pasa por gestiones y ministerios”, aseveró el investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Sin embargo, parece haber un problema. El estudio también da cuenta de que tanto la desaprobación al primer ministro Vicente Zeballos como al Poder Ejecutivo en general está por encima de la aprobación, que a su vez también ha caído en ambos casos en comparación con el mes pasado. Mientras tanto, el respaldo a la Comisión Permanente no presenta mayor variación.
“Es una continuación del Congreso disuelto. La gente que aprueba a la Comisión Permanente es más o menos la que aprobaba al Congreso, gente que está en oposición al gobierno. Pero no se mueve porque tampoco hay mayor actividad”, dijo Torres.
A juicio de Aragón, “en la cabeza de la gente, es como la extensión o lo que quedó del Congreso. No llama mucho la atención su desaprobación”.
-Atribuciones-
De otro lado, la mayoría de encuestados percibe a Vizcarra como concertador y dialogante; respetuoso de quienes piensan diferente y una persona capaz y competente para el cargo. Pero la diferencia porcentual es mínima entre quienes piensan que toma decisiones siguiendo un criterio técnico (43%) y quienes creen que es populista (42%).
Las mismas consultas se hicieron en agosto, pero no hay mayor variación incluso tras la disolución del Congreso. Torres explicó tal situación al considerar que la ciudadanía ve una actitud prudente del jefe del Estado en el interregno.
Aragón cree que en la población no ha calado el discurso opositor de señalar a Vizcarra como autoritario o dictador.
MÁS DATOS
Vizcarra inició el año con 63% de aprobación. Luego, fue cayendo y repuntó a 50% en junio al someter a confianza seis proyectos de reforma política; y a 57% en agosto tras plantear el adelanto de elecciones generales