“En el Congreso estamos sus adversarios políticos, no sus enemigos”, le remarca Mulder al Ejecutivo. (Foto: Víctor Gonzales)
“En el Congreso estamos sus adversarios políticos, no sus enemigos”, le remarca Mulder al Ejecutivo. (Foto: Víctor Gonzales)
Diego Chirinos

fue uno de los promotores de la controversial moción con la que se citó de urgencia al ministro de Economía, Alfredo Thorne, al Congreso. Sin embargo, luego del revuelo generado, se muestra tranquilo.

— Al Congreso se lo criticó por la premura al citar a Thorne ante el pleno, un día antes de su presentación ante la Comisión de Fiscalización. ¿Se apuraron?
De ninguna manera. El audio salió el 4 de junio y nosotros lo citamos el 15. Pasaron 11 días en los que pudo dar la cara y optó por irse de viaje. Reflexionamos sobre su cita en la comisión cuando regresó y pidió que se le reprogramara para dilatar la situación.

— ¿No era una presión para conseguir su renuncia?
No. El objetivo era que explicara. ¿En 14 días no pudo regresar a enfrentar una acusación política? Todo era una estrategia. Entonces dijimos: “Que venga al pleno”.

— Si dilatar el tema era la estrategia del Gobierno, ¿por qué el Congreso aceptó citarlo el viernes?
Para que no tenga pretextos. Esto sirvió para mostrar que Thorne se aferra al cargo y no tiene autocrítica. Para que el país sepa el espíritu antidemocrático que tienen algunos representantes del Gobierno, quienes consideran que el Congreso debe ser ninguneado o despreciado.

— ¿También sirvió, como dicen algunos, para “hacerle ‘bullying’”?
Esa es una estrategia de victimización. Con ese cuento buscan tener impunidad. Es esa visión talibán de no renunciar e ir a la censura. Un desafío antidemocrático y dictatorial similar al de Alberto Fujimori [antes del autogolpe] de 1992.

— ¿El Congreso también entra en ese juego al decir: “Yo no lo censuro, tú dile que renuncie”?
El Congreso no va a tener ningún problema para censurarlo, ya que ellos no tienen autocrítica ante este hecho gravísimo.

— Entonces, ¿empezarán a correr desde hoy la moción para censurar a Thorne?
Así va a ser. Empezaremos a correr la moción de censura.

— ¿La oposición tenía miedo de quedar como obstruccionista y por eso no inició el proceso el viernes?
No es miedo, pero sin duda van a hacer una campaña para mostrarnos así y buscar impunidad. Porque si el Congreso censura a tres o cuatro ministros, ya no tendrá espacio para seguir censurando. No podemos atarnos la soga al cuello censurando ministros a cada rato.

— ¿El Congreso debería estar pendiente de esos cálculos políticos y no de su rol fiscalizador?
La política obliga a evaluar todas las circunstancias. Todo vale. La solución es la salida del ministro, pero el presidente también se victimiza y demuestra que no sabe gobernar. Para el Gobierno, en el Congreso están sus enemigos y hay que arrinconarlo [al Parlamento].

— ¿En el Parlamento no están sus enemigos?
Están sus rivales, no sus enemigos. Somos adversarios políticos en un sistema democrático. Pero ellos creen que hay gente que quiere vacarlos, cuando eso es absolutamente imposible. ¿A quién podría convenirle?

— Para ciertos sectores, a Fuerza Popular.
A Fuerza Popular no le conviene que el Gobierno fracase. Si fracasa, va a venir un antiestablishment a barrer con Fuerza Popular y todos los partidos democráticos.

— ¿El Parlamento no busca arrinconar al Gobierno?
Han salido a decir que nos comimos a Saavedra y a Vizcarra. ¿A Vizcarra lo sacó el Parlamento? Él renuncia, pero nos lo atribuyen a nosotros. Buscan crear confrontación.

— ¿No optaron por la censura rápida a Thorne porque condicionaría la interpelación al ministro del Interior, Carlos Basombrío?
Yo puedo asegurar que a Basombrío no se lo va a censurar. Esta interpelación debe verse como un examen tras un año de gestión, en el cual hay muchos puntos positivos y otros negativos. Los ministros deben internalizar eso.

— Más allá de lo que diga el Ejecutivo, ¿reconoce algún exceso del Parlamento?
Al contrario. El Congreso ha sido exageradamente dadivoso con el Gobierno. Se les dio el voto de confianza, las facultades delegadas, la ley de presupuesto, etc.

— ¿Hay una alianza entre el fujimorismo y el aprismo?
No la hay ni la hubo. Somos partidos de oposición que perdieron las elecciones y, por ello, tenemos una misma mirada respecto al Gobierno. El Apra es un partido independiente y no somos furgón de cola de nadie.

— Pero sí hay un pacto político, por el cual será vicepresidente de la Mesa Directiva.
Ese es un acuerdo administrativo. Porque para integrar la Mesa Directiva no hay ningún condicionamiento de carácter programático ni ideológico.

— Ya que no hay una alianza, ¿cree que Alberto Fujimori debe ser indultado?
Los indultos deben darse por temas humanitarios y, según se ha explicado, este no es el caso. Al ser un tema con tanta relevancia política, indultarlo generaría demasiada sensibilidad y confrontación.

— Usted ha dicho que los ministros son fusibles. ¿Cuántos más pueden quemarse antes de empezar a dañar al presidente?
Los fusibles que se van ya empiezan a dañar al presidente. Él debe buscar ministros con experiencia, porque aquellos que no la tienen cometen los errores de Thorne.

— Uno de los partidos tradicionales es el Apra. ¿Aceptarían formar parte del Gabinete?
No me opongo a que el Apra sea un partido que forme parte de un gobierno de ancha base porque entiendo que la política es el arte de la transacción. Pero brindar una respuesta como esta, sin existir una propuesta, va a llevar a que digan que queremos entrar [al Gabinete]. Y eso no es así.

— ¿El contralor Edgar Alarcón debe seguir en el cargo?
No hay manera de que se quede, pero ese es un proceso de la Comisión Permanente.

MÁS EN POLÍTICA...