La entrevista tuvo que esperar unas horas, porque María Isabel León, la voz de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), tenía que comparecer en una ceremonia de donación de balones de oxígeno, con el primer ministro Walter Martos y la ministra Pilar Mazzetti. En buena hora, pues así nos puede contar algo de lo que habló con ellos.
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—¿Confiep tiene una filosofía para conciliar la angustia y la presión de los socios por reactivarse, con las restricciones sanitarias indispensables?
No es que Confiep tenga una presión puramente económica para activarnos. Somos conscientes de que vivimos una pandemia que ha decantado en una devastación económica, y somos conscientes de que hay que cuidar la salud. Acá no hay un asunto de mercantilismo y hacer negocios; acá tiene que primar la salud, no el dinero. Tenemos que aprender a vivir con el virus y cuidar la salud y la economía porque sino las familias no van a tener pan para llevarse a su casa. La presión, si la quieres llamar así, no es por abrir los negocios sino por mantener los puestos de trabajo y generar los bienes y servicios que la población necesita para vivir, y los fondos que el estado necesita redistribuir.
—¿Se le pasó la mano al gobierno en el rigor de la contención?
Nadie en el mundo entero ha estado preparado para enfrentar esto. Hubo rapidez para imponer la cuarentena inicial de 15 días, dejando operativo lo esencial. El objetivo era ganar tiempo para mejorar la atención de salud, desgraciadamente se fue prolongando y la preocupación ya no es solo por la salud sino por la situación económica de las familias. Acá no puede haber un divorcio entre salud y economía.
—¿Ven con buenos ojos bonificar a la población?
Tengo que reconocer que el Perú, gracias a Dios, tiene una macroeconomía sólida que es fruto del trabajo de los peruanos. No quiero ni pensar en lo que hubiera ocurrido si esta pandemia nos pesca en los 80 cuando no teníamos reservas. Gracias a la inversión privada y al esfuerzo de los peruanos hemos desarrollado una macroeconomía sólida. El presupuesto público de este año tiene un fondo de contingencia de alrededor de 27mil millones. Contra este fondo se están girando muchos de los egresos. Nos parece bien que se haga uso de los ahorros que hemos generado los peruanos.
—¿Eso incluye echar mano a los fondos previsionales [ONP, AFP)?
No, me estoy refiriendo al Fondo de Estabilización Fiscal (FEF). Presido el consejo empresarial de la Alianza del Pacífico y allí comentamos la fortaleza macro del Perú. Hemos tenido espalda para enfrentar esto en mejor condición que otros países de la región; pero los fondos son finitos, por eso, cuidando la salud y manteniendo los protocolos, tenemos que continuar con la inversión generando puestos de trabajo.
—¿Está de acuerdo con la reciente restricción de inmovilización en los domingos?
Justo hoy lo conversé con el premier [Walter Martos] y la ministra de Salud [Pilar Mazzetti] y veo que tienen la apertura. El premier ha dicho que va a sentarse a escuchar al sector privado y conocer nuestra experiencia. La paralización de los domingos no ha tenido el efecto esperado, las familias ya están saliendo a trabajar y el domingo normalmente salen a hacer compras. Nuestra preocupación no es mercantilista de pérdidas o ganancias, va por el hecho de que los sábados la congestión va a ser mayor, y la buena intención de la medida traerá una repercusión peor. El premier ha dicho que irán evaluando la medida.
—Pero no nos libramos este domingo.
Eso ya está publicado en la ley. Lo importante, y lo hemos conversado con el premier y la ministra, es que hagamos sector público y privado a nivel nacional, una campaña masiva para que la gente sepa que esta pandemia no terminó, que no podemos bajar la guardia. Hay personas que se confían y empiezan a visitar a sus familiares más vulnerables.
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—La relación entre sector público y privado no es la óptima en medio de una crisis.
Hemos tenido apertura para hablar con ministros, destaco a la ministra Rocío Barrios que estuvo en Produce. Pero muchas veces nos oían pero no nos escuchaban. Me daba la impresión de que pensaban que solos iban a poder enfrentar la situación.
—¿El Minsa es el malo de la película con sus protocolos?
En honor a la verdad, mi relación con los dos ministros de Salud anteriores, la ministra [Elizabeth] Hinostroza y el ministro [Víctor] Zamora, indistintamente de sus posiciones ideológicas que no vienen al caso, ha sido positiva. Las relaciones con el sector público tienen que ver con cómo hacemos para que el estado se desburocratice porque los nudos y cuellos de botella siguen aquí.
—Es natural que lo diga un empresario, ¡pero también lo dicen los ministros¡
En la última reunión que tuvimos varios presidentes de gremios empresariales con el premier [Vicente] Zeballos le pedí que cuando pasara esta situación, nos sentemos a trabajar con personas que conocieran el tema y revisar la maraña legislativa por sector. Mucha gente me pregunta porqué no se activan los empresarios como en Ecuador, eso se lo comenté al premier hoy. Allí se pasó por alto mucha legislación que se cumple en situación normal. En situación de guerra hay cosas que se tienen que obviar. No es posible que hayan quedado en las aduanas ventiladores mecánicos porque eran usados, mientras se morían los pacientes.
—Vivimos el efecto de otro trauma, el destape del Lava jato y otros casos de corrupción. Eso ha generado mucha desconfianza hacia el sector público y privado.
La desconfianza es la palabra exacta que pinta la situación que vivimos. Creo en las personas y en que podemos hacer las cosas mejor, que podemos lo correcto cuando nos ven y cuando no nos ven.
—Dijo que la ideología no venía a cuento. Pero estuvo presente en un comunicado de Confiep que reaccionó por la amenaza de expropiar clínicas. Y fue un ‘bluff’ presidencial.
Al final, el tema se resolvió, lo que primó fue un tema de respeto a valores y principios dentro de la institución, más allá de la condena por actos de algunas clínicas y empresarios que no están en Confiep. Fue un episodio que queda para la historia.
—Asbanc, el gremio de los bancos, no estuvo de acuerdo. ¿Limaron asperezas?
Sí, hacemos los pronunciamientos por voto mayoritario o por consenso y ese tema ya se ha resuelto.
—¿Le parece bien el énfasis hacia pequeños empresarios del nuevo programa Reactiva?
Definitivamente. Ahora reactiva 2 tiene que llevarnos a entender que se trata de préstamos, no de bonos. El problema para los pequeños era que se calculaba un mes de ventas [para establecer el monto del crédito], luego tres, y era muy poco. En todo el mundo se hacen estos rescates, sobre todo para que puedan mantener su planilla.
—Me dijo que habló con el primer ministro de una campaña de comunicación, eso es fundamental porque apela a la responsabilidad de la gente antes que a restricciones.
Exacto, lo importante es que las personas tengan interiorizada la importancia del cuidado de su salud y cómo pueden contribuir con acciones que parecen sencillas pero son fundamentales. Lo conversamos con la ministra Mazzetti y le dijimos que tenemos a la Sociedad Nacional de Radio y TV que puede contribuir. Y siento que el premier es una persona práctica que toma decisiones rápidas.
—¿Antes de Martos, se habían reunido con el ex premier Pedro Cateriano?
Sí, tuvimos una primera reunión el 27 de julio, fue de acercamiento, de cortesía. Quedamos en hacer una reunión con los 22 sectores que tenemos en Confiep. Ahora tenemos al nuevo premier y estamos tendiendo todos los puentes necesarios.
—Fuera de la vacuna que demorará, hay avances tecnológicos en materia de pruebas rápidas y equipos de protección, que los empresarios pueden ser líderes en adquirir y difundir.
El sector privado apuesta al desarrollo de ciencia y tecnología nacional. Por ejemplo, hay varias empresas que están financiando las pruebas rápidas en la Universidad Cayetano Heredia. La emergencia ha acelerado la necesidad de apostar por este tipo de desarrollo; no depender del exterior, sino generar nuestras propias herramientas, nuestra propia ayuda.
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—¿Cómo ven al Congreso y a sus proyectos para dar liquidez inmediata a la gente sin pensar mucho en el futuro?
No dudo que muchos proyectos tengan un trasfondo de buena voluntad, pero tienen que actuar con responsabilidad. No pueden perforar el presupuesto público con proyectos que presenten intención cortoplacista de ayuda. Tampoco se puede intervenir generando inestabilidad jurídica cuando necesitamos estabilidad para garantizar unas elecciones limpias. Pido que actúen con sensatez mirando no el corto plazo sino el país.
—El empresariado tiene el reto de superar la desconfianza que se arrastra desde la explosión del Lava Jato.
Permíteme decir que nadie avala a las empresas corruptas. Cuando asumí la presidencia de Confiep dije que iba a expectorar a las empresas del club de la construcción y no quedó ninguna. Es injusto manchar la honra de más de 2 millones de empresas desde las más chiquititas con actos de corrupción de responsabilidad individual. Es como mandar a todos los gobernadores regionales a la hoguera porque haya 5 o 10 involucrados en casos de corrupción.
—La etiqueta candidato de Confiep es fatal para un postulante, pero, ¿podría haber un candidato empresario?
[Ríe] Confiep no tiene DNI, no vota. Primero hay que ver quienes son esos peruanos o peruanas valientes que se atrevan a lanzarse a liderar este país en las condiciones en que va a quedar.
—Un ex presidente de Confiep, Roque Benavides, ha mostrado afán de ser candidato.
Hasta que no haya candidatos inscritos, todo lo demás es elucubración.
—¿Ha conversado con el presidente?
Sí, nos reunimos cuando hicimos la entrega de un lote de ventiladores en Palacio. Sus actividades no le permiten vernos todos los días, pero para eso están el premier y los ministros. (…) Algo que va a quedarnos para la reflexión es que participemos más ayudando y tratando de orientar temas importantes. Ha faltado eso en el pasado.