En la cancha del Ejecutivo, la columna de Diana Seminario

El último jueves fuimos testigos de que, cuando hay voluntad y entendimiento, la democracia no solo sí funciona, sino que también es capaz de promover reformas y acciones que faciliten un mejor gobierno.

Estamos hablando de las facultades para legislar que el Congreso aprobó a pedido del Ejecutivo. La solicitud se hizo el 8 de setiembre y el pleno votó el jueves 29. Fueron 21 días de intensos debates y discusiones con un final feliz.

“Estamos viviendo el mejor momento de la República, el mejor momento de nuestra democracia, que obliga a ambos poderes, o a quienes están a cargo de ellos, a estar a la altura de las circunstancias”. Así definió Luis Galarreta, vocero de Fuerza Popular, en una entrevista publicada ayer en este Diario, lo ocurrido el jueves pasado en el Legislativo.

Las palabras de Galarreta cobran sentido si se tiene en cuenta que luego de que Keiko Fujimori perdió las elecciones por una mínima diferencia, se especuló que la bancada naranja con 73 votos (ahora 72) se iba a encargar de hacerle la vida a cuadritos a Pedro Pablo Kuczynski y a su equipo de gobierno.

Hasta hoy, a casi tres meses de gestión de PPK, podría decirse que ese augurio no se está cumpliendo y que sí es posible una convivencia democrática en un Parlamento controlado por la oposición.

En estas circunstancias no se puede soslayar el trabajo y la cintura política del primer ministro Fernando Zavala, quien con inteligencia ha sabido llegar a una mayoría con la que tiene más coincidencias que discrepancias.

El lunes 12 de setiembre dijimos en este mismo espacio que Fuerza Popular se configura como la plataforma política que requiere el Gobierno para promover las políticas públicas necesarias para el país. Entonces también señalamos que ha quedado demostrado que el Ejecutivo no va a llegar muy lejos de la mano de la bancada oficialista y que más bien será la oposición la que se verá obligada a darle el soporte político que el país requiere.

A la luz de los hechos, pareciera que el Gobierno podría llegar más lejos de la mano de Fuerza Popular que de Peruanos por el Kambio, en el que las prioridades de sus más conspicuos legisladores son despenalizar el aborto en casos de violación e insistir con el proyecto de unión civil.

Lo ocurrido el jueves confirma que, por primera vez en la historia, es la oposición –y su mayoría– la que deberá darle al Ejecutivo no solo las herramientas para gobernar, sino también la estabilidad necesaria que permita recuperar el crecimiento perdido en el último quinquenio.

Las condiciones están dadas para una convivencia armoniosa y sobre todo democrática. Fuerza Popular entiende que si quiere llegar al 2021 con buen pie debe ser visto como un partido político capaz de poner al país por delante. La población sabrá reconocer ese gesto. La pelota está en cancha del Ejecutivo y es momento de hacer andar el carro, estacionado durante cinco años. Ya no hay excusas.

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