Candidatos sin plan, por Jaime de Althaus
Candidatos sin plan, por Jaime de Althaus
Jaime de Althaus

En el plagio no solo hay viveza criolla, sino flojera o incapacidad de realizar un análisis propio, algo preocupante en un partido que ha sido gobierno y que, por lo tanto, debería conocer y poder trabajar los temas para formular soluciones originales. Ha sido un autogol, efectivamente, porque parte de la estrategia de Alan García era aprovechar su experiencia de gobierno para tomar ventaja con un conjunto de propuestas que fueron formuladas por él en el coliseo Chamochumbi, y que abrieron un debate de ideas. Y además una tontería, pues mucho mejor hubiese quedado el plan señalando que hacía suya la propuesta tal o cual de la OECD, por ejemplo, que copiándola sin citarla. 

Pero ya sabemos que los partidos no son centros de estudios Candidatos sin plan ni de producción de propuestas de política ni menos aun tienen ‘think tanks’ como en otros países. Si el Apra, el partido más organizado, no lo hace, qué se puede esperar de los demás, que ni siquiera son partidos realmente. Nadie sabe, por ejemplo, qué plan está preparando Fuerza Popular. Paradójicamente, quien sí ha convocado un grupo serio es PPK, cuyo partido no es más que una asociación coyuntural. 

Es que, de otro lado, los planes de gobierno se confeccionan como instrumento de campaña pero no de gobierno. Su objeto es producir ideas atractivas para captar votos, pero por lo general no sirven para gobernar y son desechados apenas se asume el poder. En otras palabras: los planes de gobierno son medios de propaganda, no de gobierno. 

Lo que al candidato le interesa es llegar al poder. Luego ya verá. Recién en ese momento convocará a los “técnicos” que saben para que resuelvan los problemas. Pero esto es un error. Para comenzar, hay que saber bien cuáles son esos problemas, áreas e instituciones que necesitan reformas o cambios, saber qué técnicos contratar y qué indicación darles. Si no se tiene una idea clara de eso, se perderán los 100 primeros días o más de gobierno en identificar los temas y buscar la gente, con lo que el gobierno habrá perdido iniciativa y quedará a merced de los acontecimientos sin capacidad ya de realizar cambios sustanciales más adelante. 

Y cambios sustanciales es lo que se necesita so pena de retornar a la inviabilidad nacional: en el sistema de partidos, en la policía, en el sistema judicial-penal, en Essalud, en las empresas municipales de agua potable. Se necesita saber cómo reformar el Estado (meritocracia, simplificación, digitalización total, presupuesto por resultados), cómo reformar la descentralización y el canon, cómo profundizar las reformas en educación y salud, cómo mejorar la inversión pública y tener un plan nacional de infraestructura, qué hacer para reactivar la inversión privada, qué desregular, cómo reducir la altísima informalidad, cómo flexibilizar la legislación laboral, reformar la tributación y aumentar la productividad de los campesinos andinos y microempresarios, cómo viabilizar la inversión minera, cómo ejecutar plantaciones forestales en millones de hectáreas, etcétera. 

Si quien gane las elecciones no tiene respuestas claras para todos estos temas, no solo perderemos la oportunidad de dar un gran salto, sino que corremos el riesgo de involucionar. Y allí sí Dios nos coja confesados.

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