El último cuplé (*), por Aldo Mariátegui
El último cuplé (*), por Aldo Mariátegui
Redacción EC

- A otro perro con ese hueso: ya soy suficientemente viejo como para no percatarme que esta revelación de los marinos peruanos que espiaban para Chile (¡por Dios, qué barato cobraban por traicionar a su tierra!) ha sido soltada por el humalismo como una muy oportuna cortina de humo para distraernos de las denuncias que lo están erosionando aceleradamente. ¿O creen que es casualidad que este caso, que ya tiene meses, recién se filtre en estos atribulados días y obligue a la oposición a respaldar a unos acorralados Nadine y Ollanta, en esa típica maniobra de “rally around the flag”, que el politólogo yanqui John Mueller describió en 1970 ? Agitar la banderita siempre es rentable para los políticos y distrae mucho, más aun si hay chilenos metidos. ¡Buena Favre! Y hablando de este asesor brasileño y sus goles, creo que es perfectamente creíble la versión de que el “fenómeno Urresti” fue aprovechado y engrandecido por Favre, que se dio cuenta de que un militar populista y achorado era la mejor carta del régimen para intentar suceder a un Humala del mismo perfil. No me asombraría que Favre le haya diseñado esa estrategia de tuits para atacar al fujimorismo, al aprismo y a la prensa, como también esa postura ‘antiestablishment’ y de mano dura para restarle votantes al fujimorismo. Favre es el flautista de Hammelin de los peruanos, así que Urresti va a tener una buena chance.

- Indignante que tanto Toledo como Nadine busquen enterrar las investigaciones en su contra con sendos hábeas corpus (encima, el primero de ellos lo interpone en... ¡Cieneguilla!). ¿Por qué tanto temor a ser fiscalizados si son inocentes?

- Ayer recordaba con nostalgia al desaparecido columnista Andrés ‘La Ortiga’ Bedoya Ugarteche. ¡Qué iconoclasta era! Y qué placer era publicarlo por ser tan “políticamente incorrecto”, porque: “Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír” (George Orwell). Allí sí tengo que reconocerle a Luis Agois haber ignorado tantísimas presiones para censurarlo. Muchos se llenan la boca con  Charlie Hebdo y la libertad, pero luego son los primeros en aplaudir silenciamientos de aquello que no les gusta.

- ¿Por qué sigue libre el etnocacerista Carlos Chavarría, el cabecilla del supuesto Frente de Defensa de Pichanaki, después de los desmanes que alentó? Encima este deja plantados y humillados a los ministros de Ambiente y Agricultura, con el apoyo de ese ser tan curioso que es el congresista Rimarachín. Otra pieza clave en ese ambiente de agitación es el cura español Ricardo García. La receta de siempre: curita extranjero rojo, “Frente de Defensa”, congresista extremista... Solo faltó la ONG de turno.

- No puedo menos que protestar por la detención del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma. ¿Una marchita a la embajada de Venezuela protestando por eso, ‘pulpines’

*PD: Me despido de ustedes, porque esta es mi última columna en EC, dado que el director me ha manifestado amablemente que ya no quiere proseguir con mis colaboraciones. Agradezco al desaparecido Fritz DuBois, donde esté, por haberme convocado y a mis lectores por haberme convertido en –por bastante lejos, si las vistas en web no mienten– el columnista más leído en este año aquí.