El diagnóstico es su divisa, la columna de Diana Seminario
El diagnóstico es su divisa, la columna de Diana Seminario
Diana Seminario

La reactivación económica y la seguridad ciudadana son los dos temas que deberá atacar el gobierno de apenas asuma el mando. La confirmación de Alfredo Thorne en el MEF no causa inquietud alguna. Sin embargo, la designación de como ministro del Interior preocupa, pues existen justificadas razones para dudar de que él sea la persona adecuada para afrontar con éxito la crisis de inseguridad que vive el país.

El viernes, Basombrío sostuvo en Twitter: “Progresivamente, sin demagogia, pero en un año deben sentirse cambios”. El designado ministro nos está diciendo que no le exijamos nada antes del año. ¿Acaso a un paciente que requiere un tratamiento urgente porque su situación es crítica, el médico le dice que recién en un año verá resultados? Un enfermo grave que no recibe cuidados se muere.

“La urgencia no permite improvisaciones. El Sr. Kuczynski debe dar muestras de ello, pues si no lo sabe aún, la ciudadanía ya viene evaluando la celeridad y pertinencia de los actos preparatorios, y hasta ahora no vemos propuestas ni señales claras del sentido de urgencia que la inseguridad ciudadana demanda”. Así se expresó el ex viceministro del Interior Ricardo Valdés en una columna publicada en El Comercio el 28 de junio. El ex funcionario le pedía al presidente electo pronunciarse sobre la seguridad ciudadana a dos semanas de su elección. “Solo en 15 días [...] se han producido más de 3.750 hurtos en Lima, más de 90 homicidios calificados y 735 violaciones sexuales en el Perú”, escribió Valdés. Si en 15 días pasó eso, ¿qué pasará en un año?

Basombrío estuvo en el Ministerio del Interior desde julio del 2001 hasta enero del 2003. Fue jefe del comité de asesores de Fernando Rospigliosi y viceministro de Gino Costa. Ambos, Costa y Basombrío han escrito el libro “Liderazgo civil en el Ministerio del Interior”, en el que señalan que “la conducción civil no puede limitarse al manejo administrativo y gerencial de los cuerpos armados, sino que debe involucrar, además, la conducción misma de las labores operativas”. Es decir, los policías buenos –que sí existen por si acaso– no están capacitados para hacer aquello para lo que se han preparado toda su vida.

Según la misma publicación, “el primer principio en materia de seguridad ciudadana es que los problemas de inseguridad adquieren características distintas en cada circunstancia local, razón por la cual es preciso definir respuestas específicas”. Subrayan que estas respuestas deben ser aplicadas de manera creativa, y rematan: “Sin diagnóstico previo, no es posible resolver los problemas”. Imaginamos que el nuevo ministro habla de esto cuando se pone plazos. El diagnóstico es su divisa.

Además, Basombrío lleva sobre sí la virulencia exhibida en Twitter. “Ahora ya casi podemos decir que los mafiosos fueron derrotados. Viva el Perú”, escribió el 5 de junio.

Menudo problema al que se enfrenta Basombrío, pues es a los “derrotados mafiosos” a quienes no solo deberá pedir facultades en el Congreso, sino serán quienes sin ninguna duda fiscalizarán cada una de sus acciones. Nos gustaría decir que le damos el beneficio de la duda, pero, “hecho el diagnóstico”, tenemos la certeza de que no está a la altura del cargo. Ojalá me equivoque. 

MÁS EN POLÍTICA...