Se embarran solos, la columna de Diana Seminario
Se embarran solos, la columna de Diana Seminario
Diana Seminario

Tras conocerse el contenido del audio del ex asesor presidencial , en que se jacta de los negocios que hará con una clínica, la respuesta del presidente Pedro Pablo Kuczynski ha sido: “Nos están embarrando por nada”.

Para el mandatario, sacar a Moreno de su entorno y poner el caso a disposición de la fiscalía pone punto final a la controversia.

Si bien la noticia se ha enfocado en los negocios que haría Moreno a costa de la salud de los más pobres, hay otro asunto que ha pasado desapercibido. En uno de los diálogos, Moreno se refiere a Susana de la Puente y dice: “Me ha abierto varias puertas”, “estoy tomando Essalud, estoy poniendo al presidente de Essalud, entonces tú en los negocios que hagas con Essalud […] todo se pone plano”.

Esto es muy grave, y no son “naderías”. Habría que investigar qué otras puertas abre la señora De la Puente y a quiénes las abre.

Es ya una constante que el mandatario trivialice los asuntos más serios, siendo su última expresión calificar de “nada” a un asunto tan grave del que aún desconocemos sus consecuencias y que se ha generado en su propio entorno, y esto le está pasando la factura no solo a él, sino también a su gobierno.

Según la última encuesta de Datum publicada por Perú 21, la aprobación a PPK se mueve de 65% a 62%. Si bien no es nada desdeñable este nivel de popularidad, la aceptación del gobierno no tiene la misma suerte.

El mismo estudio señala que el rechazo a la administración de PPK pasó de 17% a 24%. Además, el 72% de los encuestados aún no percibe avances en la lucha contra la inseguridad ciudadana y el 60% reconoce que no hay señales de una reactivación económica.

Esta aún incipiente desazón en la población podría explicarse en que mientras la población tiene demandas concretas, las prioridades de algunos funcionarios del gobierno, incluidos congresistas oficialistas, van en otra dirección.

Por ejemplo, mientras la ciudadanía exige medidas urgentes contra la inseguridad ciudadana, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, se pone como plazo dos años. “Si no logramos quebrar la estructura del crimen organizado en las ciudades del norte en dos años, hemos fracasado”.

La salud no se queda atrás. El 26 de setiembre, el Ministerio de Salud declaró en emergencia los hospitales de Lima Metropolitana debido a un desabastecimiento de medicamentos e insumos, pero la primera preocupación de la ministra fue la distribución de la píldora del día siguiente. El 11 de agosto, apenas 14 días después de haber asumido el cargo, decía: “La píldora es una necesidad”, pero se tardó dos meses en declarar los hospitales en emergencia.

También hay un reclamo por destrabar la economía, pero el mismo día en el que se debatía en el Congreso la aprobación de la delegación de facultades, el parlamentario Alberto de Belaunde, uno de los rostros más reconocidos de la bancada oficialista, hacía eco a sus aliadas del Frente Amplio para promover –una vez más– la despenalización del aborto por violación, archivada en el Congreso anterior.

Y por si fuera poco, la ideología de género metiéndose por los palos en el plan de educación del próximo año.

¿Creen de verdad que los embarran por nada? Es evidente que se embarran solos.  

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