El sábado se realizó en Lima una de las manifestaciones públicas más grandes de las que se tenga recuerdo. Según cifras oficiales, medio millón de personas marcharon para decirle sí a la vida. ¡Y vaya que se hicieron notar!
La del sábado fue una expresión democrática y pacífica de una mayoría que se expresó retando a quienes pretenden que la población renuncie a sus convicciones esenciales, para satisfacer los intereses de un grupo.
Fue muy significativa la presencia mayoritaria de jóvenes en todo el recorrido de la manifestación. Jóvenes que deciden, que se expresan, que piensan y que votan. Sí, eligen y cuestionan.
Por eso, si lo queremos mirar desde el punto de vista político, ¡qué importante ha sido la marcha de ayer para la agenda nacional!
A un año de las elecciones presidenciales, sería muy bueno que los aspirantes a candidatos le den una mirada a lo que ha ocurrido el sábado no solo en Lima, sino también en algunas de las ciudades más importantes del país, como Piura y Cusco.
En períodos electorales, es muy común escuchar decir a los candidatos –cuando los sondeos no les favorecen–, que la verdadera encuesta es la de la calle. Entonces, sería bueno que le echen una mirada a la multitud y a los números del sábado.
Asuntos como el aborto, el denominado “matrimonio igualitario”, la adopción de niños por parejas del mismo sexo, entre otros temas fundamentales, serán cruciales en la agenda electoral del 2016, y los ciudadanos están en todo el derecho de exigir a sus candidatos pronunciamientos claros sobre estos temas.
No podemos dejar de recordar que en las elecciones del 2011, el entonces candidato Alejandro Toledo, se mostró abiertamente a favor de despenalizar el aborto, así como del matrimonio igualitario y la legalización de las drogas. El ex presidente hizo estas declaraciones cuando lideraba las preferencias electorales y lo hizo ante los corresponsales de la prensa extranjera. Finalmente, Toledo no pasó a la segunda vuelta y quedó en cuarto puesto.
No podríamos afirmar que fue por esto que la victoria se le fue de las manos al ex mandatario, pero lo que sí es innegable es que marcó un quiebre en su campaña.
Y cómo olvidar que en el plan de gobierno de La Gran Transformación del candidato Ollanta Humala, en la página 182, se incluía como política de salud la despenalización del aborto. Sin embargo, el ahora presidente hizo varios deslindes públicos sobre ese punto proclamándose como un defensor de la vida y la familia. Ni en la hoja de ruta, ni en el Compromiso con el Perú de Humala, este volvió a mencionar el aborto.
La del sábado fue una muestra de lo que pasa cuando un grupo organizado de personas levanta su voz y se manifiesta.
Ya sea por convicción en algunos casos, o por estrategia, los políticos no pueden negar la realidad, y los aspirantes a autoridades tendrían que tomar nota de esta, al momento de plantear sus planes de gobierno. Están avisados.