El gobierno propone resolver el estancamiento económico con medidas equivocadas.
El ministro de Economía dijo que creceríamos a 5,5%; 5%; 4,8%, y ahora el MEF apunta a 3,6%. Lamentamos tener que decirlo, pero tampoco parece que lleguemos a esta meta en el 2015.
El gobierno pedirá facultades al Congreso para estimular la economía. El Congreso no debería darle esas facultades. No hay que estimular la economía, sino arreglarla.
Las medidas para estimular la inversión no tuvieron impacto. Ahora el gobierno quiere alentar la demanda inyectando dinero en el mercado.
Se ve, claramente, desorientación. Si la inversión no me funciona, me voy por el consumo. O sea, patea por donde puedas.
La propuesta es doble. Se quiere liberar de cargas las gratificaciones de este año.
La mayor parte de la economía es informal. El beneficio sería, pues, parcial y de privilegio.
No pagar con esas gratificaciones los aportes de Essalud y pensiones es tomar dinero de la seguridad social y del fondo de retiro de los trabajadores.
La medida es irresponsable, cortoplacista, demagógica y perjudicial. Y, además, no producirá ningún estímulo a la producción.
La otra medida propone poder disponer de parte de los ahorros de la compensación por tiempo de servicios (CTS). Se desvirtúa con ello ese fondo. Deben decidirse: o lo eliminan o lo mantienen, pero nada al medio.
La teoría de las medidas es que si algunos trabajadores tienen más efectivo en los bolsillos, gastarán. Ese gasto, se supone, reactivará la producción.
El primer supuesto es relativo. Algunos pagarán deudas, otros buscarán opciones de ahorro. Algunos gastarán parte de ese fondo de emergencia que es la CTS.
En el cuento, la cigarra quiere vivir la vida loca sin pensar en el futuro. La hormiga, en cambio, trabaja y guarda para cuando el invierno no le permita trabajar.
El gobierno quiere que nos comportemos como la cigarra. La fiesta del consumo ahora, y ya veremos qué hacer cuando llegue el invierno.
No se puede resolver la caída de la producción con medidas parciales y de privilegio sobre el consumo.
El gobierno primero nos forzó a ahorrar; ahora nos fuerza a retirar el dinero. ¿Puede dejarnos en paz?
El gobierno pretende aumentar las gratificaciones, al costo de desfinanciar la seguridad social y los sistemas de pensiones.
El gobierno no recurre en esto a la ‘maquinita’ (emisión de billetes sin respaldo), pero inyecta liquidez. El efecto es el mismo. Sacar dinero de las personas es como reducir encajes.
La única manera de salir de la crisis es reduciendo los costos de producción. Si se piensa en bajar cargas, debe ser para todos por igual.
No hay que pensar en cómo sacar plata a la gente (de sus cuentas de ahorro). Hay que pensar en cómo sacarle la plata que el Estado escamoteó a los ciudadanos. Por igual.
En el cuento y en la realidad, la política de la cigarra es un desastre. El Congreso no debe ser cómplice de semejante barbaridad.