La manera vergonzosa en que se produjo lo que pudo ser una legítima interpelación al ministro de Educación, Jaime Saavedra, y el subsiguiente e injustificado pedido de censura en su contra trae consigo un preocupante balance negativo para casi toda la clase política. Los pasivos y culpas no son de la misma magnitud, pero en general todos han perdido con esta situación. Aquí un balance de las principales víctimas políticas.
El fujimorismo: el paupérrimo nivel de las intervenciones de los representantes de Fuerza Popular en el hemiciclo provocó pedidos para que sus congresistas tomen la prueba PISA. La agresividad, prepotencia y cinismo de sus voceros solo contribuyen a reforzar la imagen de que se trata de un partido que no ha cambiado en lo absoluto desde los 90 y que tiene un talante intrínsecamente autoritario. Las conversaciones reveladas por “Correo” en las que se ve a sus principales dirigentes –incluida Keiko Fujimori– regodeándose de su faena cual ‘bullies’ transitando por la primaria solo fortalecen a esa fuerza política llamada antifujimorismo. Y, en este caso, con justa razón.
El oficialismo: nuevamente, el manejo político de una crisis por parte del gobierno es deficiente. Empezó con un desafortunado jalón de orejas del presidente Kuczynski al Parlamento desde Chile y siguió con una ‘pechada’ poco meditada sobre la posibilidad de plantear la cuestión de confianza. Por el lado de la bancada, al final de la batalla solo estuvieron de pie ocho congresistas apuntalando al titular de Educación. Algunos de los más políticos, como Carlos Bruce –quien en la víspera fue acusado de una conducta irregular–y Alberto de Belaunde, brillaron por su ausencia justo cuando las papas más quemaban. El Ejecutivo proyecta fragilidad y tendrá problemas en atraer talento viendo cómo defiende a sus figuras más destacadas.
El Frente Amplio: a Jaime Saavedra las fuerzas de izquierda no le concedieron ni el beneficio de la duda que suelen conferir a dictadores como Castro o Maduro. Su apoyo a la interpelación es tan decepcionante como inexplicable, en un contexto en el que incluso el Sutep respaldó al ministro.
El Apra: va último en esta lista porque en la práctica eso parece: furgón de cola del fujimorismo. Desde los intentos de Javier Velásquez para reducir los requisitos para acceder a la presidencia en primera vuelta (lo que favorecería a Fujimori), hasta el desconcertante papel cumplido por Mauricio Mulder para atacar a Jaime Saavedra, cada vez parece más claro que a la bancada naranja hay que sumarle los 5 votos del Partido Aprista. Con miras al 2018 y 2021, esto no tiene ningún sentido para el Apra, salvo que los compañeros apuesten a obtener algunos puestos en una eventual administración fujimorista. Cuidado con contagiarse del afán pactista de sus ex aliados del PPC, que los resultados de esa estrategia están ahí para quien quiera verlos.
Lo más alarmante es que esta gestión lleva apenas cuatro meses en funciones. Si la clase política mantiene este irresponsable nivel de confrontación, van a ser los primeros en presenciar cómo alguien como Gregorio Santos se convierte en el ‘mal menor’ de las próximas elecciones. El problema, claro está, es que en el camino nos arrastrarán a todos en su carrera autodestructiva.
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#JaimeSaavedra en el Congreso: claves de la moción de censura [VIDEO] ► https://t.co/cnSnU63aJy Por @martinhidalgo pic.twitter.com/BwofoC9DTP— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 9 de diciembre de 2016