La popularidad de la presidenta Dina Boluarte se mantiene en los mismos niveles desde hace cuatro meses. Las comparaciones son difíciles pero inevitables. Históricamente, los presidentes en el Perú han llegado a este nivel de aprobación hacia el final de su mandato. Cierto es que los tiempos y contextos cambian, pero si miramos a nuestros vecinos, Petro en Colombia registra 48% de aprobación y Boric en Chile 27%. Incluso si miramos un poco más allá, Milei en Argentina tiene la opinión positiva del 58% de ciudadanos.
No se trata de gobernar con base en la popularidad; sin embargo, es un indicador importante de cómo se siente la población respecto a sus autoridades y la gestión realizada. ¿Qué hace la diferencia? ¿Qué podría mover la aguja? Si miramos los países antes mencionados, no es un tema ideológico, presidentes tanto de derecha como de izquierda pueden tener popularidad alta. Incluso, si miramos específicamente Argentina, las medidas tomadas, algunas impopulares, son apoyadas en la medida en que se percibe que podrían resolver el que es considerado el principal problema del país, la inflación.
Seguir en piloto automático es peligroso, no se gobierna con 10%. Puede que la popularidad no cambie mes a mes, pero sí crece el descontento social. Un importante número de peruanos, 44%, cree que este año tendremos un peor país. Esto es siete puntos más que la expectativa que se tuvo para el año pasado.
Es cierto que hay mucha desconfianza y decepción, pero también es cierto que todavía hay instituciones que generan confianza. La fragilidad de la situación actual requiere el trabajo de todos los actores. Se confía poco en general, probablemente por la suspicacia que despiertan los actos de corrupción, una constante de los últimos años. Consolidar la confianza en tiempos de desinformación y ‘fake news’ no es fácil, aun así, hay espacio para hacerlo, pues es clave para la gobernabilidad del país. Para la mayoría de peruanos, lo que está en juego no es la popularidad ni la democracia, es más bien su bienestar fruto de su esfuerzo.