La desaprobación a la gestión del presidente Pedro Castillo registra un drástico incremento en abril no solo a nivel general, sino también específicamente entre los jóvenes, un sector de la población que ha participado también en recientes protestas contra el gobierno y el Congreso.
Según la última encuesta nacional urbano-rural de Ipsos Perú para América TV, el 86% de ciudadanos de entre 18 y 25 años rechaza al mandatario este mes. Se trata de 16 puntos porcentuales más a comparación de marzo y de un crecimiento de 87% respecto de la primera medición en agosto del 2021.
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Precisamente, en dicho grupo etario está el mayor porcentaje de desaprobación de Castillo, frente a las cifras de los peruanos de 26 a 42 y de 43 a más años [ver gráfico].
En cuanto a la aprobación del presidente, el grupo de más jóvenes registra un solo dígito, la cifra más baja entre los tres citados segmentos: 8% de respaldo al docente, 13 puntos porcentuales menos que en marzo y una variación de -79% respecto de agosto del año pasado.
Para la politóloga Katherine Zegarra, dichos resultados se relacionan a la debilidad de los partidos políticos a nivel institucional, organizacional y de representatividad, lo que impacta también entre los jóvenes en un escenario en donde no hay liderazgos.
“Al no tener partidos fuertes ni liderazgos que llamen la atención, esperanza o tengan un arrastre importante, lo que se genera es que los jóvenes sientan que no están representados. Esto se presenta también en el rechazo no únicamente a Castillo, sino instituciones democráticas como el Parlamento o los partidos políticos”, manifiesta Zegarra a El Comercio.
Otro factor, apunta la especialista, es que a pesar de que puedan existir organizaciones de jóvenes, estas son atomizadas y no logran representar más allá de agendas muy acotadas. Asimismo, sostiene que ni el Ejecutivo ni el Legislativo tienen una agenda que busque representar a los jóvenes, representar sus demandas heterogéneas o apoyar medidas que los impacten, como la reforma universitaria o educativa.
“Si bien hay diversos partidos que tienen entre sus representantes a parlamentarios jóvenes, estos no necesariamente generan un arrastre especial en los jóvenes peruanos. Quizá pueden ser representativos para un grupo muy reducido –quizás con Alejandro Cavero, Sigrid Bazán, Rosangella Barbarán o Adriana Tudela–, pero ello no desde la mayoría”, subraya.
Desencanto en el centro y sur
A nivel de regiones, se trata de las peores cifras del mandatario en casi 9 meses de gobierno.
En el centro del país –que fuera un bastión electoral de Castillo y cuna de Perú Libre, partido que lo llevó al poder– la desaprobación pasó de 67% en marzo a 77% en abril. Su aprobación cayó de 26% a 21%.
Rober Villalva, especialista en comunicación política, resalta que es precisamente la zona central del país “la que con más fuerza se está desencantando del estilo de gobierno del presidente”. Ello porque, entre agosto del 2021 y abril del 2022, la desaprobación se ha incrementado en 38 puntos porcentuales, la mayor cifra diferencial a comparación de otras regiones.
“En la región Junín nació Perú Libre, están Los Tiranos del Centro, Los Dinámicos del Centro y comenzaron las paralizaciones, que duraron seis días, y se paralizó prácticamente el 100% de las actividades económicas y productivas en Huancayo. Eso tiene un impacto. La zona centro comprende, por ejemplo, Junín, Huancavelica, Pasco y Huánuco. Y nuestra más importante vía de comunicación es la Carretera Central, que estuvo bloqueada, paralizada. La economía ha impactado directamente en el bolsillo de la gente”, explica el analista huancaíno.
Respecto a la incidencia de jóvenes, Villalva indica que si bien estos han participado en las recientes protestas en Huancayo, no tienen liderazgos visibles. “El segmento joven es el que más se ha desencantado, porque vivimos en una sociedad aparentemente líquida donde los jóvenes, en todo momento, envían y reciben información. Y en consecuencia, emiten una opinión, en este caso sobre política. Los jóvenes están más predispuestos a recibir información”, explica.
En el sur, la desaprobación ha ido en incremento desde el 21% de agosto hasta llegar al 53% en abril, tres puntos porcentuales más que en marzo. Esta parte del país, sin embargo, aún se mantiene con la mayor aprobación al jefe de Estado, con 37%, 7 puntos porcentuales menos que el mes anterior.
El profesor de Opinión Pública en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Católica Santa María (UCSM) de Arequipa, Federico Rosado, considera que si bien en el sur se ha sentido el impacto económico de la crisis, aún existe una identificación de un importante sector de la población con Castillo, al ser este un profesor rural. “Como él se victimiza, la gente lo toma en ese sentido. Él ya no dice: me quieren hacer daño, sino nos quieren hacer daño”, señala.
Sin embargo, puso en duda el respaldo genuino de los ciudadanos al presidente ante intenciones de vacancia. “Si el presidente es vacado, no sé hasta qué punto pueda haber una reacción similar a los que lo quieren vacar. Los que desean vacar han salido a la calle, pero los que se oponen a esa vacancia, ¿saldrían a la calle? Eso no lo tengo claro”, apunta.
Respecto de movimientos juveniles en el sur, Rosado dice que al momento están desarticulados tanto a favor, como en contra del gobierno. “Es una relación focalizada en sectores andinos, rurales, por una cuestión de identidad. Pero de allí a que haya un respaldo no se nota; es decir: ‘lo apoyo porque es alguien como yo, pero de allí a que yo lo respalde plenamente…’, no lo veo”, insiste.
A nivel rural, la desaprobación de Castillo tuvo un fuerte incremento: de 45% en marzo a 60% este mes. Su aprobación cayó a 37%, 5 puntos porcentuales menos que el mes pasado.
Bajo ese panorama, Pedro Castillo enfrenta una tendencia marcada de desaprobación en términos generales, cuyas cifras pueden ser escandalosas en adelante. “Si sigue esa tendencia, en mayo o junio estaríamos llegando a cerca de 90% de desaprobación. Eso significa que 9 de cada 10 peruanos rechazaría su cuestión. Y ahí, todo lo que toca el presidente, todo lo que comunica, se va a volver contraproducente”, advierte finalmente Villalva.