Las regiones del centro del Perú fueron para Pedro Castillo y Perú Libre un bastión electoral tanto en la primera, como en la segunda vuelta de los comicios generales del 2021. Sin embargo, a casi siete meses de gestión, el apoyo al presidente en dicha zona del país ha tenido una caída estrepitosa, según la encuesta de Ipsos Perú para América TV: su aprobación pasó de 41% en enero a 20% en febrero, una diferencia de 21 puntos porcentuales.
Solo en febrero, es en el centro del país donde se registra la menor aprobación al presidente Castillo, así como su mayor desaprobación [ver infografía interactiva].
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Asimismo, si bien en el sur —que también fue un fortín electoral del docente— se mantiene la mayor aprobación al mandatario en febrero, se trata de una cifra menor a la de enero en diez puntos porcentuales. De otro lado, tanto en el norte y oriente también se ha visto reducida la popularidad de mandatario, en sintonía con la tendencia a nivel nacional.
La tendencia negativa también se aprecia en el ámbito rural. En tanto, a nivel de sectores socioeconómicos, es en los fragmentos D y E se mantiene el mayor respaldo, pero también con serias reducciones a comparación de enero.
Perspectivas
Para el especialista en comunicación política Rober Villalva, las cifras desagregadas de aprobación presidencial evidencian que “comienza a acabarse el romance electoral de Pedro Castillo con el centro y sur”.
“Pedro Castillo rea una opción de reivindicación del peruano del interior del país. Esa expectativa se ha incrementado exponencialmente durante la campaña electoral, más en sectores del centro y sur. Pero esa expectativa se está deteriorando con el pasar de los meses. El ciudadano de a pie del centro y sur del país ya exige resultados tangibles, concretos, y eso es lo que no está ocurriendo”, consideró.
Más que un impacto de casos de corrupción como Los Dinámicos del Centro, el analista huancaíno sostuvo que a Castillo le está pasando factura el no tener resultados claros de gestión.
“A mayor expectativa hay mayor posibilidad de desplante o desencanto electoral. Y eso es lo que aparentemente está ocurriendo al interior del país”, dijo y recordó que, en el caso del centro, Castillo tuvo promesas electorales gaseosas sobre educación y salud.
Pedro Castillo llegó al gobierno a través del partido Perú Libre, que lidera el exgobernador regional de Junín, Vladimir Cerrón. Precisamente, dicha organización política nació como movimiento regional en Huancayo, Junín.
El profesor de Opinión Pública en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Católica Santa María (UCSM) de Arequipa, Federico Rosado, apuntó que Castillo tiene un porcentaje de aprobación significativo en el sur, el más alto frente a otras regiones, pese a que el clima político no evidencia un activismo político a favor del presidente. “[El sur] es un bastión numérico, pero políticamente activo no lo es”, indicó.
En esa línea, estimó que dicho respaldo respondería principalmente al rechazo también expresado al Congreso de la República, así como al desinterés por la política y la falta de líderes locales de oposición. Comentó que, por lo menos en Arequipa, no hay movimientos de respaldo al mandatario, así como tampoco de rechazo.
“De pronto también podría ser el estrato social del presidente. No encuentro otra explicación de por qué en el sur hay ese respaldo, porque: ¿a qué se ha comprometido el presidente con el sur del Perú? ¿Gran obra que pretenda hacer este gobierno? Ninguna”, acotó.
Por su parte, el analista político liberteño Richard Tapia señaló que en su región y otras partes del norte la sensación de malestar por el resultado de las elecciones, traducida en protestas de algunos grupos, se ha transformado en pasividad.
“El norte no ha sido un fortín ni ha sido prioridad para Perú Libre. No obstante, en el sur, que sí ha sido su bastión, el descontento es increíblemente alto. Y eso es peligroso, porque lo que dice es que hay un grave y rápido deterioro del Ejecutivo. Esto quiere decir: ya no cuentas con el apoyo popular y si caes en manos de la oposición, prácticamente están arrimando al presidente al abismo”, manifestó el también director del Instituto Peruano de Comunicación Política (Ipecop).
Para Tapia, los resultados dan cuenta también de que no hay liderazgos políticos nuevos a nivel regional de cara a las elecciones de octubre. “Los que se sumaron en la segunda vuelta —que no necesariamente eran de izquierda o vinculados a Perú Libre, sino independientes o sectores que no querían saber nada del fujimorismo— votaron para evitar que la otra facción llegue al poder”, añadió.
Finalmente, sentenció que dichos ciudadanos percibirían que no se trata de “una campaña de la oposición para desestabilizar al gobierno, sino que ya ven que la falla viene por la incapacidad de la gente que está en el poder”.
DATO
En la primera vuelta de las Elecciones Generales 2021, los votos en blanco fueron mayoritarios en regiones del oriente como Loreto, Amazonas, San Martín y Ucayali.
En la segunda vuelta, Pedro Castillo (Perú Libre) obtuvo mayor cantidad de votos válidos en regiones del sur y del centro, mientras que Keiko Fujimori (Fuerza Popular) hizo lo propio en parte del norte y oriente.
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