El presidente Pedro Castillo tomó juramento la noche del martes a su cuarto Gabinete Ministerial en poco más de seis meses de gestión, marcando un récord de inestabilidad ministerial y acrecentando la crisis política que arrastra el país. Tras la salida de Héctor Valer, ha sido el jurista Aníbal Torres —extitular de Justicia— quien ha asumido la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) bajo un escenario en el que Vladimir Cerrón y su partido Perú Libre —que han tenido una relación de vaivenes con el mandatario— ganan terreno.
Precisamente, para expertos consultados por El Comercio, se trata de un Gabinete parchado, que no es de “ancha base” como prometió el jefe de Estado y que patea el tablero al estar liderado por una persona que ha protagonizado exabruptos y confrontaciones con distintos actores.
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Además, resaltan que el presidente se siente más cómodo reconectándose con Vladimir Cerrón y Perú Libre, que el líder del partido y la propia organización son los más beneficiados con los cambios y que el mandatario cree conveniente y estratégico gobernar con el partido que lo llevó al poder. Cabe recordar que, la noche del lunes, horas antes de que jure el nuevo Gabinete, el jefe de Estado recibió en Palacio de Gobierno a Cerrón y a Richard Rojas, dirigente del partido.
Según pudo conocer este Diario, Cerrón y Rojas ratificaron al presidente Castillo que ganó la presidencia a través de Perú Libre y que el alejamiento del Ejecutivo respecto del partido implica deslealtad.
En este análisis, participan las politólogas Alexandra Ames y Gabriela Vega, así como el especialista en comunicación política Rober Villalva.
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¿Cómo definir el perfil del Gabinete Torres?
Alexandra Ames: “Este Gabinete nos da un claro mensaje de que no hay un problema de falta de aprendizaje, sino de falta de ganas de aprender de verdad, de corregirse y escuchar las críticas que hicieron que el Gabinete Valer caiga. Lo que vemos con este Gabinete es más de lo mismo. Los rostros nuevos están más abrazados al cerronismo. Lejos de ser un Gabinete de ancha base, termina siendo uno que consolida el hermetismo político del entorno de Pedro Castillo, en donde él pareciera sentirse más cómodo con un Gabinete más conservador, tirado a la izquierda radical, misógino, machista, contrarreformista, proinformalidad. No ha cambiado mucho del Gabinete Valer. El mensaje es que no está dispuesto necesariamente a enmendar sus errores”.
Rober Villalva: “Al designar un Gabinete como el de Aníbal Torres, lo que se está haciendo es patear el tablero una vez más y prescindir de sectores políticos que puedan permitir tener gobernabilidad. Si el objetivo tenía que ser construir consensos, lo que está haciendo el presidente es profundizar la crisis. Dudo mucho que con la actual conformación del Gabinete se intente cerrar la crisis y menos reducir la incertidumbre de la población. Si pones como jefe de Gabinete a alguien que va ser confrontacional, el mensaje al Parlamento u otros sectores es: no me interesa construir consensos contigo, no me interesa ponerme de acuerdo con ustedes, yo manejo la agenda pública”.
Gabriela Vega: “Es difícil definirlo porque cuenta con integrantes que no siguen las mismas lógicas de designación ni experiencia. Es probablemente tan solo una versión parchada del gabinete anterior. Y aunque algunos cambios han sido fundamentales (PCM o MIMP), lamentablemente son parches insuficientes para los vacíos y errores que el anterior tenía y sigue arrastrando. Asegurar el voto de confianza es una estrategia inteligente, pero tengo mis dudas de que lo sea hacerlo de espaldas a la demanda popular de enmienda sobre la idoneidad de sus nombramientos y la expectativa que el mismo presidente Pedro Castillo generó en su mensaje a la nación”.
¿Quién gana y quién pierde en la lucha de poder en el oficialismo?
Alexandra Ames: “Castillo ha preferido juntar personas que le podrían dar un voto de confianza, le permite ganar tiempo por ello. Pero este Gabinete es prácticamente el acta de defunción del gobierno, porque sigue cometiendo los mismos errores y esto consolida un gobierno de la improvisación que va a terminar por consolidar su propia salida. Ganan los dos. Pedro Castillo se siente más cómodo reconectando con el líder del cerronismo. Vladimir Cerrón gana poder frente a las críticas que él mismo hacía al gobierno. Sin embargo, este es un Gabinete táctico, que permite ganar tiempo, pero muy poco estratégico. Es la consolidación de la improvisación y, por lo tanto, el mensaje es que él no está dispuesto realmente a mejorar las cosas. Es casi un hecho que no va a terminar su mandato”.
Rober Villalva: “Perú Libre tiene una representación parlamentaria de más de 30 congresistas, partido con un sector del magisterio. Al llegar a un acuerdo mínimo con el ala de Perú Libre, están garantizando ese mínimo de votos en el Parlamento para el voto de confianza. Perú Libre está saliendo más beneficiado, Vladimir Cerrón está saliendo beneficiado. Pedro Castillo puede estar tranquilo hoy, porque tiene el respaldo de una bancada. Pero dentro de treinta días, cuando vayan a solicitar el voto de confianza, no sé si servirá de mucho. Peor aún, el presidente Pedro Castillo tiene más de 60% de desaprobación; si continúa la crisis, eso se va a acentuar. Podría conseguir la mayoría simple y alcanzar el voto de confianza muy ajustadamente. Pero obtener legitimidad no necesariamente es obtener la mitad más uno, sino tener la mayor cantidad de consensos políticos, eso te permite gobernabilidad y equilibrio de poderes. Pero el presidente está dando muestras de que no le importa mucho eso”.
Gabriela Vega: “Responder si gana Pedro Castillo a horas de un gabinete resulta muy apresurado. Queda claro que el presidente continúa estimando conveniente gobernar junto al partido que lo llevó al poder y sus líderes, que dicho de esta forma no tendría por qué ser algo que reprochar. El punto de (des)equilibrio está en no poder poner límites a designaciones que cuentan con trayectorias reñidas con la justicia y/o derechos humanos. Si mantener el equilibrio con el partido, necesario para su sostenibilidad, implica avalar actos de corrupción, debería estar claro dónde trazar la línea. Lo vemos en el Ejecutivo y Legislativo, las estrategias aguantan todo; pero en algunas no hay ética que las resista”.
¿Qué implica el nuevo peso del cerronismo en la relación con el Congreso?
Alexandra Ames: “Es un Gabinete más de confrontación. Una de las cosas que se le señaló a Héctor Valer fueron sus pocas dotes de apertura, búsqueda de consenso y diálogo con la oposición. Y hoy tenemos a un Aníbal Torres que repite los mismos defectos o vicios democráticos. Sin duda, esto sigue siendo —en palabras de Valer— una ‘bala de plata’ que quiere lanzarse hacia el Congreso. Pero el Congreso tiene que saber también que hoy no está necesariamente en una situación de respaldo ciudadano. También está muy desprestigiado, tiene poco nivel de aprobación al igual que la presidenta del Congreso. Tienen que pensar más estratégicamente en qué salidas pueden dar, más allá de buscar una vacancia rápidamente, porque esto podría terminar por tropezar con sus propios intereses”.
Rober Villalva: “Cerrón, hábilmente, no se acerca ni se aleja mucho. Él sabe que lo más importante para la política es mantenerse en vigencia e intentar influir en la agenda pública. Hasta ahí, Cerrón es el más beneficiado. Y como el gobierno no tiene un objetivo claro de hacia dónde va, está siendo presa frágil para cualquier aventura política e incluso ideológica. A Castillo no le quedaba otra que ceder. Un político, cuando ya está en la etapa de gobierno, se encuentra en una disyuntiva entre lo que quiere hacer, lo que puede hacer, lo que la gente quiere que haga y lo que debería hacer. Si él encuentra la intersección, ahí va a tener una base de gobernabilidad. Pero si él impone su agenda con su Gabinete olvidándose de consensos, es una muestra en política de lo que él desea hacer y no tanto lo que la gente quiere. Y peor, lo que él está obligado a hacer”.
Gabriela Vega: “Perú Libre, aun con la separación y creación de la bancada Perú Democrático, continúa siendo una bancada relativamente sólida. De hecho, junto a Juntos por el Perú han tenido iniciativas conjuntas y es probable que en ellas descanse la sostenibilidad (freno a la vacancia) del presidente Pedro Castillo. Sus 32 votos siguen siendo fundamentales, su ideario, liderazgos y redes siguen operando, y lo hemos visto en la juramentación de este más reciente Gabinete. El reto de Castillo es mantener coherencia y equilibrio a la interna, sin perder (más) respaldo popular ni dar razones suficientemente graves para forzar un contexto de respaldo popular (no solo numérico) a su salida”.
¿Qué salidas y qué ingresos o permanencias en el Gabinete pueden impactar más en el gobierno?
Alexandra Ames: “Definitivamente, la salida de Hernando Cevallos es un golpe muy duro para el sector Salud en un momento de vacunación, en donde gracias a la continuidad de las políticas públicas de los diferentes gobiernos durante la pandemia se ha permitido llegar a un nivel muy exitoso de vacunación. Hoy tenemos a una persona que no solo no da la talla en términos profesionales, sino que además está muy cuestionada por materia de corrupción y por hacer poco uso de la evidencia de la ciencia para promover políticas de salud. En un momento de pandemia, tenemos que tener médicos sensatos y coherentes con la investigación científica. Una permanencia negativa es la del ministro Juan Silva en el MTC, es la consolidación de la improvisación e informalidad, del gobierno de las mafias informales en el sector. No me sorprende que siga ahí, Silva representa también los intereses de Castillo. Si hay algo positivo es que, a pesar de que es un Gabinete abrazado al cerronismo, permanece en el MEF un ministro más orientado a una visión de economía liberal, que tiene experiencia tecnocrática y —conjuntamente al BCR— puede permitir cierta estabilidad monetaria por los próximos meses”.
Rober Villalva: “El efecto dominó de todo el Gabinete lo produce el mismo presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres. Los otros ministerios están a la deriva de lo que pueda influir él. Creo que la salida de Hernando Cevallos del Minsa fue parte de una exigencia más política del entorno de Cerrón. Parte de la negociación política de entorno de Perú Libre fue eso, ministerios claves. Y el Ministerio de Salud para orientar la visión política de Vladimir Cerrón, él es médico y en la región Junín impulsó un modelo de salud que le trajo réditos políticos. Dudo que pueda alejarse de esa agenda. Tiene Salud, tiene Transportes, por el tema de inversión en cuanto a infraestructura vial. ¿Qué hacer a partir de ahí, cuáles son los resultados? Eso va a depender de la cabeza presidencial, de cuál es el norte u objetivo”.
Gabriela Vega: “La designación del premier es fundamental, pero más allá de la relevancia general del rol, el impacto se mide en distintos públicos. ¿Cuál cartera o personaje impacta más en las prioridades ciudadanas? ¿En la opinión pública? ¿En la relación con el Congreso? Por ejemplo, algunas permanencias muy rechazas por la ciudadanía y la opinión pública parecen ser irrelevantes para el legislativo (como el caso del MTC). Me inclino a pensar que el caso de Salud, Interior y Ambiente serán especialmente observados. En medio de la vacunación infantil, a muy poco del retorno a clases, con señales de alarma respecto del respeto de la protesta ciudadana y la urgencia de una respuesta técnica y política fuerte ante el desastre de Repsol se espera y necesita respuestas de esos sectores. Dicho esto, como sabemos, siempre es posible que cualquier ministro por su trayectoria o decisiones se ponga solo en el ojo de la tormenta y gane relevancia inesperada”.
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