(Ilustración: Giovanni Tazza / GEC)
(Ilustración: Giovanni Tazza / GEC)
Omar Awapara

Se acaba de publicar “Elecciones y decepciones”, de Alfredo Torres, experimentado ‘pollster’ de la política peruana, donde actualiza aportes realizados en sus dos libros previos, publicados en 1989 y el 2010, y cuyo mayor valor reside en desentrañar las preferencias e identidades del elector peruano. De su lectura destaco, sobre todo, el esfuerzo por presentar las percepciones, preocupaciones y tendencias del votante y el hecho de que el autor introduce un nuevo test ideológico que clasifica a los ciudadanos de manera más precisa que otros cuestionarios similares, usando preguntas vigentes que cubren aspectos de lo político, lo económico y lo social.

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El test en cuestión está disponible en y su aplicación a una muestra de más de 1.200 personas en setiembre del 2020 reveló que somos, en términos de Torres, más demócratas que autoritarios en lo político, más promercado que controlistas en lo económico, y más conservadores que liberales en lo social.

El resultado nos da algunas pistas a considerar para las próximas elecciones, y en el libro encontramos otras muy llamativas en los capítulos más empíricos. Por ejemplo, que la edad promedio de los electores será de 40 años en el 2021, y que solo el 15% de electores votará por primera vez en abril. Además, que el 82% de ciudadanos no se identifica con un partido político. Y, sobre todo, como se detalla en el capítulo sobre prensa, encuestas y redes sociales, que la transmisión de información y desinformación explotará a través de WhatsApp, aplicativo que ya es usado por más del 60% del electorado (en comparación con el 22% en el 2016). Conjugado con lo anterior, el rol de las redes sociales, que ocupan el segundo lugar entre las fuentes de información de los electores, solo por detrás de la televisión, será de suma importancia en esta elección.

No suelo juzgar un libro por su carátula, pero sí me sorprendió no encontrar una bibliografía al final. Si bien los capítulos iniciales, en los que el autor ofrece una somera revisión histórica de 200 años de procesos electorales, con énfasis en aquellos a partir de 1980, y los dos finales, en los que plantea las principales amenazas para la democracia peruana y algunos escenarios para el futuro, fluyen con facilidad gracias a una pluma ágil y una eficiente capacidad de síntesis, pueden pecar de superficiales y caer fácilmente en lugares comunes (y hasta ciertas imprecisiones: decir, por ejemplo, que la primera amenaza para la democracia es el autoritarismo es como decir que la muerte es aquello que pone en riesgo la vida). También hay, en el capítulo final del libro, una fijación por asociar un futuro negativo con el cuco de Venezuela, que se repite hasta en cinco ocasiones, y que desdibuja un poco el análisis al dejar de lado obvias diferencias entre ambos países.

En líneas generales, entonces, el libro de Torres es más fuerte en las secciones en las que el autor despliega todo el conocimiento acumulado y actualizado sobre el elector peruano desde hace casi 40 años, pero pierde un poco de rigor cuando desdeña la investigación que las ciencias sociales han producido en el país en un tiempo aún mayor. Es justo destacar, sin duda, el aporte de este importante texto al campo de la opinión pública y el comportamiento electoral, revigorizado incluso con un test que actualiza clasificaciones ideológicas y que recomiendo intentar, tanto como el libro que lo introduce.

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