El primer lote de Sinopharm llegó en febrero, en dos vuelos, con un registro excepcional. El gobierno quiere elevar el estándar burocrático por temor a la crítica opositora. (Foto: Sepres)
El primer lote de Sinopharm llegó en febrero, en dos vuelos, con un registro excepcional. El gobierno quiere elevar el estándar burocrático por temor a la crítica opositora. (Foto: Sepres)
/ @AlbetoOrbegoso
Fernando Vivas

Hay demasiados muertos y no hay suficientes vacunas como para siquiera amainar el lento exterminio de los vulnerables. La tabla de la fatalidad elaborada por la Universidad Johns Hopkins coloca a nuestra tasa de mortalidad de 3,3% de contagiados como la segunda peor del mundo (luego de México con un inconcebible 9,1%), y los 163.06 muertos por cada 100 mil habitantes nos colocan en el puesto 15. Por un tiempo, durante el 2020, estuvimos a la cabeza y podemos especular si, medidos todos los países con las cifras de exceso de muertos por toda causa (la que reporta el Sinadef), saldríamos peor parados.

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