Villanueva reconoce que no hubo revisión exhaustiva antes de que el gobierno saludara la aprobación de las reformas. (Foto: Miguel Bellido/El Comercio)
Villanueva reconoce que no hubo revisión exhaustiva antes de que el gobierno saludara la aprobación de las reformas. (Foto: Miguel Bellido/El Comercio)
Diego Chirinos

se muestra tranquilo frente a la agitada coyuntura política. Pese al ida y vuelta generado por el propio Ejecutivo en torno a la bicameralidad, defiende su voto a favor del proyecto al cual luego el gobierno le dijo no. También responde a aquellos que atribuyen actitudes dictatoriales a la gestión del presidente Martín Vizcarra.

— Por acciones propias y en algunos casos ajenas al Ejecutivo, las últimas han sido semanas convulsas. ¿Qué análisis hace el gobierno?
Es lo que sucede cuando quieres hacer cambios. Somos un país que no está muy acostumbrado a las reformas. Si se suman factores de la coyuntura política, parecería un cuadro muy complejo. Sin embargo, si uno mantiene la cabeza fría, se da cuenta de que todo terminará calmando las aguas y aumentando la credibilidad. Las reformas marcharon con idas y venidas, pero al final se aprobaron.

— Habla de las cuatro reformas constitucionales aprobadas por el Congreso. ¿Qué cambió entre ese viernes en el cual el Ejecutivo manifestó su satisfacción con lo aprobado y este martes, cuando propusieron decirle no a la bicameralidad?
Nuestra idea era proponer al país cuatro reformas. Eso significaba pasar por el Congreso y respetamos su institucionalidad. La idea era que los resultados fueran a un referéndum el 9 de diciembre. Entonces, el jueves, como en todas las sesiones del Congreso, hicimos un seguimiento minuto a minuto. Cada vez que aprobaron un proyecto, mostramos una satisfacción sin hacer mayores evaluaciones.

— En el caso de la bicameralidad, usted y el ministro de Justicia votaron a favor del proyecto. Ese mismo viernes, el mismo presidente Martín Vizcarra dijo que estaba satisfecho con lo aprobado. Por eso le pregunto: ¿qué pasó para que cambiaran de opinión?
Pero no hemos cambiado. Cuando el ministro y yo votamos [a favor], es porque queríamos que de una vez se aprobara esa propuesta bicameral en la cual creemos firmemente.

— ¿Creen firmemente en la propuesta de bicameralidad aprobada?
No como está aprobada.

— Pero votaron a favor.
Votamos porque hacerlo en contra e inducir al resto iba a hacer que no haya reforma y no llegábamos a la fecha límite que el mismo Congreso fijó.

— ¿Le parecía mejor dejarla pasar para promover el no que manifestar su desacuerdo de antemano?
Era mejor dejarla pasar para que la población tome su decisión cuando responda sí o no. Por eso pedimos el referéndum, es el instrumento democrático más importante y olvidado en el país, no solo para empujar estas reformas, sino para recuperar las organizaciones y la confianza en la política.

— ¿El gobierno se apuró al mostrar su satisfacción con lo aprobado y no esperar el análisis minucioso?
No, mostramos nuestra satisfacción porque la idea era que el Ejecutivo y el Legislativo construyan las reformas. No habíamos tenido tiempo para hacer una revisión exhaustiva. Cuando la hicimos, pusimos una pausa porque teníamos las elecciones. Preferimos opinar luego sobre la bicameralidad. Esa reforma fue totalmente desnaturalizada al poner un elemento no propuesto: el de la cuestión de confianza. Si el cambio en la cuestión de confianza no desequilibrara poderes entre Ejecutivo y Congreso, ni la hubiésemos observado.

— ¿Sin el cambio en las reglas de la cuestión de confianza hubiesen apostado por el sí a la reforma?
Lo hubiésemos superado como hemos superado otras cosas.

— Ciertos congresistas interpretan que la prohibición de la reelección no aplicaría para el Parlamento actual. ¿El Ejecutivo plantea el no a la bicameralidad para bloquear esa posible interpretación?
Ellos quisieron pasar en la bicameralidad una adición importante como la de la confianza y una exclusión importante como la de paridad de género. Me ratifico firmemente: nadie del Ejecutivo está en contra de la bicameralidad, pero no en la manera planteada.

— ¿Si la bicameralidad, tal como fue planteada, se aprobara en referéndum, los actuales congresistas podrían reelegirse en el 2021?
Si se aprueba la bicameralidad en el referéndum, los actuales congresistas podrían volver a entrar, por supuesto. Y si se le dice no, no entrarían al nuevo Parlamento. Pero nosotros no pusimos esa trampa. Esa interpretación la pusieron ellos. Que se les haya ido las manos es diferente. Pensaron que no analizaríamos cada una de las cosas.

— El Apra y Mario Mantilla (Fuerza Popular) presentaron el jueves una iniciativa para revocar precisamente los proyectos vinculados a la bicameralidad y a la no reelección. Apenas un día después, la retiraron aduciendo un error. ¿A qué atribuye esta confusa situación?
A un ejercicio natural de los congresistas, y saludo la decisión del Apra. Me parece correcto que Jorge del Castillo señalara que retiraban la iniciativa para apoyar el referéndum y evitar la permanente confrontación. El referéndum ya está en marcha.

— ¿Cree que entre los parlamentarios existe temor al referéndum?
Creo que hay un gigantesco temor al referéndum. Si hay cuatro propuestas, que sea la población la que decida. Nosotros [el Ejecutivo] no tenemos mayor preocupación. Para ser un país competitivo necesitamos estabilidad política. La mejor forma de tenerla es recuperando a la gente en nuestras organizaciones y decisiones políticas.

— Durante este proceso, un sector ha deslizado teorías vinculadas a golpes de Estado y hasta llegó a comparar al presidente Vizcarra con Nicolás Maduro. ¿Se siente parte de un gobierno dictatorial?
Estamos totalmente alejados de eso. Podríamos calificarnos como antichavistas. Tenemos una posición democrática muy fuerte. Las herramientas que usamos y usaremos hasta el final son estrictamente constitucionales. ¿Quién puede juzgarnos como dictadores o no? La población. Jamás ha pasado por nuestra mente que ronde un tanque por ahí, no lo necesitamos.

— Afirmó que cerrarían el Congreso si se agotan todas las opciones.
Toda la paciencia, los mecanismos, los elementos. Si se agotan, cualquier gobierno puede utilizar la Constitución.

— ¿Qué tantas de esas opciones diría que ya fueron agotadas?
Ahorita, el cierre del Congreso está más alejado que nunca. Me preguntan: “¿Te quieren llevar al límite?”. Bueno, todo tiene un límite. Pero con el referéndum la población va a recuperar su derecho a decidir sobre la política.

— Ya que hablamos de límites, ¿la confrontación se les fue de las manos al Ejecutivo y al Congreso?
No, lo que creo es que nunca ha habido una confrontación de ideas. En ningún momento, el Ejecutivo ha puesto contra la pared al Congreso. Cuando fui a pedir la confianza, hablé claro, firme y probablemente fuerte, pero nunca fui agresivo. Defendí las reformas porque así somos los provincianos, pues. Eso no es agresión, sino pasión por hacer las cosas.

— Sin embargo, la tensión es evidente. Tras la sucesión presidencial, uno esperaba lo contrario, sobre todo luego de casi dos años de confrontación.
Lo inteligente para el Congreso sería darse cuenta de que lo logrado es con ellos y no contra ellos. Estas reformas no las hubiésemos logrado si no las aprobaban. Pero hasta ahora hay resistencias.

— La posibilidad de una interpelación o censura contra usted y el ministro Vicente Zeballos rondó el Legislativo durante los días previos. ¿Teme ser censurado?
No. Son procedimientos que si se le ocurren a algún congresista, está en su derecho de pedirlos. Si lo aprueban, es democrático. Y si yo, el ministro de Justicia o los dos tenemos que ir al Congreso, iremos.

— El Parlamento aprobó el jueves una controversial norma que da libertad bajo vigilancia electrónica a adultos mayores presos. Esta beneficiaría, entre otros, al condenado ex presidente Alberto Fujimori. ¿Es una norma con nombre propio?
Tanto en temas humanitarios como de política penal, cuando se presentó la propuesta del congresista Roberto Vieira [que planteaba arresto domiciliario para mayores de 75 años], era interesante discutirla. Porque, efectivamente, para tener condenas largas a una edad muy avanzada sí tendrían que verse las condiciones. Pero en esta aprobación [del jueves] el Congreso no utilizó procedimientos normales. Todos conocemos los hechos. Eso descalifica, sin siquiera hablar del ex presidente Fujimori, un hecho que podría haber sido interesante de discutir.

— ¿Se puede concluir que es una norma con nombre propio?
En esa situación es fácil concluir que es una norma con nombre propio. No es lo adecuado para aprobar una ley.

— ¿Eso llevará a que el Ejecutivo observe la norma?
Lo veremos con el presidente. Él tiene que hacer una evaluación serena, con el asesoramiento del ministro de Justicia, y tomará la mejor decisión.

— Pero su posición personal es a favor de la observación de la norma.
Por respeto a mi presidente, no puedo adelantar juicios. Simplemente señalo elementos externos a la toma de decisión que hay que evaluar en su verdadero sentido, elementos no provocados por el Ejecutivo, sino por el Congreso. Les corresponde a ellos definirlos, calificarlos y sancionarlos.

— Y el Ejecutivo puede observarla.
Exactamente.

— La polémica aprobación, además, desencadenó en una moción de censura contra el titular del Parlamento. ¿Cree que Daniel Salaverry debe ser censurado?
Si bien no puedo opinar ahora como congresista, son elementos que sí tiene que evaluar el Congreso. Porque las modalidades son las que han ido generando desconfianza. Queremos justamente que el Congreso vuelva a hacer el instrumento de afirmación democrática que siempre fue.

— El Apra advirtió sobre un proyecto de ley mediante el cual, según esa bancada, el Ejecutivo buscaría declarar en emergencia la fiscalía. Si bien afirmó que no salió del gobierno, ¿han identificado la fuente de esa propuesta?
Hay dos proyectos de parlamentarios en el Congreso y una propuesta de Proética que forma parte de la Comisión de Alto Nivel Anticorrupción (CAN). Tanto en el Congreso como en la CAN se dieron en un contexto en el cual se discutía la crisis del CNM. Pero es un elemento que, siendo el Ejecutivo parte de la CAN, no se ha procesado ni a nivel de los viceministros y mucho menos en el Consejo de Ministros.

— En entrevista con este Diario, dijo que el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, no debía estar un minuto más en el cargo. La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Parlamento decidió lo contrario. ¿Es un caso cerrado para el gobierno?
Respetamos el nivel de autonomía del Ministerio Público, el Poder Judicial y el Congreso. Nosotros directamente no vamos a hacer nada que vulnere o debilite esa autonomía. Eso no quiere decir que no tengamos opinión, estamos en una lucha frontal contra la corrupción. La sociedad necesita del Ejecutivo, Congreso, Ministerio Público, Poder Judicial, las procuradurías y la contraloría. Todos debemos hacer un esfuerzo para que las cabezas estén exentas de sospechas. Cuando hay dudas, le pedimos a cualquiera, no solo a Chávarry, que se ponga a un lado mientras se investiga.

— Chávarry cesó sorpresivamente a Érika Delgado, fiscal adjunta del equipo liderado por José Domingo Pérez. ¿Le preocupa esa decisión?
Es una señal que alimenta las dudas y sospechas. Chávarry debería ser el primero en aclarar esa situación si no quiere que estas sospechas crezcan.

— El fiscal Pérez solicitó la detención preliminar de Keiko Fujimori, calificada por miembros de Fuerza Popular como “un golpe a la institucionalidad”. ¿Coincide con esa apreciación?
¿Un golpe a la institucionalidad de qué? Esto emana del propio Ministerio Público y, luego, del juez.

— Parlamentarios fujimoristas han atribuido parte de la responsabilidad al Ejecutivo.
Es curioso. Cuando les interesa criticarnos, somos un gobierno débil. Y cuando les interesa justificarse, somos un gobierno fuerte, capaz de influir donde no tenemos influencia.

— ¿Se pretende desaparecer a Fuerza Popular, como sostienen desde dicho grupo parlamentario?
[Ríe] Nosotros no tenemos la fuerza para destruir o levantar a un partido. Más bien diría que Fuerza Popular tuvo una oportunidad gigantesca, siendo mayoría absoluta en el Congreso, para fortalecer la política de este país.

— ¿Fue una oportunidad aprovechada o desaprovechada?
El fujimorismo ha despilfarrado el poder que tuvo políticamente cuando esa pudo ser la herramienta que los hiciera perdurar. Entonces, la destrucción no viene del Ejecutivo ni de otros, es propia de Fuerza Popular.

— El Tribunal Constitucional finalmente declaró la inconstitucionalidad de la norma que restringe la publicidad estatal en medios privados. ¿Cómo cambian los planes del Ejecutivo ante esta decisión?
Normalizaremos la comunicación que teníamos restringida sobre diversos programas. Ya no podrá usarse para el friaje, pero sí para alertas del fenómeno de El Niño o la anemia. La decisión del TC es un buen precedente, aunque seguro habrá una reacción de Mauricio Mulder [autor de la norma].

— ¿Está de acuerdo con reglamentar ahora la norma que regula el gasto?
Nadie estuvo en contra de regularla, solo de prohibirla. Conforme el TC reaccione, va a pensarse dos veces antes de salir con este tipo de propuestas.