(Foto: Archivo El Comercio)
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no se cansa de recalcar que su accionar responde a una postura independiente y a un trabajo fiscalizador. A la par, y con la misma firmeza, no tiene reparos en defender a , la bancada a la que renunció y con la que ahora intercambia intereses. Al menos eso se deja entrever en su accionar legislativo.

“Lo que están haciendo es doblegar la voluntad a Fuerza Popular para que ellos no voten por la destitución [del fiscal de la Nación, Pablo Sánchez]. Yo tengo mi propia denuncia, yo no tengo los votos para lograrlo sola, pero esta acción está orientada para doblegar esa voluntad”, afirmó Vilcatoma en una entrevista para esta nota realizada el jueves pasado, mientras se llevaba a cabo el allanamiento de dos locales de Fuerza Popular.

Después de su renuncia, en setiembre del 2016 Vilcatoma arremetió contra Fuerza Popular. Primero afirmó ser “víctima de un linchamiento” fujimorista, y luego señaló que el Congreso estaba ante “la dictadura de la mayoría”. Esto último por los casos de la ley antitransfuguismo, la creación de la procuraduría general y la elección de los directores del Banco Central de Reserva.

Pero algo cambió desde el 2017, que incluso la llevó a rechazar invitaciones de otras bancadas.

Vilcatoma tiene su propia versión: “Yo dije lo que tenía que decir. Después hice una reingeniería de mi trabajo y volví con una postura cordial con los 129 congresistas [...] yo no me puedo ir con otra bancada, porque tengo que ser leal a esa gente que ha votado por mí, los partidarios; las bases siempre me recibieron bien”.

Esa “cordialidad” le ha valido que en esta legislatura Acción Popular le cediera dos asientos: uno en la Comisión de Inclusión Social y otro en la de la Mujer. En esta última acaba de realizar una denuncia contra congresistas y periodistas por violencia verbal. Su acusación encontró eco, especialmente en el fujimorismo.

Fuerza Popular, además de apoyarla, le ha cedido cupos en la Comisión de Constitución y en el grupo investigador del Caso Madre Mía. En este último grupo no solo sacaron a Karina Beteta para que ingrese Vilcatoma, sino que además la nombraron vicepresidenta (puesto cedido por Milagros Salazar, vocera alterna de la bancada).

Desde ese puesto acompaña en la conducción de la comisión a Héctor Becerril, a quien denunció el año pasado ante la Comisión de Ética. Lo acusó de impedir que ejerza sus funciones como presidenta de Fiscalización.Además, sus últimos tres proyectos de ley pudo presentarlos gracias a firmas de legisladores de Fuerza Popular. Como mínimo, un congresista necesita seis firmas para presentar una iniciativa de ley.

Asimismo, tras su renuncia al fujimorismo se llevaron a cabo 592 votaciones en 47 sesiones plenarias. Si bien en la mayoría de estas votaciones Vilcatoma estuvo de licencia –por su período de gestación–, solo en 23 tuvo un voto distinto al de Fuerza Popular.

Aunque la cifra se concentra en el año pasado, porque en lo que va de este año solo en nueve votó diferente a dicha bancada.Una fuente legislativa indicó que seguirán habiendo discrepancias de Vilcatoma con el fujimorismo. “No se puede ser tan obvio, algo le han prometido para los siguientes años”, comentó.

—El sueño anhelado—
Vilcatoma hace la señal de la cruz y mira al cielo cuando le mencionamos la posibilidad de la presidencia del Congreso. “Para mí ese es un sueño, sé que no tengo bancada, ¿pero tú has escuchado eso? [Le pregunta a su asesora]. Ojalá se cumpla”, dijo en la entrevista.

Sin embargo, inmediatamente después recalca su calidad de “independiente” y la dificultad de que su “sueño” se concrete ante el hecho de no integrar grupo parlamentario.

“Yo me he podido ir a Acción Popular, me llevo muy bien con todos y me han dado comisiones”, sostuvo para luego hacer una infidencia: “Podría decir que la noche en la que se votó la conformación de bancadas [cuando se aprobó le ley de las bancadas mixtas se rumoreó la división del ala ‘kenjista’ en el fujimorismo], desde el oficialismo querían conformar una bancada conmigo, que la lidere”.

Pero el más alto cargo legislativo no es el único anhelo de Vilcatoma. Desde hace varios meses ha viajado al interior del país y ha comenzado a tener conversaciones para un proyecto político propio. Para esto ha tenido de aliado al oficialista Moisés Guía Pianto, quien el año pasado fue suspendido de su bancada por pedir la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski.

Esta semana, Vilcatoma pidió la renuncia del presidente de la República, aunque aclaró que no presentará un pedido de vacancia. Su accionar tiene otro camino que conoce mejor.

Según adelantó, al igual que hizo con el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, viene recopilando información para denunciar a Kuczynski ante las instancias judiciales.

Su denuncia constitucional contra Sánchez coincidió con la del fujimorista Daniel Salaverry. Además, presentó una acusación contra Sánchez que terminó en el Consejo Nacional de la Magistratura. Si fue coordinado o no, solo ella lo sabe.

(Infografía: El Comercio)
(Infografía: El Comercio)

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