Para muchos chefs, los secretos en la cocina son algo que guardan bajo siete llaves, pero Anacé Zapata, la ‘chef perucha’, siempre comparte los tips perfectos para que cocinar rico no sea una batalla diaria.
Anacé nació y creció en Sullana, rodeada de algunas de las comidas más ricas del país, las de la gastronomía norteña. Desde muy pequeña descubrió el mundo de la cocina cuando ayudaba a su mamá a preparar potajes deliciosos para su numerosa familia, pues son seis hermanos los que compartían mesa junto a sus padres.
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Con tan solo 10 años, tuvo su primer emprendimiento: la venta de lasañas. Cuando todos en su casa iban a dormir, ella se quedaba con su mamá para aprender a hacerlas y luego poder venderla a sus amigos. Esta iniciativa despertó en ella pues le gustaba mucho la combinación de la pasta con la salsa blanca y roja.
A los 13 años vivió su primera experiencia fuera del país, partiendo hacia Estados Unidos para hacer un intercambio de estudios. “Cuando yo estaba en Estados Unidos extrañaba muchísimo la comida de mi tierra”, comenta Anacé. Desde ese momento, empezó a pedirle a su madre recetas y se desenvolvió en la cocina probando nuevas combinaciones. A su regreso estaba siempre metida en la cocina ayudando en la comida del día a día y aprendiendo sobre lo que, años más tarde, sería su pasión.
El llamado de la vocación
En un primer momento, sintió que su rumbo en la vida debería ir de la mano de la música, pues cantaba y tocaba piano y era muy hábil con ello. Ante eso, viajó a Inglaterra a los 17 años para trabajar como ‘au pair’ y estudiar música a la vez.
A pesar de haber ido con un rumbo, terminó donde debía estar: siguiendo el camino gastronómico en algunos restaurantes. “Cuando vas al extranjero y dices que eres peruano, a cualquier restaurante le jala mucho, esto gracias a la exposición de la gastronomía de nuestro país, con la base de la cocina peruana, pude ganarme un espacio”, comenta Anacé.
Luego vivió una época en España, pero tiempo después se dio cuenta que lo que quería realmente era estudiar gastronomía, regresando a Perú para iniciar el camino de formarse para ser chef.
En su primera experiencia viviendo en Lima, la ‘chef perucha’ disfrutaba de estudiar en Le Cordon Blue, donde no sólo cumplía con lo que se esperaba en su formación, sino también se inscribía en diversos diplomados como apoyo y soporte de sus profesores, aprendiendo de ellos y de los chefs internacionales que llegaban a dictar cursos en Perú. Todo ello permitió que Anacé pueda tener acercamiento a muchas preparaciones de comida de diferentes partes del mundo.
Dentro de su promoción como chef, podemos encontrar a distintos personajes de la cocina peruana que vienen dejando huella. En esta lista podemos encontrar a Rodrigo Fernandini, chef ejecutivo y fundador del Restaurante Artesano; Marvic Medina, jefa de cocina de Central y más.
Además de haber terminado la carrera de chef, estudió administración de negocios hoteleros y turísticos, lo que generó que pueda abrir más su campo de trabajo.
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Comida y cocina peruana
Para Anacé, no hay espacio más rico, sano y diverso que el mercado de ingredientes peruanos. “La calidad de frescura en los ingredientes es única. Yo creo que no somos conscientes de lo afortunados que somos hasta que no lo extrañamos. Tenemos muchísimo por explorar”, afirma.
“Para cocinar rico, hay que comer rico”, comenta, pues considera que lo más importante dentro del camino de un chef es conocer los ingredientes, explorar sabores y entrenar el paladar, saber qué cosa está bien o mal hecha, identificar texturas y colores para poder desarrollarse de la mejor manera en la cocina.
Para ella, no hay una cocina peruana sin ají amarillo, rocoto, pescados y mariscos y la diversidad de papas, únicas y que siempre se encuentran en la comida peruana.
Como buena norteña, le gusta la causa, el cabrito a la norteña con pepián de choclo, estofado de lengua y más, pero lo que más le fascina en la gastronomía peruana es el ceviche, a lo que añade: “Me parece que un peruano tiene la responsabilidad y el deber de saber preparar un buen ceviche”.
Creando comunidad
La comunidad de Anacé en redes sociales es cada vez más grande, con más de 227 mil seguidores en Instagram y 111.8 mil en TikTok. En ambas redes comparte sus mejores recetas.
Su historia en redes sociales inició en la pandemia por Covid-19. Poco tiempo antes de que inicie el aislamiento social renunció a su trabajo pensando que buscaría una mejor opción, pero lo que se pensaba que tan solo eran dos semanas, se postergó por mucho tiempo. La ansiedad que sentía ante la incertidumbre en la que vivíamos la llevó a empezar a subir fotos en Instagram de lo que cocinaba en su casa y sus amigos le pedían la receta que había usado para que ellos la repliquen. Este camino como influencer lo inició en el año 2021.
“Al inicio subía las recetas por historias, luego las colocaba en historias destacadas y conforme Instagram iba evolucionando, y también lo hacía. Estudié para aprender a editar videos y subirlos. Algunos duraban como 10 o 15 minutos, pero ahora hay nuevos formatos y también aprendí a aplicarlos”, menciona.
Para Anacé, la meta de todo cocinero es tener su propio negocio o su restaurante, y ante esto, no suelen compartir los secretos de su cocina, aunque ella no tiene problema con ello y los menciona para sus seguidores: “Mi conexión con mis seguidores es porque yo comparto las recetas que realmente yo hago en mi casa, no me guardo nada. Al final, cada uno tiene su propia sazón y no a todos les va a quedar igual a pesar de usar la misma receta”.
Ella misma maneja sus redes, graba y edita sus videos y comparte todo lo que vemos en su interacción con sus seguidores. La interacción directa es una de sus más grandes ventajas al sentirse más cercana a ellos y poder saber qué les gusta y qué tipo de contenido esperan ver.
“Mis seguidores me han visto crecer, me conocieron soltera y ahora estoy casada y tengo una hija, las redes ahora son parte de mi vida y me gusta que así sea”. comenta la ‘chef perucha’. “Estoy muy agradecida, porque en este punto de mi vida, donde soy mamá, el trabajar desde casa, disfrutar hacerlo, y no perderme la infancia de mi hija es muy especial”.
El futuro para la ‘chef perucha’
Ahora, Anacé se encuentra estudiando un curso de importaciones con el cual se está capacitando para poder tener su propia empresa con la que traerá implementos útiles para la cocina y todo lo relacionado a ello, desde organización hasta vajilla.
A largo plazo, espera poder abrir su propia cafetería, donde pueda cocinar algunas de las cosas que más le gustan como sándwiches, donde no solo presente las clásicas presentaciones, sino que pueda jugar con diferentes sabores y que sean novedosos. “En lugar de presentar un sándwich de asado clásico, se puede añadir una zarza criolla con ají charapita, o incluso la clásica presentación de un pan con chicharrón puede tener diferentes variaciones, es lo lindo de la cocina, el jugar con sabores”, comenta Anacé.