Felipe James Callao

En las últimas semanas, dos eventos de gran trascendencia han marcado el pulso de nuestro país: el Foro APEC y la CADE Ejecutivos. Estos encuentros no solo nos han permitido reflexionar sobre nuestro presente, sino también proyectar el futuro del Perú como un protagonista clave en el Pacífico Sudamericano. Ambas citas nos llevan a una misma conclusión: el Perú tiene un futuro brillante si logramos aprovechar las oportunidades que se nos presentan y ejecutamos las acciones necesarias para consolidar su desarrollo.

Desde la perspectiva internacional, el Perú destaca como una economía sólida y estable. Nuestros indicadores macroeconómicos son motivo de admiración en la región: una inflación controlada, reservas internacionales netas que superan los 83,000 millones de dólares, una moneda fuerte y estable y un ratio de deuda pública sobre el PBI que es el más bajo de América Latina. Esta solidez, que muchos países quisieran emular, constituye un pilar fundamental para atraer inversiones y construir confianza en nuestra economía.

Sin embargo, al mirar hacia adentro, enfrentamos desafíos que comprometen nuestro potencial de crecimiento. La inseguridad ciudadana, la minería ilegal y la elevada tasa de informalidad son problemas estructurales que no solo afectan la calidad de vida de los peruanos, sino que también erosionan el clima de confianza necesario para impulsar la inversión privada.

Además, el crecimiento proyectado de 3.2% para este año, aunque positivo, es insuficiente para reducir la pobreza de manera significativa. Nuestro país necesita crecer sostenidamente a tasas superiores al 4.5% para garantizar oportunidades reales para todos.

Centro logístico e industrial

En la Sociedad Nacional de Industrias creemos que el camino para superar estos desafíos pasa por convertir el país en un centro logístico e industrial en el Pacífico Sudamericano. Nuestra visión apuesta por potenciar los motores de nuestra economía —la minería, la agroindustria, la pesca, el turismo y la industria manufacturera—, a través de un modelo que valore el desarrollo de cadenas de valor y la generación de empleo de calidad.

Un elemento clave para esta transformación son las Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP). Estas áreas, bien diseñadas y dotadas de incentivos adecuados, tienen el potencial de atraer inversiones globales, complementando nuestras ventajas estratégicas, como la ubicación del Callao, la operación del nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y el Puerto de Chancay. Estos proyectos, articulados con una política de industrialización coherente, pueden posicionar al Perú como un actor central en las cadenas de suministro globales.

No obstante, alcanzar esta visión requiere más que infraestructura y logística. Necesitamos reformas profundas que aseguren la sostenibilidad de nuestro desarrollo. En el ámbito político, es fundamental establecer un sistema que fomente la representación auténtica y el servicio al país, eliminando la proliferación de partidos y promoviendo la estabilidad en los poderes del Estado. Una reforma que ponga fin al transfuguismo y que nos permita sentirnos realmente representados.

Aparato público

En el ámbito de la gobernabilidad, el reto es reducir la burocracia estatal y hacer más eficiente el aparato público. Esto incluye disminuir la cantidad de ministerios, optimizar el gasto público, reestructurar la regionalización y cerrar las brechas de infraestructura. Sin estas medidas, el potencial de nuestras políticas económicas y sociales se verá limitado por la ineficiencia estructural del Estado.

En conclusión, estamos en un momento decisivo para dar un salto hacia la prosperidad. Contamos con las herramientas, los recursos y el potencial para posicionar al Perú como un líder regional. Pero esta prosperidad solo será posible si abordamos los problemas estructurales que nos frenan y construimos un país más competitivo, inclusivo y eficiente. La SNI reafirma su compromiso con liderar este esfuerzo y para ello contamos con nueve sedes descentralizadas. Con determinación, seguiremos trabajando desde la primera línea para que esta visión de un Perú industrial, moderno y sostenible se haga realidad.

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