El sector industrial es fundamental para la economía del país. Su actividad contribuye con el 12.2% del PBI nacional y aporta el 15.5% de los tributos internos. En el proceso de transformar materias primas en bienes de valor agregado, la industria genera 1.6 millones de puestos de trabajo directos, es decir, el 9.2% del total de empleos. Además, registra 197,000 empresas formales. En general, su actividad impacta positivamente en múltiples sectores, como transporte, logística, energía y muchos otros.
Camino difícil
Ahora bien, la industria también enfrenta múltiples desafíos. “Uno de los aspectos fundamentales para impulsar el sector es contar con una estrategia clara de desarrollo. No podemos mantener políticas que carecen de una orientación explícita. Aunque tenemos estabilidad macroeconómica, ello no es suficiente. Hacen falta políticas integrales, que consideren de manera estratégica los sectores más prometedores”, opina Antonio Castillo Garay, gerente general de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
En el 2020, la SNI definió una estrategia de desarrollo sectorial en la que identificaba los principales ámbitos en los que el Perú debía fomentar un mayor fortalecimiento productivo. Incluso se plantearon las medidas necesarias para lograr este objetivo.
“Para implementar este modelo de industrialización es indispensable abordar los problemas del entorno empresarial. No basta tener políticas sectoriales, es fundamental mejorar el ambiente de negocios, que actualmente se encuentra bastante deteriorado”, señala Castillo.
Desafíos
La industria ha aportado al país S/157,000 millones en tributos internos durante la última década, siendo la actividad económica que más ha contribuido a la recaudación tributaria. Sin embargo, ha perdido seis puntos de participación en el PBI en los últimos 50 años.
Esto puede resultar especialmente desafiante si se tiene en cuenta la estrecha relación entre industria y bienestar. Los datos del Instituto de Estudios Económicos y Sociales (IEES) de la SNI lo confirman: Lima, la región con mayor PBI Industrial (58%), también lidera el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Al otro extremo se ubica Huancavelica, que registra el menor aporte al PBI industrial y también el último lugar en el indicador IDH. Es decir, a mayor industria, mayor bienestar.
Aunque recientemente este sector ha comenzado a registrar un crecimiento continuo, lo cual es muy positivo, considerando las condiciones económicas y políticas del país, sigue siendo insuficiente para resolver problemas estructurales, como la pobreza, la desnutrición y la falta de acceso a servicios básicos.
¿Qué hacer?
Antonio Castillo destaca la política tributaria como uno de los principales desafíos que se deben superar para impulsar la industria manufacturera, ya que no promueve de manera efectiva la inclusión en el sector formal. Explica que la fragmentación es tal que el RUC de régimen general abarca apenas el 6% de las empresas. Como solución, propone la implementación de un sistema tributario unificado y progresivo, similar al modelo aplicado en la India y Brasil.
“Otro punto importante es la ‘tramitología’. El proceso para que una empresa, especialmente del sector industrial, se instale en el Perú y obtenga todos los permisos necesarios puede demorar hasta tres años. En otros países este proceso toma solo seis meses. Una empresa industrial requiere permisos y licencias que están distribuidas en diferentes sectores. La eficiencia que hemos logrado con la ventanilla única de comercio exterior es extraordinaria, pero no hemos creado una ventanilla única empresarial, que concentre todos los trámites en un solo punto, algo perfectamente viable hoy en día”, precisa.
Castillo añade que se debe replantear el tema de los costos no salariales, pues la falta de una mayor flexibilidad en la contratación de personal lleva a una informalidad cada vez más creciente.
Escenario
Según cifras del último reporte del IEES, el sector Manufactura muestra un crecimiento de 2,7% en el periodo enero-setiembre del 2024, lo que significa que viene recuperándose de la caída de -6.4% que tuvo en el 2023. Son diez las divisiones industriales que más aportaron a este resultado, destacando Madera y productos de madera (10.6%), Prendas de vestir (10.2%) e Impresión y reproducción de grabaciones (10.1%).
Al otro extremo, la industria de bebidas disminuyó 0.8%, debido a la caída de dos ramas industriales: elaboración de bebidas no alcohólicas (-3.8%) y de vinos (-3%). Por su parte, la fabricación de cuero y productos conexos disminuyó 17%, lo cual se explica principalmente por la menor producción de calzado (-18.7%) y de curtido y adobo de cueros (-6.5%); y el papel y productos de papel presentó un retroceso de 4.9%.
Más propuestas
Antonio Castillo enfatiza que la segunda gran política en la que debe concentrar sus esfuerzos el Estado debe consistir en organizar una estructura productiva basada en clústeres industriales. Pone como ejemplo el trabajo realizado con la Cámara de Comercio de Arequipa para desarrollar un clúster industrial de proveedores mineros en la zona sur del país y, de esta manera, incrementar la participación de proveedores locales, tal y como se hace en Chile, Canadá o Australia.
Este sistema no solo genera mayores ingresos para las empresas, sino también empleo y producción. “También debemos revitalizar nuestro sector pesquero, donde contamos con un gran potencial industrial que no hemos desarrollado tal como otros países, como Chile o Ecuador. Este último, por ejemplo, industrializa nuestro atún y alcanza niveles de exportación que nosotros no hemos logrado. En el sector textil, Centroamérica gana terreno en el mercado estadounidense, especialmente en un momento en que se limitan las importaciones de confecciones desde China, lo que genera oportunidades extraordinarias para que el Perú apueste”, subraya.
Otro sector que recomienda aprovechar es el de las tecnologías de la información, en el que países cercanos muestran exportaciones que superan los US$1,500 millones. También aconseja mirar sectores como el forestal, naval y la industria metalmecánica.
La industria nacional muestra signos de recuperación; sin embargo, aún enfrenta desafíos importantes para consolidar su crecimiento, como reducir la complejidad de la regulación laboral, unificar los regímenes tributarios en un sistema progresivo y simplificar la ‘tramitología’ en una ventanilla única empresarial. Además, si el Perú logra activar sus proyectos pendientes, como carreteras, puentes, ferrocarriles, de irrigación, así como impulsar su industria petroquímica. aprovechando el gas natural, entre otros, tiene la oportunidad de transformarse en un referente industrial en la región.
Reportaje publicitario