A pesar de encontrarse en una etapa de vulnerabilidad, el 25% de adultos mayores sigue siendo el sustento económico de su familia.

espacio asociación de afp 

Actualmente, la población peruana supera los 31 millones de habitantes, de los cuales, alrededor del 10% está conformado por adultos mayores; es decir, más de 3 millones de personas en el país tienen 60 años o más. Sin embargo, el 40% de este grupo -cuatro de cada 10- no se encuentra afiliado ni al sistema privado de pensiones ni al sistema público. Esta condición les obligaría a continuar laborando o vivir de su familia para subsistir durante su vejez; o en el peor de los casos, padecer situaciones de pobreza.

Este porcentaje de la población se encuentra en edad legal de jubilación, en otros términos, edad de dejar sesiones laborales al tratarse de una época de vulnerabilidad. Sin embargo, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) el 25% de adultos mayores sigue siendo jefe de hogar o el sustento económico familiar, que además está compuesto en mayor proporción por mujeres.

De esta manera, existe una clara necesidad de extender la protección social hacia los grupos menos beneficiados y así garantizar una pensión mínima para las personas que no pudieron ahorrar en ningún sistema de pensiones. Además, y tal como afirma la, se debe reformular la actual Pensión 65, con el objetivo de atender las necesidades del grueso de la población adulta mayor. Y es que todos los peruanos por encima de los 65 años deben contar con una pensión. Justo por eso, la Asociación viene impulsando la existencia de una pensión mínima para todos.

Otros grupos desfavorecidos
Por otro lado, similar situación viven las personas que sí ahorraron en el sistema privado de pensiones pero que no lograron llegar a un monto suficiente –por motivos como desempleo o sueldos bajos– para tener un fondo que les permitiera tener una pensión con la que puedan cubrir sus gastos básicos.

Por ello, es necesario garantizar también una pensión mínima para esta clase de personas, que se esforzaron en ahorrar, pero no obtuvieron lo suficiente para vivir esta etapa.

Es así, que Francisco Ortiz, fotógrafo arequipeño de 72 años, que viene retratando las visitas de turistas a la Ciudad Blanca por más de 4 décadas, nos cuenta que él a pesar de haber trabajado toda su vida, no ha podido generar un ahorro para que le sirva de sustento durante su vejez. Hoy, él continúa siendo la cabeza de su familia, y es lo que le motiva a seguir trabajando.

Sin embargo, Ortiz considera que sería de mucha ayuda que el Estado provea a personas como él una pensión mínima de al menos S/400, para que les ayude a afrontar su etapa de vejez.

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