Ingenieros espaciales chinos han probado una tecnología de micropropulsión en un satélite, que podría usarse para detectar ondas gravitacionales con equipos posicionados directamente en el espacio.
Expertos de la Academia de Tecnología Espacial de China, afiliada de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, explicaron que probaron la propulsión de empuje variable a nivel de micronewton en el satélite de demostración tecnológica Tianqin-1, que fue enviado al espacio el 20 de diciembre.
El empuje de un micronewton es equivalente al peso de un cabello de 1 centímetro de largo. Y la precisión del sistema de micropropulsión del satélite Tianqin-1 podría llegar a los 0,1 micronewtons, según los expertos.
El débil empuje se genera para compensar continuamente la interferencia de la presión solar y la atmósfera que afecta al satélite.
Solo a través de la eliminación de estas fuerzas puede el satélite convertirse en una plataforma superestática y superestable y hacer posible la detección espacial de ondas gravitacionales, dijeron los expertos.
Tianqin-1 es el primer satélite de experimento tecnológico del programa Tianqin, literalmente “arpa en el cielo”, que fue iniciado por la Universidad Sun Yat-sen de la provincia meridional china de Guangdong, en 2015. Constará de tres satélites que formarán un triángulo equilátero alrededor de la Tierra.
“Es como un arpa en el espacio. Si llegan ondas gravitacionales, las ‘cuerdas del arpa’ vibrarán”, dijo Luo Jun, rector de la Universidad Sun Yat-sen y miembro de la Academia de Ciencias de China, citado por Xinhua.