Como informábamos hace unos meses, (leer artículo aquí) la posibilidad de ir a Japón es grande, gracias a la serie de becas que ofrece el gobierno japonés, en los niveles de pregrado y postgrado. Este beneficio existe desde 1960, se llama Beca MEXT y desde entonces ha beneficiado a más de 500 estudiantes peruanos.
Actualmente, las becas a las que pueden postular los nacidos en el Perú son para cursar estudios de Pregrado y Postgrado, además de la Beca de Capacitación Docente, Beca de perfeccionamiento en idioma japonés y cultura japonesa y Beca de perfeccionamiento en idioma japonés para descendientes japoneses (Beca Nikkei).
De estos beneficios conversamos con Benjamín Alejos, becario de Capacitación Docente y Enzo Dunayevich, becario de Posgrado (los dos actualmente en Japón) y Alexandra Tanimoto, ex becaria de Idioma Japonés, ya de regreso en Lima.
El vínculo de Alexandra con Japón
Alexandra Tanimoto estudia Relaciones Internacionales en la Universidad San Ignacio de Loyola y accedió a la Beca de perfeccionamiento en idioma japonés para descendientes japoneses en 2022. Tataranieta de japonés, la joven de 22 años siempre tuvo la curiosidad de conocer un poco más el país de sus ancestros, por lo que ese año postula a la Beca MEXT.
“Esta beca es más que nada para aquellos que siguen cursando estudios de pregrado, actualmente curso el octavo ciclo. En mi caso, ya tenía cierto conocimiento de la cultura, pero no mucho del idioma y es en la universidad que empiezo a estudiar japonés en 2019. Y en 2022, luego de la pandemia y con ayuda de una sensei recién decido aplicar a la beca”.
Los cuatro intentos de Benjamín
Benjamín Alejos es profesor nombrado del colegio estatal “Virgen del Carmen” en el distrito de San Juan Lurigancho y venía trabajando como docente desde hace más de 10 años. Su interés por la educación ambiental -una especialidad bien ranqueada en Japón- lo llevó a postular en 2021 a la Beca MEXT en 2021. Antes había postulado tres veces y es en el cuarto intento donde finalmente consigue hacerse del título de becario de Capacitación Docente, un beneficio para profesores de profesión.
“Lo intenté desde 2019 y a pesar de la pandemia postulé hasta llegar a cierta etapa pero por diferentes motivos no pude llegar hasta el final. Recién en 2022 es cuando logro pasar todas las pruebas”, señala entre risas y es que no puede evitar al recordar los motivos por los que fue rechazado en anteriores ocasiones.
“Fueron errores de documentos. Y creo que hasta ahora nunca voy a superar el error de los 13 megas. ¡jajaja! El correo me permitía un máximo de 13 megas y mis documentos pesaban algo de 16 megas y por eso no pasé uno de los intentos. Y es un año el que tienes que esperar para volver a postular a la misma modalidad”, recuerda.
Las dificultades de Enzo: ¿como conseguir un asesor de universidad japonesa?
Al igual que Alexandra, Enzo Dunayevich es tataranieto de japonés, pero este no fue el único motivo que lo llevó a postular a la Beca MEXT para cursar una maestría. En su caso, esta modalidad de estudio no lo obliga a regresar al Perú inmediatamente después de terminado el ciclo de estudios sino que le da libertad de elegir el poder quedarse ya sea para estudios posteriores o para trabajar en ese país.
Previamente, Enzo había estudiado derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y aunque no tuvo la mala suerte de presentar algún documento errado, como Benjamín, si revela que son varios los pasos que debe seguir y cumplir al pie de la letra si es que quiere aplicar a la beca.
“Quizás lo más difícil es el plan de investigación para postular y conseguir un asesor de una universidad japonesa. ¿Por qué es difícil? Porque eres tú solo escribiendo correos a los profesores, enviándoles tu plan de investigación e indicándoles que te gustaría que sean tu asesor porque tenemos los mismos objetivos de investigación. Es difícil también porque te genera incertidumbre porque tú envías correos y no sabes si te van a responder o no. En mi caso contacté a dos profesores y tuve la suerte de que los dos me respondieron y de dos universidades distintas pero hay casos en que puede que no te respondan o que solo te responda uno”.
Cabe resaltar que para este tipo de beca, es obligatorio tener esta especie de carta de aceptación provisional, la cual certifica que un asesor japonés ha aceptado ser tu asesor de tesis. En el caso de la Beca de Capacitación Docente no se necesita de un asesor y para la Beca de perfeccionamiento en idioma japonés, es obligatorio tener un nivel del idioma avanzado.
Los retos de vivir en Japón
Uno de los retos con los que se topa al viajar solo a un país que no es el tuyo es el asumir las consecuencias de tu nueva independencia. Para Alexandra, este fue un gran reto ya que como alumna de pregrado en Lima, su autosuficiencia no era total ya que no había vivido sola anteriormente. Otro gran reto fue superar la barrera del idioma. Ella nos cuenta que mucha gente, erróneamente, cree que los japoneses te van a hablar en inglés como puede suceder en otros países de habla no española pero la verdad es otra.
“El idioma principal es el japonés y con el que se comunican siempre. Yo traté de comunicarme en inglés en un principio por miedo a hablar mal el japonés y definitivamente era imposible poder comunicarme, hacer amigos en la universidad. Si bien habían extranjeros, la idea de la beca, es también participar dentro de la comunidad japonesa y me uní a clubes de estudiantes japoneses que quieren interactuar con estudiantes internacionales”.
Otro de los detalles que recuerda Alexandra tras su paso por Japón fue el trato con el ciudadano japonés.
“La sociedad en sí si fue un poco complicado porque obviamente el país tiene sus propias normas. El contacto social, por ejemplo, no es el mismo. No hay eso de que saludas con un beso o un abrazo. Las personas en Japón son respetuosas pero obviamente siendo latinos, se siente como una cierta distancia. Yo sabía que era así, lo sabía en la teoría pero una vez ahí sí me costó al principio, sobre todo para hacer amigos y para entender la dinámica en la universidad”.
El idioma no es impedimento: “Google translate corazón”
Ya había adelantado Alexandra eso de que el japonés no te iba a hablar en inglés y eso para Enzo fue una de las primeras grandes dificultades con las que se encontró en Japón.
“Lo más difícil para mí fue el idioma porque para la Beca MEXT no es un requisito saber japonés (sí saber inglés), porque una vez que llegas acá empiezas un curso de seis meses intensivo del idioma. Entonces en mi caso, yo llegué sin saber casi nada y era estresante ir a comprar comida, por ejemplo, y que nadie te hable en inglés. Así que Google Translate fue mi mejor amigo en estos casos”, recuerda entre risas.
Sobre este tema, Benjamín nos comparte una anécdota muy graciosa. “El primer día que yo llegué a Japón hablaba con un primo que tengo acá. Él me estaba orientando a través del celular y en eso, le pido por favor a un joven que estaba haciendo la fila en el metro del tren, que le hable en japonés a mi primo para indicarle dónde estoy pero cuando le hablé en inglés se fue corriendo. O sea, me miró con un miedo terrible como si estuviera viendo un diablo ¡jajajaj!. Eso fue algo que me marcó el primer día que llegué acá y es que sí, son bien tímidos aquí en Japón”.
Una sociedad muy ordenada y burocrática
Otro de los contrastes con los que se encontró Benjamín en Japón fue el tema de los trámites. “Son bastante engorrosos, son muchos y si esto le agregas la barrera del idioma es mucho más complicado. Por ejemplo, si quieres comprarte una bicicleta es todo un trámite. No es como en Lima que vas a la tienda y te la compras y ya. Acá tienes que registrarla a tu nombre, tienes que tener un seguro porque puede que tú atropelles a alguien o suceda un accidente y tienes que responder a eso. O si la quieres vender a otras personas porque te mudas o por otras razones, entonces tienes que ir a la tienda donde compraste la bicicleta y hacer el traspaso formal al nuevo propietario”.
“Lo mismo sucede con una tarjeta llamada “My number card”, advierten Alexandra y Enzo.
“‘My Number’ es tu número de identidad, es como tu DNI y es obligatorio tenerlo. Pero “My number card” es una tarjeta relativamente nueva que busca conglomerar el seguro de salud, el registro de de pago impuestos, todo eso en una sola tarjeta, además de estar vinculado con empresas como PayPal y que puedas canjear puntos. El trámite es bastante engorroso pero por suerte no es obligatorio”, explica Enzo.
Sobre la calidad de la enseñanza japonesa
Desde su experiencia en el rubro de ciencias, Benjamín opina que el nivel de la enseñanza japonesa es mucho mejor, en comparación con la del Perú. “A nivel de Humanidades y Ciencias Sociales también hay una gran apertura de investigación y el proceso de investigación no es tan riguroso como quizás sí lo es en Perú en el sentido de que la investigación que puedo hacer acá es mucho más libre. Además, la opción de estudiar aquí te permite tener amistades provenientes de diferentes partes del mundo. Esto te da una amplia visión de lo que es estudiar en general. Te abre muchas oportunidades”.
En ese sentido, Alexandra explica que en su calidad de becaria del idioma japonés, la Universidad de Hokkaidō no solo se centraba en la parte gramatical sino que también “estudiamos lo que era la literatura clásica, filosofía y se ponía mucho énfasis tanto en la conversación japonesa como en la entonación, algo muy importante para aprender realmente el idioma”.
Enzo, por su parte, resalta mucho la internacionalización de las universidades. “En mi programa he conocido personas de África, Asia, Mongolia, chinos, europeos y otra cosa que no he visto en Perú y me parece muy positivo es que en la maestría cada alumno de investigación va a un laboratorio, no solo los de Ciencias. Y cada laboratorio investiga un tema en específico... eso me parece muy positivo porque se ve el énfasis que tiene en la investigación”.
La tecnología japonesa y la cultura anime
Si hay algo que a muchos nos llama la atención de Japón es su avanzada tecnología. Benjamín, por ejemplo, destaca el uso de robots en los restaurantes y lo avanzado de su transporte. “Hay estaciones donde tienen en sus paredes toda la temática de Pokémon, de Naruto y la gente queda fascinada con esto. Quieren subirse al tren de Pokémon, por ejemplo o al tren amarillo de Pikachu... hasta los aviones tienen esa peculiaridad”.
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“El tema anime es algo que llama mucho la atención a los extranjeros así que los japoneses se han encargado de que esto no falte en los trenes, en los aviones, en los hoteles”, complementa Alexandra, quien también quedó fascinada con la modernidad del transporte.
“Tú simplemente recargas tu tarjeta y esa tarjeta te permite viajar por todos los medios de transporte y además te permite comprar cualquier cosa en el caso no tengas efectivo o tarjeta de crédito”.
El clima extremo de Japón
Quienes han experimentado una estancia fuera del Perú, confirmarán que nuestro país no es de climas extremos y muchos lo agradecen. Enzo, por ejemplo, solía quejarse de la temperatura limeña hasta que le tocó vivir en Japón.
“Me he dado cuenta que en Lima tenemos un muy buen clima. Bueno, no sé ahora, porque me dicen que está insoportable el calor ¡jajaja! pero el clima aquí es muy variable. Hay ventarrones, por ejemplo, que no te permiten ni manejar bicicleta. Y en el caso del calor, podemos llegar a los 40 grados”.
“En mi caso, yo en Nagoya, el lugar más caluroso de Japón hasta donde tengo entendido y a mí particularmente no me gusta el calor. En julio y agosto llegamos a picos de 40 y 41 grados y no solamente es el calor sino la humedad que lo hace más insoportable”, complementa Benjamín.
Contrario al calor que puede afectar a Benjamín, Alexandra recuerda lo fría que puede ser su ex ciudad. “Sapporo (capital de Hokkaido) es especialmente conocida por el Festival de Invierno ya que es una de las ciudades más frías de Japón. Entonces el clima en Sapporo es extremo, llegando a temperaturas menores a los 20 grados”.
La anécdota nada feliz de Benjamín: “¿por qué me has dicho eso?”
Ya que hablamos de la timidez de los japoneses, la cual contrasta con la efusividad del latino o peruano, Benjamín recuerda entre risas, una de la anécdotas vividas con una profesora que lo marcó para siempre.
“Estaba en mi clase de japonés, éramos un grupo de 7 o 10 personas y cada día de la semana había un profesor diferente, o sea, uno el lunes, otro el martes, etc. Un día de estos, y déjame acotar que los japoneses son muy amables, la profesora quería terminar con las exposiciones a pesar de que ya era la hora del break. Cuando termina de exponer una de mis compañeras, yo, haciendo uso de mi poca experiencia con el idioma digo: “yasumimashou 休みましょう” que significa “descansemos o momento del break” y la profesora inmediatamente dejó de sonreír, y les ordenó a todos menos a mí a que se fueran al break. Luego se acercó a mi silla y me dijo: “¿Por qué me has dicho eso? Tú no eres el profesor para decir eso. Tú no sabes cómo yo estoy aquí matándome para que todos expongan y tú haces eso. Me agarró frío. Algunos compañeros que vieron esto, luego me contaron que cuando yo dije la frase, ella incluso, aventó el lápiz al suelo de lo molesta que estaba. Eso me hizo entender que estoy en otro país y que, a veces, la cordialidad japonesa puede entrar en conflicto con el tema emocional que no tienen muy desarrollado”.
Sobre esta anécdota de Benjamín, Alexandra acota que si bien “yasumimashou 休みましょう”, es muy informal, muchos profesores entienden cuando quien la dice es un extranjero y saben que este no entiendo bien el idioma. Pero hay que tener claro que el tema del respeto es muy marcado en Japón”.
“Japón cambió mi vida”
Tras su paso por Japón, Alexandra revela que tiene pensado volver al país asiático, esta vez postulando a una beca de postgrado. “Al regresar a Lima, yo tengo el deber de devolver lo aprendido, así que he comenzado en participar en el Perú Hiroshima Kenjinkai, que es una asociación para nikkei (emigrantes japoneses). Acá estoy compartiendo mi experiencia en Japón.
Benjamín, por su parte, señala que su experiencia japonesa le ha significado un gran cambio en su vida. “Cuando vienes a un país que no es el tuyo, te vuelves embajador obligatoriamente de tu país. También deseo regresar en mi deseo regresar para estudiar una maestría así como Enzo y luego de eso, aportar todo lo aprendido aquí en el Perú.
En el caso de Enzo, resalta que es la disciplina japonesa la que lo está marcando en esta experiencia en tierras asiáticas. “Tanto en lo personal como en lo académico, la disciplina japonesa y siento que me ha vuelto, por ejemplo, en el caso del tiempo, mucho más puntual”.
Recomendaciones finales de los becarios
Dada su experiencia por tierras japonesas, Benjamín recomienda a todo aquel que esté interesado en postular a una beca, a que estudien inglés. “Como sabemos este es el idioma que abre muchas puertas y en esta beca no es la excepción. Y luchen por sus objetivos, si apuntan a estudiar afuera, ya en Japón o en otro país, lucha por ello a pesar de los rechazos”.
En el caso de Enzo, este recomienda mirar a Japón como punto de estudio. “Sobre todo por la influencia que está teniendo la cultura asiática en el mundo. Creo que nos convendría mucho a los peruanos abrirnos al mundo japonés y a los conocimientos que este país puede darnos”.
Al igual que Enzo, Alexandra anima a los estudiantes peruanos postular a una beca en Japón. A mí personalmente me ayudó en mi crecimiento profesional y personal y como dijo Benjamín: esta beca te abre muchas puertas ya que Japón es una potencia mundial tiene y esto tiene mucho peso. Ser representante de tu país en Japón es muy importante, además, y debemos sí o sí, fortalecer esos lazos de amistad entre Perú y Japón porque tenemos años de vínculos y existen este tipo de becas que muchas personas no conocen y creo que esta es una buena ocasión para que se conozca”.
Teléfono: 219-9538 (Sección Becas. Número directo)
Correo electrónico: becasjapon@li.mofa.go.jp
Atención presencial: Embajada del Japón (Av. San Felipe 356, Jesús María, Lima), de lunes a viernes de 9 a 12:00 y de 14:00 a 16:30 horas.