Hablar de la lucha libre en el Perú -o cachascán como también se le conoce- hoy en día es sinónimo de Gladiadores. Si esta promoción deportiva sale a flote, cómo no mencionar a su actual campeón, la forma en que llegó a serlo y el extenuante camino que debió seguir hasta alzar la máxima presea del país en esta disciplina. Pero ¿quién es Cava y en qué se diferencia de David? ¿Qué es real y qué no lo es en él? Aquí su historia.
Para aquellos que no sepan quién está detrás del personaje del chico rudo de no más de un metro setenta de estatura, se trata de un diseñador gráfico que a los 20 años se decidió por una carrera que no le demandara tanto en concluir y le permitiera llevar dinero a casa. A los 23 ya trabajaba y las monedas, aunque siempre faltan, permitían subsistir.
“¿Con quién creen que se metieron? Si se meten conmigo se meten con el mejor”, dice Tony Montana de ‘Scarface’ antes de que haga su aparición el retador por el campeonato que porta Zero. La actitud de siempre, las mismas palabras de Juan Domingo antes de salir a escena y el público se rinde a sus pies cuando este los mira de reojo, porque esa es su mirada dentro o fuera del personaje.
En 2015, un amigo le dijo que vaya a su casa para ver juntos WrestleMania 31, el evento más grande del pro wrestling mundial, la meta a la que todo el que inicia en este deporte aspira. No veía nada sobre la WWE desde los 20, pero ese show lo volvió a interesarse por la espectacularidad mostrada ahí. Semanas más tardes, sería invitado a practicar lo que días antes dudaba que existiera en el país. La escuela de la Leader Wrestling Asociation (LWA) sería su primer destino.
Es turno del actual Gran Campeón de Gladiadores y también tiene adeptos. Intercambio de miradas, suena la campana y Cava se va encima de su oponente; la ira es evidente, en el evento anterior perdió la oportunidad de coronarse debido a jugadas sucias de su rival. En esta ocasión, todo está permitido y el público podría traer objetos para que estos se golpeen. ¿Un deporte duro? Por supuesto.
Cuando David empezó a entrenar, el trabajo le permitía solo estar en las clases de los domingos. Así pasaron cerca de cuatro semanas hasta que Apocalipsis, de los luchadores más reconocidos en Sudamérica, le permitió participar de sus lecciones, más intensas, un escalón más cerca a el tan ansiado debut ante el público. ¿Cómo impactó en él? Vomitó tras el último ejercicio, pero la motivación estaba intacta.
MIRA AQUÍ: México: profesor rapea las rimas de sus alumnos y arranca más de una carcajada en TikTok
Golpes sobre el cuadrilátero van y vienen, pero no fue hasta que un salto hacia afuera del mismo levanta a la gente de sus asientos. Para lo que estaban ahí, además de ver el espectáculo, era surtir de armas para que estos se lastimen. Un lápiz hecho de cartón, una silla de metal y hasta una afeitadora para trasquilar el atípico bigote del campeón; cada uno más hiriente que el otro.
Los cambios no hicieron esperarse en la marca y hubo una persona que vio un singular potencial en David: Axl -sí, aquí la mayoría se llama por sus nombres de lucha-. Tres o cuatro meses más tarde y como manda el proceso, David pisaría un ring en un evento con todas sus letras bajo una máscara. Su identidad era lo de menos, lo importante ahí era sentir la presión del público y así fue tres o cuatro veces.
La presión en Cava llegó cuando los objetos empezaron a sonar contra su espalda. ¿Alguien sería capaz de llevar palos de madera? Por qué no. Cinta adhesiva y quedó atrapado en una de las esquinas y una macana hizo su trabajo al aplastar sus muñecas con el metal de su momentánea prisión. Un buen movimiento le daría más tarde libertad y todo parecía confabular a su favor en esta ocasión.
Gracias a la confianza brindada por Axl y luego del surgimiento de una gran empresa que años después desaparecería llevándose consigo recuerdos y anécdotas, sería momento de que Cava surgiera. Ya no era David, el diseñador que en sus ratos libres entrenaba lucha en un estacionamiento de Surco; sino Cava, lo más real.
Real fue el golpe que recibió con un carrito de compras que, por alguna razón, se encontraba estratégicamente colocada sobre unas gradas al lado del público. Más golpes empezaban a marcar el cuerpo del retador, pero el ingenio del menudo gladiador, acompañado del azar, hicieron su trabajo.
Si la actitud ya la tenía, el personaje que trabajó con Infest fue mucho más fácil de lucir. El Dr. Dmente -psicólogo de profesión en la vida real- le hizo entender que no había que ser alguien que no era; he ahí donde la idea de un luchador que se destacara por ser el mismo dentro y fuera de escena. David Cava es David y Cava a la vez; la única diferencia es que uno usa un vestuario y el otro no.
MÁS INFORMACIÓN: Viral: el singular ‘poema’ de un alumno inspirado en Dragon Ball que causa sensación en redes
Alcohol a la cara del campeón quien, silla en mano, le brindó tremendo golpe al árbitro. Este último yacía tendido sobre la lona mientras el retador hizo lo necesario para sentarle un pisotón contra el suelo a su rival; estaba listo para la cuenta de tres, pero no había quién lo haga. Sale un nuevo réferi traído por el comisionado del evento, pero solo llegó a dos. La lucha continúa.
Desde sus primeros pasos en luchas de exhibición fuera de la cartelera hasta su primer gran reto en el que estampó su nombre en los anuncios no pasó más de dos o tres eventos. La gran prueba sería Apocalipsis y, como es de esperarse en un debutante, perdió el encuentro, pero se llevó más de una lección; los moretones no se mencionan.
Zero no tardó mucho en recuperarse del impacto y nuevamente dominó la acción. Un big-bang -como llama a su movida final- parecía dar por concluido el encuentro, pero Cava salió bien librado y la cuenta llegó solo a dos. La paciencia se le agotaba al campeón, lo que concluyó en una patada al rostro del segundo juez del encuentro; dos fuera y todo eran dudas.
Cava no solo se quedó en LWA, también tuvo un paso por GeneraXión Lucha Libre (GLL) hasta llegar a Gladiadores en 2019, junto al nacimiento de la promoción peruana. Ha luchado en Chile, en 5 Luchas Clandestino, una experiencia que recuerda de manera especial; era la primera vez que salía a luchar fuera del país, de hecho, era la primera vez que salía del Perú.
Luego de concluir una rivalidad con Alissa Webb, que se iba construyendo tras más de dos años, sería el turno de enfrentarse a uno de los referentes de Gladiadores. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 llegó en marzo de 2020, todo pareció apagarse para Cava y la lucha libre en el país. Solo restaba seguir trabajando para llevar dinero al hogar, algo que, para su buena fortuna, no le fue tan difícil.
Sin alguien que haga de juez sobre el cuadrilátero hizo algo que normalmente no está permitido: un golpe bajo al campeón para privarlo de toda capacidad de moverse. Estaba servido, pero su próximo ataque debía ser contundente; tres CTM -Contra Tu Mente, para quienes piensen algo distinto- fueron necesarios para noquear por fin a Zero. ¿Pero quién haría la cuenta si teníamos a dos árbitros inconscientes?
TAMBIÉN VER: Gladiadores Lucha Dojo: ¿qué es y por qué es una opción singular para incursionar en la lucha libre en el Perú?
Dos años fuera de actividad y alternando sus horarios de trabajo con momentos de corta actividad física en casa marcaban la rutina que David llevaba durante la época del coronavirus. Eso fue así hasta que, como regalo de Año Nuevo, el 1 de enero de 2022, Gladiadores anuncia su retorno a la actividad, la misma que iniciaría con la vuelta del Lucha Dojo, donde por fin se podría entrenar sobre el cuadrilátero.
Como es común en la comunidad de este deporte, se reunieron todos los posibles a armar el encordado en el viejo Danzak Arena de Surquillo. David, sentado a un lado y tras la extenuante jornada, no podía apartar la mirada de ese cuadrado de cinco por cinco metros donde, sin saberlo, dos meses y medio más tarde, se coronaría como el Real Gran Campeón de Gladiadores.
Las mirada de Cava estaba en aquella persona que siete años atrás vio en él “un extraño potencial”. Axl, con la autoridad para hacerlo, se desliza por debajo de la primera cuerda y su mano derecha golpea uno, dos y tres veces la lona. El Gran Campeonato de Gladiadores estaría en otra cintura a partir del 9 de abril de 2022.
El público estalló, golpeaban el borde del cuadrilátero y las flashes no se hicieron esperar. Todos querían capturar el momento en que Cava levantara por primera vez aquel cinturón rojo y extrañamente grande al que tendría que acostumbrarse ahora en adelante.
Las lágrimas no solo estaban en los ojos de él, sino también en todo aquel que lo conoce de cerca o cree conocerlo. Se sube a los esquineros, levanta el campeonato. Lo coloca sobre la lona y se arrodilla frente a él como quien tiene el honor de encontrarse frente a la gloria. Sale del ring, celebra una vez más y se pierde tras la cortina. Toca volver a casa con un peso extra sobre la espalda.
Ya en casa, reúne a toda la familia posible para mostrarles el motivo por el que no llegó el mismo sábado. Un par de palmadas en la espalda de parte de su hermano y de su padre -sobrios como la vieja escuela-, pero no es hasta que ve la alegría de su madre que se derrumba y se funden en un abrazo satisfactorio. Es el gran premio de la noche, pero el lunes hay que volver al trabajo.