El pasado fin de semana, en la tarde del sábado 15 de enero para ser más precisos, un derrame de petróleo tuvo lugar en el terminal multiboyas N° 2 de la refinería La Pampilla, en el mar de Ventanilla, el cual generó daño a diferentes playas como Bahía Blanca, Costa Azul y Cavero, en el referido distrito, así como en otros balnearios de Ancón, Chancay y Santa Rosa.
De acuerdo con el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), son por lo menos 1 millón 739 mil metros cuadrados afectados por el derrame de petróleo crudo en el mar de Grau, y se calcula - según lo dio a conocer el ministro del Ambiente, Rubén Ramírez, que se derramaron unos 6.000 barriles en aguas locales.
A raíz del daño ecológico causado en el mar peruano por el derrame de crudo en Ventanilla, en esta nota vamos a recordar un episodio que tuvo lugar a mediados de 2020 en la isla Mauricio, en el océano Índico, cuando el barco japonés MV Wakashio, que encalló en el sureste de esa nación insular el 25 de julio de 2020, derramó cerca de 1.000 toneladas de petróleo en el mar, provocando que unos 15 kilómetros de costa paradisíaca queden contaminados de la peor manera.
Pese a la tragedia, los habitantes de Mauricio no se quedaron de brazos cruzados ni se lamentaron; por el contrario, adoptaron una postura activa y trataron de recurrir a todas las formas posibles para aminorar y contener los daños a la naturaleza causados por el derrame. Una nota de la cadena BBC del 12 de agosto de ese año recuerda que entre las principales estrategias de los mauricianos para lograr tal fin estaba el armar barreras absorbentes hechas de bolsas entretejidas que rellenan con caña, paja y, aunque usted no lo crea, cabello humano.
Como cita la referida nota, el cabello humano, si bien no absorbe el agua, sí se le adhieren elementos como los aceites y el petróleo. Por esa razón, los locales comenzaron a recolectar grandes cantidades de pelo humano para batallar contra el derrame.
En diferentes partes de la isla se realizaron grandes campañas para recolectar cabello e incluso en peluquerías se ofrecieron grandes descuentos y hasta cortes gratis para todos aquellos residentes que aceptaran donar su pelo. Además, miles de voluntarios se sumaron a la cruzada para embutir el pelo, además de la caña, paja y plumas, en los cilindros flotantes para contener el crudo en la superficie del agua dañada.
Cabello humano efectivo para limpieza del petróleo
BBC indicó que el pelo humano es un elemento muy efectivo e idóneo para realizar una limpieza de petróleo. “Es un producto natural, barato y renovable. Además, tiene otra ventaja sobre los materiales sintéticos y dispersantes químicos que usa la industria petrolera para limpiar desastres: es biodegradable”. indicó la cadena internacional.
Quien se dio cuenta de este importante hecho fue Phil McCrory, un peluquero de Alabama (Estados Unidos) que vio por TV cómo el pelo de una nutria marina estaba saturado del petróleo derramado en el accidente de Exxon Valdez en Alaska, en el año 1989.
McCrory experimentó en casa embutiendo una media de su esposa con el cabello que había recolectado de sus clientes en la peluquería. Posteriormente, metió el tubo en una bañera con una mezcla de agua y petróleo y comprobó que, efectivamente, era muy eficiente para limpiar el agua.
“Se le ocurrió que si todo ese petróleo podía adherirse al pelo de una nutria, por qué no al pelo humano”, indicó BBC.
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