A inicios de la década del 90, en Río de Janeiro, muy pocos eran los privilegiados en tener una línea telefónica instalada en casa. Adquirir el servicio costaba cerca de 960 dólares y el trámite demoraba por lo menos dos años. Esto no impidió que un adolescente de 19 años, llamado Flavio Augusto da Silva, comenzará a construir su fortuna utilizando el teléfono público de un aeropuerto. Conoce su increíble historia de superación que ha dado la vuelta al mundo.
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El joven sabía que era imposible que un chico de su edad y clase social se dedicara a vender cursos de inglés por teléfono. Esto lo motivó y decidió encaminar un estratégico plan para cambiar su vida y su futuro. Fue así que el teléfono público del aeropuerto Santos Dumond, el segundo más grande de la ciudad, se convirtió en su principal herramienta de trabajo.
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Las instalaciones del aeropuerto se volvieron en su oficina y desde allí, con el ruido de los viajantes, pilotos, azafatas y operarios de fondo, se decidió a vender cursos de inglés, del cual, irónicamente, no sabía ni una palabra. “No tengo ninguna duda de que encontré mi destino en ese aeropuerto”, contó da Silva a BBC. En la actualidad, el empresario de 49 años posee una fortuna estimada en 300 millones de dólares.
Años más tarde, logró ser nombrado director comercial del negocio pero él nunca se conformó con ese puesto. Consideró que no en vano había pasado miles de horas hablando por teléfono en un aeropuerto para ver como rechazaban cada propuesta para mejorar la calidad de los cursos que vendía. Entonces, decidió arriesgarse e ir por todo.
El inicio de su fortuna
Renunció a su trabajo y buscó un préstamo bancario. No tuvo más opción que ir tras un crédito con una alta tasa de interés, situación que lo ponía al límite y sin margen de error. Tenía solamente 5,500 dólares y una idea de negocio en la que confiaba a ojos cerrados.
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“La compañía donde trabajaba no estaba dispuesta a hacer las inversiones necesarias para mejorar la calidad de los cursos y yo conocía el producto y sabía que podía lograrlo”, contó sobre la situación que le permitió construir su fortuna.
Conocía el negocio, pero no el idioma. Entonces decidió contratar a 18 personas para que desarrollaran materiales pedagógicos y una metodología propia. Tiempo más tarde lanzó la escuela de inglés de negocios Wise Up, dedicada a un público que hasta ese momento nadie había explotado: los profesionales que buscaban trabajo.
Para el 2012 contaba con 400 sucursales y su patrimonio incrementaba día a día, por lo que decidió ir, otra vez, por nuevos desafíos. Vendió su empresa por 240 millones de dólares e invirtió la mitad en comprar el club Orlando City. En mayo de 2021, Flavio Augusto da Silva aceptó vender el club a la familia Wilf, que ya estaba valorizado en cerca de 500 millones de dólares.
Tras acariciar el éxito durante varios años, decidió adquirir nuevamente su primera empresa: Wise Up, cuyos dueños la estaban llevando a la ruina. Pagó menos de la mitad del valor por el que la había vendido y con trabajo duro volvió a rectificar el camino de las escuelas.
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