Si de delanteros extranjeros que marcaron época en el fútbol peruano se habla, Eduardo Esidio no puede faltar en la conversación. Tricampeón con Universitario de Deportes y más adelante campeón con Alianza Lima en el año de su centenario, el natural de Brasil llegó al país para inmortalizar su nombre a punta de goles. Pero, ¿qué es de su vida actualmente? Aquí los detalles.
Para algunos un ídolo, para otros un traidor. Luego de ganar el título nacional en 1998, 1999 y 2000 con los ‘merengues’, un año más tarde cruzó la calle para una nueva etapa con los ‘blanquiazules’. Los 74 goles en cuatro temporadas con los ‘cremas’ eran la envidia de todos y su capacidad anotadora fue útil en el campeonato del centenario ‘íntimo’, en 2001.
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De hecho, en su momento estampó su nombre en los anales de la historia del fútbol en el país al anotar nada menos que 37 ‘dianas’ en una sola temporada. Esa habilidad innata la siguió demostrando hasta 2006 cuando colgó los botines, pero jamás se alejó del deporte que tanto le dio, que incluso le brindó personas que lo ayudaron en los momentos más difíciles.
A sus 52 años, vive en su natal Sao Paulo, en Brasil, donde se encarga de formar a jóvenes talentos y brindarles consejos en lo que mejor supo hacer en sus años mozos: anotar goles. “Yo cuando paré de jugar fútbol en el 2006, empezamos con un proyecto de trabajar con niños, enseñándoles los fundamentos del fútbol y la preocupación por la parte fuera de la cancha”, explica para ‘Infobae’.
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Además de adiestrarlos en el deporte rey, revela Esidio que es importante también trabajar en los aspectos escolares y de comportamiento en casa. “Desde ese entonces, he trabajado con esos niños, jóvenes hasta 20 años y junto a varios profesores exfutbolistas trabajamos con ellos en su formación”, agrega el exdelantero.
“Justo este año, hace pocos días, inicié un nuevo proyecto, a trabajar específicamente solo con delanteros. Los chicos trabajan en la cancha y yo con los delantero hago trabajo de posicionamiento de fuera del área, definición en el arco, y me está yendo bien, los chicos adoran la idea”, continúa. “Ahora, toca trabajar con los nuevos talentos y enseñarles todo lo que Dios me dio dentro de la cancha”, concluye el histórico Eduardo Esidio.