Estar bien sentado e hidratado y evitar energizantes: por qué son claves para evitar fatigas al conducir

Conducir un auto cansado puede ser imprudente y muy peligroso. La fatiga, cualquiera sea su origen, merma la capacidad del conductor. Hace perder rapidez de reacción ante imprevistos, aumenta el tiempo de respuesta para frenados y la toma de decisiones se hace más lenta.

Además, los movimientos musculares son menos precisos, hasta pueden temblar. Se altera la percepción del entorno hasta el punto de ver borroso. Se pueden tener microsueños, explica el sitio El Motor. Por eso, para preservar la seguridad, es necesario saber evitar la fatiga al conducir.

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Lo básico es descansar bien antes se estar tras el volante. Los desplazamientos largos tienen que ser planificados con un descanso previo. Se debe considerar las horas en que se realiza el traslado, evitando los horarios de después de comer o muy tarde por la noche.

La alimentación también es relevante. Es importante consumir comidas ligeras ante un viaje de varias horas. Así como estar bien hidratados evitando los energizantes, pues su dotación de azúcar llevará a picos de energía que deriven en un bajón relevante.

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Por otra parte, para evitar que aparezca el cansancio ya tras el volante, es necesario tener una posición óptima al conducir. El conductor tiene que ir firme, pero con la postura relajada para descartar peso en los brazos, hombros o espalda.

El interior tiene que tener una temperatura adecuada, pues mucho calor da somnolencia. Por eso es mejor ir con temperatura fresca, ya sea gracias al aire acondicionado o las ventanas bajas. Así como el tipo de música que se escucha, es mejor ir con canciones animadas.

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Finalmente, se recomienda hacer paradas cada dos horas o cada 200 kilómetros. Estos momentos tienen que servir para estirar las piernas, relajar partes del cuerpo que se sientan cansadas y hasta para comer algo ligero.