Comprar un auto de segunda mano es una gran solución cuando se carece del presupuesto para adquirir uno nuevo. También es ideal en otros escenarios diferentes. Pero en algo que coinciden todos es que solo es una buena inversión cuando se presta mucha atención a una serie de detalles.
Inspeccionar el auto
Antes de comprar un auto de segunda mano, se debe revisar a fondo el vehículo, comprobar todos sus elementos mecánicos y el estado de su chasis. Al menos asegurarse del funcionamiento del motor, transmisión, suspensión y los frenos.
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Si se carece de los conocimientos mecánicos para la verificación, se recomienda asistir a un taller de confianza.
La revisión tiene que ser con buena luz
Una buena iluminación permite percatarse de detalles en la carrocería, el estado de los neumáticos y hasta las condiciones de los pasos de rueda que se escapan cuando la luz es insuficiente.
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También pueden pasar desapercibidas pérdidas de fluidos, pues estas dejan manchas en el suelo. A la vez de otros defectos que puedan afectar el precio de compra. Para ello se puede confiar con la luz diurna y desconfiar de quien quiere enseñar el auto en un estacionamiento techado, por ejemplo.
Conocer el historial del auto
A través de un sencillo trámite en la Sunarp se puede conocer los antecedentes de un vehículo. También se puede recurrir a diferentes páginas especializadas que ofrecen el servicio: desde hallar antiguos propietarios, multas y kilometraje real hasta posibles siniestros.
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Hay que conducirlo
Siempre será importante probar el auto dando un paseo. Esto antes de concretar la compra. Si el vendedor se niega a esta posibilidad, es casi seguro que algo desea esconder. Así, se debe escuchar el sonido y reacción del motor, frenos, dirección y suspensión. También se debe estar atento a posibles ruidos raros que deriven de alguna avería.
Negociar el precio
El precio final del auto siempre será negociable, así se anuncie que no lo es. El comprador debe emplear todo método para hallar un descuento. Para hacerlo de forma correcta, es importante averiguar el precio de unidades similares en el mercado –del mismo año, kilómetros recorridos y equipamiento-. Si hay autos más baratos, es un punto de partida para buscar reducir el precio.
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