Redacción EC

Los buenos hábitos son parte de la conducción segura. El saber colocar el asiento, la altura del volante y ubicación de retrovisores son parte de estos. Pero pasado un tiempo a bordo del , el conductor adquiere ciertos malos hábitos, como el mantener la mano en la .

Los autos de transmisión mecánica tienen en su sistema una palanca de cambios unida al mecanismo de engranajes. Este se complementa con un sistema que actúa sobre el selector que se encarga de accionar el piñón que corresponde a la marcha elegida.

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Tener la mano sobre la mencionada palanca de cambios, ejerce una presión innecesaria y hasta perjudicial para el sistema descrito. Esta presión es continuada, lo que acelera el desgaste del mismo, explica el sitio especializado El Motor.

Este desgaste se evidencia en la aparición de holguras durante los cambios de velocidades. Estos afectan a la precisión del funcionamiento. Con el tiempo, estos inconvenientes pueden incluso hasta provocar una avería.

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Se debe entender que el mantener la mano sobre la palanca de cambios es un hábito adquirido. Aparece en conductores acostumbrados a la rutina de conducir a diario. Ellos no siempre son conscientes que mantienen esta conducta.

Con esta última consideración, es importante advertir si se tiene este mal hábito de conducción, pues puede comprometer la seguridad de los usuarios y la integridad mecánica del vehículo hasta dañarla.

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