Los impactos de gran magnitud requieren obligatoriamente del cambio de parabrisas
Los impactos de gran magnitud requieren obligatoriamente del cambio de parabrisas
/ Difusión
Redacción EC

¿Realmente sabes cuándo es necesario instalar un nuevo y una simple reparación? Hoy te explicamos sobre la importancia del parabrisas de tu , un elemento clave que debes mantener en el mejor de los estados.

El parabrisas es un elemento de seguridad esencial, ya que te protege de la lluvia, el viento y todos los demás objetos que pueden entrar volando al habitáculo, como pequeñas piedras, mosquitos, etc. Por esto mismo es recomendable no arriesgarse y contar con un parabrisas en perfectas condiciones.

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Lo ideal es siempre mostrar el daño a un experto en lunas de autos, ya que son los que están capacitados para aconsejarte cuando necesites reparar o reemplazar el parabrisas. El daño al parabrisas de un vehículo puede provenir de una variedad de fuentes, pero no todos los daños son iguales. El causado por algo como una pequeña piedra o algo como colisionar con un animal puede tener un impacto diferente en el parabrisas. Pero para el caso, podemos distinguir entre cuatro tipos de daños:

Fisuras: es una pequeña imperfección que se produce cuando un objeto impacta y rompe una parte de la primera capa de cristal, también conocida como “chinazo”. Por lo general, se puede reparar si es pequeña. Sin embargo, si la fisura es lo suficientemente profunda como para penetrar la capa interna de plástico, es posible que lo que necesites sea un reemplazo. Si bien las pequeñas virutas por sí solas pueden no ser una gran preocupación, pueden ser la semilla de la que crecen las grietas.

Las grietas profundas son causa de cambio de parabrisas
Las grietas profundas son causa de cambio de parabrisas
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Grietas: a diferencia de una fisura, una grieta se distingue porque es una línea donde una sola pieza de vidrio ha comenzado a separarse por completo. Si bien estos pueden comenzar siendo pequeños, pueden (y generalmente lo hacen) crecer con el tiempo. Ya sea que el parabrisas esté expuesto a los rayos del sol o conduzcas a través del aire helado, los bruscos cambios en la temperatura pueden hacer que se expanda y contraiga, haciendo que se extienda gradualmente. Lo mismo ocurre con las irregularidades de la calzada combinadas con la velocidad.

Rayaduras: muchas veces, con un uso intensivo o continuado del auto, acaban apareciendo algunas pequeñas marcas que, cuando se juntan, dificultan y limitan la visibilidad, algo especialmente molesto en días de lluvia o cuando los reflejos del sol inciden directamente en dichas zonas de la luna. El ejemplo más gráfico lo podemos encontrar en las pantallas de los móviles cuando se ven que ya están algo más sufridas. Para este caso, lo mejor es acudir a un taller de confianza para reparar la luna.

Laminado despegado: no suele ser un fallo común, pero tampoco es un imposible. Fíjate en los bordes de la luna. Si observas el ingreso de la humedad, es porque el laminado del parabrisas no está correctamente fijado, lo que provoca que el cristal se empañe y se extienda rápidamente por toda la superficie.

Finalmente, toma en cuenta que el despegado del laminado del parabrisas no es reparable. Es mejor que las cambies, de igual modo sucede con las grietas y roturas con forma de estrella.





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