Antonio Seminario

En 1967, la economía peruana pretendía expandirse. El presidente Fernando Belaunde ignoraba que el próximo año padecería un golpe de estado. La industria automotriz del país era gobernada por marcas americanas y, en menor escala, europeas. Es en este contexto que Toyota del Perú inicia sus operaciones con la presentación de una pick-up mediana, la confiable Stout.