Al mencionar el nombre de Jorge Nicolini Bernucci, lo más probable es que sea mejor recordado por los fanáticos de Universitario de Deportes, ya que él fue presidente del club en la década de 1990. Pero, también es reconocido entre los fanáticos de los carros, puesto que fundó el primer museo de autos antiguos del Perú. Para tener más detalles, nos acercamos para conocer la historia y los vehículos más importantes que se exhiben en el museo ubicado en La Molina.
No solo es amor al deporte, ya que la pasión por los motores proviene desde su infancia. “Desde muy niño me gustaron las carreras de autos. Mi papá y mi tío tenían una empresa que representaba a los autos Packard y los camiones Mack, por ello tuve una relación muy estrecha con los vehículos”, señala Jorge.
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El primer carro que Jorge se compró fue un Lincoln de 1925, el cual observó cuando estaba en camino hacia la fábrica familiar. “Yo estaba en la Av. Argentina y vi este Lincoln haciendo colectivo, entonces me presté dinero de mi madre y compré el carro por casi S/. 2.000 en 1962. Me llamó la atención que estaba en perfectas condiciones”. Casi sin saberlo, Don Jorge dio el inicio de su apasionante historia por los autos antiguos. De hecho, aquel vehículo está en su museo y es uno de los que más cariño le tiene.
Poco después llegó su primer Ford modelo T, puesto que en 1965 consiguió un ejemplar traído desde los Andes. Él lo restauró de manera amateur y para su suerte fue el ganador de un concurso que Ford realizó en la búsqueda del modelo T más antiguo y mejor conservado en el Perú. El premio fue un Ford Taunus nuevo, el cual vendió junto con el Ford Mustang Shelby que le regaló su padre. Con el dinero que reunió compró 10 carros antiguos. Entonces, le surgió la idea del museo, pero hubo algunas dificultades que retrasaron sus planes.
Don Jorge comenta que durante la década del gobierno militar y del terrorismo no hubo las condiciones necesarias para abrir su museo, pero sí amplió su colección. Tuvo que llegar el año 2002 para dar ese paso tan ansiado e inauguró el Museo Nicolini con 64 carros clásicos. Entre algunos vehículos destacados se encuentran un Boyer de 1901, el Cadillac presidencial utilizado por Odría, Belaunde y Velazco, entre otros.
También señala que tiene algunos autos únicos como el Wanderer de 1915, el Stutz de 1928 y el Pierce Arrow de 1936. “Ya no hay estos modelos en ninguna otra parte del mundo”, sentenció.
Una mirada breve a los vehículos llamativos
En la etapa inicial del recorrido se ubica la sección mini car con dignos representantes de la década de 1960 como el Mazda R360, el Fiat 500 y BMW Isetta 300. En el caso de los últimos dos modelos, estos tienen la particularidad de contar con un sistema de apertura de puertas diferente al convencional. Mientras que el Fiat 500 tiene dos puertas laterales que se abren en un sentido inverso, el Isetta solo cuenta con una sola puerta ubicada en el frontal.
Después encontramos un Ford Super Deluxe y el modelo Woody de mediados de la década de 1940, los cuales tienen la particularidad de tener varios paños de madera real. Concretamente, esto se observa en las puertas, asimismo el interior también cuenta con varias zonas hechas en madera. ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla. Al término de la Segunda Guerra Mundial hubo una escasez de hierro, entonces los fabricantes de autos se vieron obligados a minimizar su uso.
Y ya que mencionamos la guerra mundial, también se puede encontrar un Willys Jeep, el cual es un vehículo militar de 1946 con tracción 4x4. Este vehículo cuenta con un motor de 2,2 litros que desarrolla 60 hp, además puede alcanzar los 85 km/h.
60 hp es poca potencia al día de hoy, pero eso no significa que todos los carros antiguos no eran potentes. Por ejemplo, en el museo hay un Cadillac Sedan de Ville de 1963, el cual utiliza un motor V8 que genera 325 hp y logra una velocidad máxima de 170 km/h. Tal potencia es superior a la gran mayoría de vehículos convencionales actuales y, de hecho, son pocos los deportivos que superan la barrera de los 300 hp.
Incluso, hay otros más rápidos como el Chevrolet Impala Sport Coupe de 1959, el cual también utiliza un motor V8 de 250 hp y alcanza los 195 km/h. Este sedán no necesita presentación, ya que es muy conocido a nivel mundial, no solo por ser uno de los vehículos más vendidos en Estados Unidos, sino también por estar presente en películas taquilleras como Rápidos y Furiosos, Batman y Transformers.
Por otro lado, K-2 Sport de la extinta compañía británica Allard cierra el recorrido con su asombrosa carrocería descapotable. Se trata de un ejemplar fabricado en 1950 que utiliza un motor V8 Mercury 59A modificado, el cual genera 120 hp a 3.800 rpm. Según la ficha técnica que comparte el Museo Nicolini, en ese año solo se fabricaron 21, de los cuales tres se exportaron a Sudamérica: dos a Uruguay y uno a Perú.
Para finalizar, hacer una descripción de cada uno de los vehículos implicaría una nota interminable, ya que son más de 130 modelos. Por ello, lo mejor es visitar el museo y conocer parte de la historia del Perú a través de estos automóviles antiguos.