Mientras el mundo automotriz se debate entre la electricidad, el hidrógeno o la energía solar para dejar atrás los combustibles fósiles, parece que en Estados Unidos tienen una idea más sabrosa. Y es que una procesadora de tocino se unió a una refinería para fabricar el combustible necesario que le permitan movilizar su nuevo producto: una moto.
Sobre la base de una Track T800 con motor a diésel e importada desde Holanda, la empresa Hormel Foods, con sede en Minnesota, realizó su versión de una moto inspirada en el producto que ha vendido por más de cien años, el tocino. El estilo elegido para la ‘Bacon Bike’ fue dirigido a los amantes de las motos ‘café racer’, ideal para recorrer las grandes carreteras norteamericanas.
Para movilizar esta idea hecha realidad, la compañía buscó a una refinería que convierta la grasa de tocino en biodiesel B100 (el más limpio de su forma), el mismo que según los miembros de Hormel Foods huele a -qué duda cabe- tocino. Los ejecutivos también informaron que usaron unos 275 galones de grasa de tocino (de su producto estrella Black Label), para transformarlos en casi 250 galones de B100.
El extraño motor de tres cilindros y 800 cc a diésel con el que venía la Track T800 fue modificado para operar con el nuevo biodiesel, logrando que la unidad rinda entre 121 y 161 km por galón, con un costo aproximado de $3,50 dólares americanos.
Todo esto formó parte de una estrategia de la marca para promocionar su Black Label, pues llevó la ‘Bacon Bike’ desde Austin (Texas) hasta una feria de comida en San Diego (California).