La primera imagen que asoma a la mente de Juan Diego Gonzales-Vigil cuando se le pregunta cómo empezó su pasión por los fierros, es la figura de su padre, el expiloto y precursor de los piques legales en Perú, Aurelio Gonzales-Vigil. Más precisamente, el día en que compraron su histórico Studebaker del 53, el clásico americano que los acompañó durante dos décadas y al que dedicaron días enteros para hacerlo cada vez más veloz.
“Lo compramos cuando yo tenía 7 años. Fueron horas y horas de compartir con él armando y mejorando el auto. Por eso, ese carro era para nosotros un símbolo que nos unía”, recuerda Juan Diego. Lamentablemente, fue corriendo ese coche que su padre perdería la vida en el 2014, en un accidente durante una competencia de piques legales nocturnos en La Chutana.
Era la primera vez que se realizaba una prueba de aceleración en ese horario en nuestro país y, como era de esperarse, el experimentado corredor no se lo perdería. Aurelio Gonzales-Vigil aceleró por última vez su potente Studebaker en enero de 2014, una falla mecánica lo llevó a estrellarse contra un muro del autódromo. Tenía 68 años. “Murió haciendo lo que más le gusta. Era un loco como yo y compartíamos la misma afición. Era mi compañero”, declaró en aquel momento Juan Diego sobre lo ocurrido.
HISTORIA DE UNA PASIÓN
Pero lejos de separarlo de los autos, Juan Diego seguiría decididamente los pasos de su padre, quien le enseñó a amar desde muy pequeño el deporte motor. “Me sé casi toda la historia de los piques legales en Perú, desde el año 95 en que se organizó la primera carrera gracias a un grupo de gente, entre los que estaban mi papá, Carlos Bustamante y los hermanos Pierinelli”, cuenta el piloto.
Así fue creciendo Juan Diego, armando coches, asistiendo a carreras como a reuniones familiares, viendo correr a toda velocidad a su papá, celebrando sus victorias como si fueran las suyas.
Si no se dedicó a tiempo completo a los coches, fue porque era mucho más factible ser jugador de fútbol, ya que se necesita un fuerte respaldo económico para ser piloto. No obstante, al mismo tiempo que hacía su carrera como futbolista, Juan Diego trataba de darse un tiempo para acompañar a su padre y seguir en los autos.
“La carrera de corredor es un poco complicada porque necesitas demasiado apoyo; sin embargo, mientras jugaba, traté de desarrollar mi afición como podía. El fútbol y los autos no son muy compatibles, pero igual me di tiempo para ir haciendo algunas cosas. He corrido las 6 horas peruanas, las 3 horas, y otras competencias en circuito, además, cada vez que podía, me escapaba a correr karts”, confiesa.
Hoy, totalmente desligado del fútbol, tras una larga carrera de casi 15 años y más de una decena de equipos, Juan Diego entiende que sus prioridades han cambiado. Quien fuera en las canchas el popular “Lobo”, por su característica barba, ha decidido dedicarse a sus aficiones y a su familia.
Así, con 35 años recién cumplidos, se ha coronado dos veces campeón nacional de piques legales y lleva un total de 10 carreras invicto a bordo de su carro conocido como La Leyenda Barracuda. La última de ellas, hace un par de semanas en la primera fecha del campeonato de este año.
EL NACIMIENTO DE LA LEYENDA
El auto con el que compite Juan Diego Gonzales-Vigil es un homenaje a dos de sus grandes mentores: su papá y su íntimo amigo Carlos Bustamante. De hecho, lleva los nombres de ambos pintados en el coche.
Se trata de una unión de fuerzas, La Leyenda Barracuda fue armada con el auto de Carlos Bustamante y el motor del Studebaker del papá de Juan Diego. Una historia digna de película.
“Lo armamos con mis amigos del colegio José Cavassa y René Labrousee, quienes lo mantienen siempre afinado. Tiene un motor V8 de 9 mil cc, que genera más o menos unos 900 caballos de fuerza. Además, usamos dos etapas de nitro de más o menos 300 caballos. Usa unas llantas inmensas que me las da Goodyear porque al tener demasiada potencia (alcanza los 210 km/h en 5 segundos), necesitas poner esa potencia en el piso”, explica Juan Diego, quien desde el año pasado viene corriendo con el team Vextrom.
¿Qué se siente llevar toda esa cantidad de potencia? “Nervios, porque adentro todo se mueve y el auto suena fuertísimo. No te da tiempo de pensar, simplemente tienes que reaccionar en el momento porque sino el auto te gana. Es un golpe de adrenalina y cinco segundos en los que estás con la mente en blanco, conectado con el auto”, cuenta el exfutbolista.
¿QUÉ SE VIENE PARA JUAN DIEGO?
Gonzales-Vigil lo tiene claro. Este año está enfocado en cumplir con las nueves fechas de piques, repetir el campeonato y superar el récord nacional. Asimismo, el 1 de marzo participará en las 6 horas peruanas junto a Jimmy Gutiérrez, y planea competir también en las 3 horas peruanas y en los 200 kilómetros de Lima.
El calendario de competencias de este año lo tiene resuelto, su nombre se mantendrá en las pistas, su apellido seguirá el legado del motor.//