Lo que hay que tener en claro, para empezar, es que una caja automática debe recibir mantenimiento como toda parte del automóvil.
Lo principal es el cambio de aceite que se debe hacer a la caja siguiendo las recomendaciones de características y frecuencia dadas por el fabricante. Si se siguen estas recomendaciones y el automóvil no es sometido a exigencias inusuales, la caja automática no debería tener problemas de duración.
Hablar de años de duración es muy relativo, pues dependerá básicamente del kilometraje recorrido. Hasta hace algunos años, las cajas automáticas generaban mayores consumos de combustible que las mecánicas, pero las nuevas cajas automáticas de doble embrague gestionadas electrónicamente registran consumos bastante menores que las mecánicas.
En resumen, si a la caja automática se le hace el mantenimiento necesario según las recomendaciones del fabricante, no tiene por qué fallar (siempre es recomendable hacerlo en los talleres oficiales de la marca).