Aunque en su mayor parte con tono hagiográfico, “Arnold”, la docuserie sobre la vida del actor y político estadounidense de origen austriaco Arnold Schwarzenegger es una magnífica oportunidad para conocer a profundidad las distintas facetas del personaje que acaba de volver a la luz gracias a “Fubar”, una miniserie de acción que protagoniza junto a Mónica Barbaro en Netflix.
Como si fuera parte de un ‘combo’, es precisamente esta misma cadena de streaming la que ha estrenado esta producción de tres episodios de una hora de duración cada uno. Bajo la dirección de Lesley Chilcott, “Arnold” segmenta esta historia de éxito en los episodios “Atleta”, “Actor” y “estadounidense”. Aunque, por supuesto, en las tres hay saltos temporales que nos ayudan a entender un poco mejor la personalidad del hombre famoso mundialmente por interpretar a Terminator.
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Nacido en Thal, Austria, el 30 de julio de 1947, lo primero que queda claro de la formación familiar y personal de Arnold Schwarzenegger es el difícil, conflictivo y hasta violento entorno personal del cual felizmente pudo salir a tiempo. Su madre, descrita por él como una “obsesiva de la limpieza”, le enseñaba cosas como doblar correctamente los manteles de la casa. Del otro lado, su papá, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, descargó en sus hijos y esposa aquel trauma que significa perder un conflicto.
“Arnold” combina una narración de hechos en su mayor parte lineal. A esto le acompañan imágenes de los lugares que habitó el actor, y además su testimonio en primera persona, certificando cada recuerdo vinculado al espacio geográfico que apreciamos en pantalla. Schwarzenegger no escatima elogios para ese bello poblado llamado Thal. Recuerda cómo su padre lo obligaba a ‘ganarse el desayuno’ ayudando diariamente en las labores del hogar.
Por su bendecida memoria, el protagonista de esta docuserie va explicando poco a poco como, pese a no haber sido el hijo preferido del hogar, pudo arreglárselas para destacar frente a su hermano, acompañarlo y ayudarlo cuando este enfrentaba situaciones complejas (en el contexto de una infancia con mucha presión). En un momento menciona cómo lo ayudaba a cruzar el parque para que este no sienta miedo. “Me sentía feliz de ser el más valiente de los dos”.
Hay un detalle que salta rápidamente en los primeros años de adolescencia y juventud de Schwarzenegger: su ímpetu por abandonar el terruño. No es que sienta cólera o asco hacia Thal, en absoluto, sino que nuestro protagonista nunca sintió ganas de seguir el mismo camino que los chicos austriacos promedio: estudiar, trabajar y tener una familia. Su plan era apuntar alto y no solo fuera de Thal, sino además de Austria y de la propia Europa. Aquí se hace presente su predilección por los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero antes de convertirse en actor y en gobernador de California, Arnold Schwarzenegger debió superar diversas etapas. Él prefiere compararlas como grandes montañas a las que se propone escalar cueste lo que cueste. Aparece aquí, en plena adolescencia, su acercamiento con el físico culturismo. Nuestro protagonista comienza a trabajar su cuerpo, a seguir rutinas, y a hacerlo enfocado en aquellos primeros personajes que admiró desde chico: campeones y actores cuyas fotografías no dudaba en pegar en la pared al costado de su cama.
Tal vez una de las principales fortalezas de esta docuserie tiene que ver con la labor de documentación que hay detrás. No se trata, pues, de tener al protagonista sentado en un sillón rememorando sus hazañas en el culturismo. Tampoco de colocar a testigos (muchos ya de muy avanzada edad) confirmando los logros del atleta. Tiene que ver también con las imágenes, registros de competencias y lugares, que ayudan muy bien a entender frente a quién estamos.
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Otro detalle muy bien logrado tiene que ver con las transiciones entre capítulo y capítulo. Si en el primero hemos podido apreciar la construcción de un atleta brillante (ganador de múltiples torneos en distintas latitudes), en su parte final podemos empezar a conocer cómo es que ese ímpetu por ser el hombre dueño del mejor cuerpo del universo se transforma en la curiosidad por otro ámbito: la actuación.
Pero nuestro protagonista no buscaba ser “un actor más” de Hollywood. Aquí nuevamente la metáfora del inmenso monte que Schwarzenegger se traza alcanzar tras ponerle punto final a su etapa como figura del culturismo. El nacido en Austria cuenta que en algún momento sintió que lo correcto sería dejar que otros participantes también tengan la opción de ganar, por lo que empieza a mirar otros horizontes. Así recuerda cómo uno de sus personajes admirados en la juventud era actor (Reg Park). Empieza, pues, a buscar roles, pero pronto sus debilidades artísticas salen a flote.
La poca capacidad expresiva, su dificultad para comprender los guiones que se le ponían al frente ocasionan fracasos iniciales y un hiato de cinco años sin trabajo actuando. Esto, lejos de hundirlo en la sima, lo llevan a buscar asesoramiento. Viene entonces una etapa de preparación en la que nuestro protagonista empezará a pulir aquella vena artística que jamás imaginó tener. Aunque es evidente que su portentoso físico y su buena apariencia le ayudarían a salir rápido de esa sequía de ofertas, fue su empeño el que le permitió seguir en la brega. Persistir como forma de vida.
Hay varias etapas claramente identificables en la carrera artística de Schwarzenegger. De dar vida a Hércules a su rol como Joe Santo en “El gran guardaespaldas” (con la que ganó el Globo de Oro), pasando por el documental “Rutina perfecta”, hasta llegar a “Conan el bárbaro”, una película que parecía escrita para él. Aunque tal vez muchos fuera de Estados Unidos lo reconocen mucho más por su rol en “Terminator”. Y eso no está ausente en la docuserie. Para hablar de todo esto aparece nada menos que el célebre James Cameron.
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El afamado director cuenta su experiencia junto a Schwarzenegger, la voluntad que este tenía para cambiar o adaptar sus líneas según su conveniencia. “¿Quién escribió el guion? ¡Entonces, no te metas!”, le decía molesto. Pero Arnold insistía. Y entre tanta negociación surgirían frases como la muy mentada “I’ll be back”. Y por motivos que solo el destino conoce, Terminator fue un éxito, recaudando decenas de millones de dólares en Estados Unidos y varios países.
El documental dirigido por Lesley Chilcott también aborda la etapa de Arnold haciendo comedia, surgen aquí cintas como “Junior”, “Gemelos” o la recordada “Mentiras verdaderas”, en la que compartió roles con la infatigable Jamie Lee Curtis. Y es ella misma quien elogia al artista nacido en Austria, describiéndolo como un hombre que siempre tuvo puertas abiertas para escuchar a quien desee hablarle durante el rodaje. Recuerda que, además, en pleno rodaje se presentó con su esposa Maria Shriver y sus hijos.
Es momento de tocar el lado personal de la docuserie, aunque parece no ser el que más le gusta ventilar a nuestro protagonista. Arnold se enamoró desde su llegada a Estados Unidos, pero sería poco tiempo después cuando halló el gran amor de su vida: Maria Shriver, la sobrina de John F. Kennedy, con quien pasaría algunos de los mejores años, y con la que tuvo cuatro hijos.
La producción de Netflix no ahonda a profundidad en los aspectos personales de la pareja. Ella prefirió no participar (aun cuando en los episodios aparecen rivales políticos y periodistas que indagaron a fondo en los antecedentes del actor). Entonces tenemos un testimonio de parte, fotografías y algunos videos. Tampoco hay mayores detalles en torno al gran terremoto emocional que sacudió la relación. Y es que, en una sesión de terapia, el psicólogo recomendó a Arnold que cuente si era verdad o no que tuvo un hijo fuera del matrimonio. “Sí, es verdad”, admitió.
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El último episodio de esta docuserie presenta muy probablemente los puntos más débiles si la analizamos como conjunto. Estamos ante la etapa política de Schwarzenegger. Asegura él que la cercanía que tuvo con la familia Kennedy le motivó a ingresar a política, además de sus ganas de apoyar a los demás, y de lo bien que se movía “en comunidad”. “Si Estados Unidos me hizo millonario, ¿por qué yo no puedo devolver algo de lo que me dio este país?”, afirma. En esta línea aparecen sus deseos por postular a Gobernador de California tras impulsar la destitución del cuestionado Gray Davis. Lamentablemente, el tramo político es tal vez el más denso de toda la docuserie.
Terminología política estadounidense, un intento excesivo por ensalzar los proyectos del actor (que fue Gobernador siete años) convierten el producto audiovisual en algo poco digerible durante varios minutos. Se salva esto cuando surge la primera intentona periodística por tumbarse al político republicano: un informe revelaba varias acusaciones de acoso y tocamientos indebidos contra Schwarzenegger, quien forzado por las circunstancias de su ‘sueño político’ tuvo que ofrecer disculpas, aunque en el fondo negaría gran parte de los cargos.
Toca volver al momento más duro y tal vez menos abordado en esta docuserie: la revelación de que nuestro protagonista tuvo un hijo con la empleada que estuvo en su casa durante años. El político admitió ante su terapeuta que producto de un affaire nacería Joseph, un muchacho que –según puede desprenderse de la docuserie—nunca sería aceptado por sus hermanastros. “Empecé a tener un presentimiento, pero mientras lo veía crecer, más claro me quedaba”, señala ante cámaras. La revelación del engaño terminó con 25 años de matrimonio con Shriver.
“Arnold” no es una docuserie perfecta. Tal vez prioriza los logros que su protagonista tuvo a lo largo de su vida. También brinda la palabra a las personas indicadas en nuestro objetivo por armar el rompecabezas de la figura de Schwarzenegger (Cameron, Curtis, Danny De Vito, Sylvester Stallone, etc.). Pero más allá de todo esto, da la impresión de que cuando este trabajo documental toca ‘carne’ lo hace muy por encima y en cuestión de un par de minutos se salta a otro tema. Ocurre a veces de forma brusca y afectando nuestro interés natural por conocer los grises de una mítica figura de Hollywood. Pero esto tampoco puede opacar que estamos ante un inmejorable resumen audiovisual de la vida de un ser humano que merced a su competitividad sin límites se destacó por encima de todos, convirtiéndose en el símbolo de varias generaciones.
ARNOLD/ NETFLIX
Sinopsis: Una serie documental sobre el multifacético Arnold Schwarzenegger, el campeón de fisicoculturismo que llegó a ser un ícono de Hollywood y luego se dedicó a la política.
Elenco: Arnold Schwarzenegger, Jamie Lee Curtis, Danny DeVito, James Cameron, Sylvester Stallone
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